A diferencia de lo que muchos creen, los profesores no cogen las vacaciones a la vez que sus alumnos. En julio, muchos aprovechan para hacer cursos de formación sobre cuestiones relacionadas con los currículums, la competencia digital, la coeducación o el bienestar de los estudiantes. Pero la realidad que perciben las entidades que organizan estos programas es muy distinta: existe una desmotivación generalizada que está reduciendo las inscripciones. Una de las razones --y la principal-- es el hartazgo hacia la Conselleria de Educación de la Generalitat.
"No nos incentiva nada", expresan los sindicatos, que recuerdan las polémicas decisiones del exconseller Josep Gonzàlez-Cambray, que no han hecho más que acrecentar la mala concepción hacia una profesión en la que la vocación ya no es suficiente.
La pandemia tampoco ayudó, pues no solo desalentó a un sector que lo sufrió más que otros con el cierre de las escuelas, sino que redujo la formación presencial aupando los cursos online que aun hoy se mantienen, pese a su "dudable calidad".
Las cifras no mejoran
Los profesores pueden formarse a través de varias vías. Por un lado, con actividades organizadas por el propio Departamento y que son gratuitas; por otro, las subvencionadas que ofrecen entidades como Rosa Sensat o la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica (FMRP). Por último, pueden elegir un centro privado.
Según las cifras de 2022 --avanzadas en su día por el Ara--, el porcentaje de maestros que aprovechan julio para formarse nunca supera el 30%. Algo funciona mal, cuando solo uno de cada tres está dispuesto a sacrificar unas horas para prepararse de cara al nuevo curso escolar. Según las entidades consultadas por Crónica Global, los datos no han mejorado con respecto a los años previos al Covid.
Al hartazgo de la pandemia, se le suman las distintas decisiones de la consejería liderada por Cambray --ya cesado--, que se ganó enemigos en toda la comunidad educativa por decisiones unilaterales como el avance del calendario escolar o el anuncio de que los profesores tendrían que acudir a los colegios también en julio, renunciando a sus formaciones. Una postura que el Departamento rectificó ante la sublevación sindical.
El legado de Cambray
Según las voces docentes consultadas, la Administración "no incentiva" al colectivo para que realice este tipo de cursos en julio. "Somos un colectivo al que se ha acusado de vago por quejarse del avance del curso, sin que se nos haya consultado previamente", recuerdan. Y advierten de que el bajo interés en la formación es fruto de "no escuchar a los maestros, que quieren acabar el curso lo antes posible".
A esto se le suma el "cansancio natural" y el desgaste de cualquier persona que lleva 11 meses trabajando, agregan.
La calidad de los cursos, cuestionable
Asimismo, los docentes encuentran "mucha teoría, poca práctica y pocas cosas aplicables al aula" en los cursillos que se ofrecen en la actualidad. Además, los ven muy centrados en la obtención del certificado. Todavía más en los telemáticos, asegura Pilar Gargallo, miembro de FMRP: "En general son formaciones sencillas que no te profesionalizan o que no mejoran tu tarea docente", expresa en declaraciones a este medio.
En la misma línea, Eva Sargatal de Rosa Sensat cree que, con los cursos online, se pierde "el debate, la socialización con otros compañeros y la reflexión compartida". No obstante, defiende que el número de inscripciones en los programas para profesores son positivas en su entidad: 500 en dos semanas. Aun así, las cifras se sitúan todavía muy por debajo a la prepandemia.
Nuevas temáticas en la formación
Sea como sea, las voces consultadas esperan que sea solo un bache y que la nueva consellera Anna Simó motive a los docentes a quererse formar para mejorar la calidad del sistema educativo y afrontar los retos pendientes. Entre ellos, se encuentra el abordaje de problemas como el acoso sexual, el bullying o la plena inclusión, para los que se debe ofrecer "herramientas" a los maestros.
Precisamente, esas son cuestiones que se están empezando a incorporar en los programas de Rosa Sensat, asegura Sargatal, que opina que el Departamento debería incentivar la formación de quienes educan a los ciudadanos del futuro. Una petición que le harán llegar a Simó la semana que viene en una reunión ya agendada.
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