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Un alumno de Formación Profesional EUROPA PRESS

Política

El Govern fracasa por segundo año en la FP para alumnos vulnerables

Los sindicatos critican que la Generalitat saque pecho de los alumnos de continuidad que logran una plaza pero se olvide del resto; esos son los que no obtuvieron sitio el año pasado, los que abandonaron hace tiempo o los que proceden de escuelas de segunda oportunidad

10 julio, 2023 23:30

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La Formación Profesional (FP) es una de las puertas de acceso al mercado laboral. Pero desgraciadamente, no todos tienen garantizada su plaza en Cataluña. Algo que afecta, especialmente, a los alumnos más vulnerables que no tienen recursos para pagarse su estancia en un centro privado o concertado. Y es que, hoy por hoy, el Govern prioriza a los estudiantes de continuidad, los que provienen de cuarto de la ESO, de bachillerato o de centros de formación de adultos. Así, deja tirados de nuevo a aquellos que quieren reincorporarse al ámbito educativo, como los que no lograron plaza años anteriores, los que abandonaron los estudios o los que proceden de escuelas de segunda oportunidad.

Cabe recordar que estos centros tienen el objetivo de rehacer trayectorias educativas para jóvenes de entre 16 y 21 años que, en su día, interrumpieron su itinerario en la etapa obligatoria -abandono escolar prematuro- o en la etapa postobligatoria.

Las escuelas de segunda oportunidad

En noviembre de 2022, el exconseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, anunció cambios en el proceso de preinscripción a la FP tras el fiasco de los últimos años, cuando miles de alumnos se quedaron sin plaza para acceder al grado medio o superior deseado. Lo que hizo fue ampliar el grupo de estudiantes que tendrían prioridad, más allá de los procedentes de cuarto de la ESO. Es decir, sumó a los de bachillerato y a los del último curso de centros de adultos.

Los consellers Natàlia Garriga y Josep Gonzàlez-Cambray

Los consellers Natàlia Garriga y Josep Gonzàlez-Cambray EUROPA PRESS

Pero en los últimos días, el Govern ha dado a conocer las cifras de este año: cerca del 90% de este alumnado de continuidad que se ha preinscrito en un ciclo de grado medio ha obtenido una plaza entre una de las opciones que había pedido. De este porcentaje, el 82,38% lo han conseguido en la primera petición. Unos datos que, a priori, parecen positivos, pero que son “falsos”, alerta el responsable de FP de Cataluña en UGT, Jesús Martín. Y es que cabe preguntarse: ¿Dónde queda el porcentaje restante? En ese grupo estarían incluidas las personas que el año pasado se quedaron sin plaza, que abandonaron los estudios o que vienen de una escuela de segunda oportunidad.

Este tercer grupo preocupa especialmente, ya que “se trata de jóvenes que están fuera del sistema educativo y que, por motivos socioeconómicos, no se pueden pagar una oferta privada de FP”. Por eso, la parte social lamenta que la Generalitat vuelva a dejarlos en la estacada y sin la opción de acceder a un grado medio para que puedan desarrollar su carrera académica y, por tanto, garantizar un mayor acceso al mercado laboral.

Un centro privado como alternativa

Para esta minoría de alumnos, en cambio, sí que tiene una solución el Ayuntamiento de Barcelona. Según han explicado las mismas fuentes a Crónica Global, en el último Consejo de la FP de la capital catalana celebrado hace unos días, el consistorio -ahora gobernado por Jaume Collboni (PSC)- aseguró que pagaría una plaza en un centro público-concertado a aquellos jóvenes que procedan de escuelas de segundas oportunidades municipales y que se hayan quedado sin plaza pública.

Aunque la medida nace de la buena voluntad, desde las organizaciones consideran que es un “parche”. Y es que no cabe duda de que podría generar un agravio respecto a otros municipios que no tienen suficientes recursos para hacer esta inversión. “Ni la Generalitat ni el ayuntamiento tienen que pagar plazas privadas”, expresa Rodrigo Plaza, responsable de FP de CCOO, que advierte de que dejar fuera a algunos alumnos que no son de continuidad forma parte de “las políticas segregadoras de la Generalitat”.

La problemática relacionada con las escuelas de segunda oportunidad ya ha llegado al Parlament de la mano de una propuesta de resolución del PSC que fue aprobada. En el último pleno monográfico de educación --celebrado a finales de junio--, la diputada Esther Niubó reclamó la creación de "un modelo y marco normativo" que dote a estos centros de "un reconocimiento organizativo asociado a un plan de financiación que permita su desarrollo". 

La diputada del PSC, Esther Niubó, interviene durante una sesión plenaria

La diputada del PSC, Esther Niubó, interviene durante una sesión plenaria EUROPA PRESS

Un mapa de la oferta y la demanda

¿Qué se debe hacer para que todos los estudiantes tengan acceso a un grado medio o superior de formación profesional? Plaza cree que se debería modificar la normativa de admisión y “reservar un porcentaje de plazas” para ellos. Además, Martín reclama que se haga realmente “un mapa de la oferta y la demanda de FP” para detectar qué necesidades hay. Una vez hecho esto, la Generalitat debería construir centros y, además, optimizar al máximo todos los espacios.

Otra de las soluciones a corto plazo sería aprovechar los institutos de secundaria “que están vacíos por las tardes” y las aulas de las escuelas de adultos que “están cerradas por las mañanas, hasta las cuatro de la tarde”. “Tenemos un equipamiento público que está desaprovechado”, agrega Plaza.

Un mensaje contradictorio

Sea como sea, la parte social lamenta que se deje a un grupo de alumnos en la estacada. Pero más especialmente a los de las escuelas de segunda oportunidad, a quienes se les lanza un mensaje contradictorio. Por un lado, la Administración les ofrece matricularse en estos centros para “abrirse un futuro y reengancharse a los estudios” y, por otro, cuando lo hacen, “no tienen plaza”. “Es un mensaje muy poco alentador”, asegura Martín.

Estudiantes de FP dual

Estudiantes de FP dual EP

Ante este panorama, las personas que no consiguen plaza en el sistema público están condenadas a elegir entre dos opciones. O bien se conforman con un grado en el que haya menos demanda, aunque no sea el deseado; o bien eligen un centro privado para poder estudiar lo que les gusta. Ambas alternativas son poco esperanzadoras ya que están abocados a abandonar los estudios por falta de interés o por falta de recursos.