La inmersión, las pantallas y la falta de profesores: por qué los niños sacan malas notas en lenguas
- Los expertos avisan de que el abuso de los recursos digitales aumenta las distracciones, reduce el tiempo de lectura tradicional y baja el nivel académico
- Los profesores reclaman que el catalán y el castellano no rivalicen y que "se imparta una enseñanza equilibrada y de calidad"
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Los resultados de las pruebas de competencias básicas en sexto de primaria y cuarto de la ESO han encendido las alarmas de los expertos por el mal nivel que tienen los alumnos catalanes de las lenguas. Sobre todo, de catalán y castellano, que se encuentran en el peor nivel desde hace diez años. El modelo de inmersión lingüística del Govern, el abuso de las pantallas y la falta de profesores especializados en estas materias son los motivos que atribuyen las fuentes consultadas por Crónica Global.
Lo único bueno que se puede extraer de estas competencias básicas es que los niños han mejorado en matemáticas y en inglés. Un progreso derivado de "la constante exposición de los estudiantes a contenidos a través de medios digitales, películas o recursos con plataformas y que facilitan la familiarización en esa lengua".
Las pantallas son un problema
Pero el uso de estos recursos digitales tiene daños colaterales: aumenta las distracciones, reduce el tiempo de lectura tradicional, baja el nivel académico e impacta de forma negativa en la calidad del sueño. Según el director de grados de Educación de la Universidad Abat Oliba CEU, Miguel Ángel Barbero, el uso excesivo de las pantallas está relacionado con un "descenso del nivel escolar" de los adolescentes procedentes de todas las familias, pero sobre todo de las más vulnerables.
Además, contribuye a distracciones y reduce el tiempo de lectura tradicional, lo que lleva "a un empobrecimiento del pensamiento". Y es que no cabe duda de que un libro proporciona "más detalles y activa procesos mentales complejos que están implicados en la memoria a corto y largo plazo", y favorece "un mayor desarrollo personal que muchas veces nos perdemos con otros formatos" que tienen como mediador la pantalla.
En la misma línea se pronuncia el filólogo y profesor de lengua catalana en secundaria, Jesús Martín, que asegura que la "implantación de tabletas y ordenadores" han contribuido a los malos resultados en catalán y castellano. Por ello, pone en duda el modelo actual y propone volver a los libros de texto, entendiendo la tecnología como una herramienta más, pero no la única, y recuperar las bibliotecas escolares que "se sacrificaron" durante la pandemia.
¿Cómo afecta el modelo de inmersión?
Sin embargo, no se le puede echar la culpa de todo a las pantallas: el modelo de inmersión lingüística también tiene mucho que ver. Según Barbero, se debería prestar "más recursos y atención al desarrollo lingüístico integral" de las dos lenguas, asegurándonos de que "se imparte una enseñanza equilibrada y de calidad" y sin que tengan que estar "rivalizando".
En este sentido, insta a los docentes a ver la enseñanza de catalán y castellano como "una riqueza, sin marginar ni minusvalorar ninguna de ellas".
Faltan profesores especializados
Para Martín, los malos resultados de las competencias básicas son la "acumulación de unas políticas educativas inadecuadas" llevadas a cabo por el exconsejero Josep Gonzàlez-Cambray y su sucesora, Anna Simó. Además, considera que la apuesta por los ámbitos y el fin de la especialización ha contribuido a que haya pocos profesores preparados para la enseñanza de las lenguas.
Hoy por hoy, están impartiendo clases de catalán "personas que tienen un C2 y que provienen del mundo de las humanidades, del periodismo o de la historia". Para solucionar esto, reclama a la Conselleria de Universidades que fomente un grado de didáctica de la lengua en el que se impartan más asignaturas sobre técnicas de comunicación y de pedagogía. De esa manera, los estudiantes podrían acceder directamente a la profesión sin necesidad de perder "tiempo y dinero" cursando un máster a posteriori -requisito obligatorio para ejercer-.
Los recortes de 2008 tampoco ayudan. Y es que, junto a todo lo anterior, ha provocado que la profesión docente sea cada vez menos atractiva. Según Martín, la vocación ya no es suficiente para ejercer una función que tiene "nefastas condiciones laborales" y a la que el Govern cada vez "desprecia más".