Un concierto a bordo del Costa Firenze, barco donde ha habido un brote de coronavirus / Cedida

Un concierto a bordo del Costa Firenze, barco donde ha habido un brote de coronavirus / Cedida

Vida

Denuncian "descontrol" en el crucero de Costa donde se detectó un brote de Covid

Pasajeros del Costa Firenze alertan de un evento "masivo" en el que no se respetó el procolo mientras la compañía insiste en las medidas de seguridad

13 enero, 2022 00:00

Pasajeros del barco Costa Firenze han denunciado "descontrol" en un buque que ha terminado con un brote de coronavirus en Dubái (Emiratos Árabes Unidos). Viajeros del buque de Costa Cruceros afectado por una cadena de contagios han alertado de un "precedente" en octubre en el que, insisten, "ya hubo positivos". La compañía subraya la aplicación de un protocolo estricto que prevé un test PCR antes de embarcar y otro durante la travesía, entre otras medidas para minimizar las posibilidades de contagios. 

El organizador de eventos con la compañía Eugenio Úbeda reconoce que exiten, pero señala que en ciertos momentos se incumplen. Explica en conversación con este medio que él ya alertó en octubre de que algunos actos a bordo del Firenze incumplían las medidas antipandémicas. Lo que es más, da un nombre y una fecha: la activdad El Barco Ochentero que se celebró en el barco que partió de Barcelona en octubre y que terminó "con varios contagios" entre el pasaje tras "bailes, fiestas y eventos masivos sin todas las distancias y, a menudo, sin mascarillas". 

"Se vetó un crucero, pero se permitió éste"

Úbeda, que trabajaba de forma habitual con una agencia de viajes que tiene contrato con Costa Cruceros, admite que la naviera que preside Mario Zanetti vetó uno de los productos que comercializa, el llamado Crucero Tango. Indica que la dirección del grupo turístico renía claro que "no se podían mantener las distancias" de seguridad necesarias en la actividad de ocio. En esta ocasión, la filial de Carnival Corp indicó que el baile "estaba prohibido, incluso con mascarillas y distancia". 

Tras dejar a más de 100 personas en tierra en 2021 --"y ya veremos en 2022", tal y como advierten desde el entorno de la compañía- el dinamizador detectó que si bien su tour no se había podido hacer por la pandemia, Costa sí permitía otros. "Vetaron un Crucero de Tango y resulta que luego hacen otro ochentero en el que tampoco se cumplió nada. A la luz están las fotografías y las imágenes", lamenta. Insiste en que "conoce a pasajeros que se infectaron en ese barco" porque las restricciones "se rompieron una y otra vez" a bordo. 

Costa: "Test y medidas"

Preguntado por la polémica, Costa Cruceros ha preferido debatir el programa de actividades de ocio y si el pasaje cumple en esos momentos los requisitos de seguridad de un viaje en plena pandemia, el gran reto de todo el sector. No obstante, fuentes cercanas a la naviera han admitido que el evento que ha generado polémica tuvo lugar. Remarcan que fue "puntual y bajo el protocolo contra el Covid" que se aplica en la empresa, que incluye desinfección y limpieza reforzadas, el uso de mascarillas y la distancia de seguridad a bordo, aforos restringidos y un equipo médico formado que también atiende a las personas con síntomas compatibles con la enfermedad. 

Otros interlocutores conocedoras del día a día en los barcis hacen hincapié en que los pasajeros de los cruceros tienen que someterse a un test PCR antes de embarcar y otra prueba de confirmación a mitad de trayecto para cerciorarse de que no hay rastro del virus. 

Brote en Dubái

El malestar con El Barco Ochentero de Costa Cruceros llega cuando la compañía ha tenido que lidiar con un brote del virus SARS-CoV-2 en el Costa Firenze en Dubái, donde el buque, que opera en Barcelona, completa el circuito del Golfo Pérsico. El grupo aseguró que se cribó a todo el pasaje y que los turistas pudieron embarcar y desembarcar sin problemas. Otras fuentes del sector, no obstante, aseguraron que la firma perdió el control del brote, que afectó a decenas de miembros de la tripulación.

Sea como fuere, el incidente ha terminado como una de las anécdotas de la temporada de cruceros, que discurrió durante el verano tras la prohibición de operar durante la fase más dura de la enfermedad.