Una mujer que ha superado un cáncer de mama sostiene un lazo rosa, símbolo que se usa para concienciar sobre esta enfermedad / PEXELS

Una mujer que ha superado un cáncer de mama sostiene un lazo rosa, símbolo que se usa para concienciar sobre esta enfermedad / PEXELS

Vida

Cáncer de mama: una batalla que va más allá de la medicina

Cada 19 de octubre se celebra la lucha contra una enfermedad que afecta a una de cada ocho mujeres, que sufren sus consecuencias mientras tratan de sobrevivir también a otros aspectos del mundo real

19 octubre, 2021 00:00

El cáncer de mama ya es el más diagnosticado del mundo. En España, es el tumor más frecuente entre las mujeres, pues representa cerca del 30% de los que se detectan en este sector de la población, según indican los datos más recientes del Sistema Europeo de Información del Cáncer. Por ello, cada 19 de octubre se celebra el Día Mundial del Cáncer de Mama. El objetivo es darle visibilidad y apoyar a las miles de personas que lo sufren, así como a sus seres queridos. Aunque cada caso es distinto, esta batalla va más allá de la medicina, pues afecta a todos los aspectos de la vida, por lo que las pacientes señalan la fortaleza individual y rodearse de un entorno adecuado como dos de las claves para superarlo.

Una de cada ocho mujeres padecerá esta enfermedad a lo largo de su vida, pero si se detecta a tiempo tiene un alto porcentaje de supervivencia. Por este motivo es tan importante ser constante en las revisiones e incidir de manera preventiva en los hábitos de vida; como llevar una dieta sana, mantener un peso adecuado y hacer ejercicio. “Esto sirve tanto para prevenir el cáncer como para que, en caso de sufrirlo, su impacto sea menor, además de ayudar a evitar posibles recaídas una vez superado”, ha explicado a este medio Joan Albanell, director de Oncología de HM Nou Delfos y experto en este tipo de tumores.

A remolque de la pandemia

La primera ola de la pandemia impactó de lleno en toda la sanidad, por lo que los programas de cribado y diagnóstico precoz se interrumpieron. A consecuencia de ello, se retrasaron muchos cánceres que podrían haberse detectado en una fase inicial. “Hubo alrededor de un 20% de pacientes menos diagnosticados en 2020 a consecuencia del Covid-19, por lo que hemos ido a remolque y estimamos que, ahora, llevamos un retraso de un mes”, lamenta Albanell. En este sentido, desde HM CIOCC,  aseveran que estos datos podrían suponer "un incremento de la mortalidad de entre el 10 y 20%". 

Aun así, el doctor asegura que han logrado aprender a trabajar de forma independiente al virus durante un año en el que se han obtenido avances “muy importantes” en algunos tipos de esta enfermedad. Entre ellos, menciona unos medicamentos que prueban la eficacia de la inmunoterapia en el cáncer de mama triple negativo, un fármaco que mejora los resultados de pacientes con mutaciones del hereditario y una terapia biológica con anticuerpos monoclonales incluidos en la quimio que muestra avances en el HER2 negativo. Por ello, el oncólogo subraya la importancia de poner de manifiesto los avances que se realizan cada año, así como “mentalizar a la sociedad para que se implique en proyectos que ayuden a conseguir más recursos para su investigación”.

Dos mujeres sostienen lazos rosas con motivo del Día Mundial del cáncer de mama / PEXELS

Dos mujeres sostienen lazos rosas con motivo del Día Mundial del cáncer de mama / PEXELS

La importancia de las revisiones médicas

Aunque la autoexploración de los pechos es un método que puede resultar útil para detectar posibles irregularidades en éstos, Albanell recalca que lo más importante es acudir a las revisiones ginecológicas de forma periódica. Y es que no siempre aparece alguna molestia o bulto en los senos cuando se tiene un tumor. Este es el caso de Patricia Pueyo, que ha contado a Crónica Global que le detectaron un cáncer de mama HER2 positivo a sus 47 años durante una revisión regular en enero de 2019, a la que acudió sin presentar dolor alguno. Tras descartarle una metástasis, realizó varias sesiones de quimioterapia para, una vez reducido el tumor --que inicialmente era de 3,5 centímetros--, someterse a una operación para extirpárselo.

“Los primeros días me invadió el miedo, pero éste desapareció en cuanto empecé el tratamiento para matar el bicho”, apunta Pueyo. Asegura que, además de los medicamentos, otra de las cosas que fueron cruciales para que superase la enfermedad fueron su fortaleza y actitud positiva. Fue capaz de mantenerse segura a pesar de vivir un momento de su vida de lo más complicado, ya que en plena quimio su marido decidió separarse de ella y tuvo que lidiar con ello mientras luchaba por acabar con el cáncer. “Me dio fuerza el cariño de mis seres queridos y el mostrarme fuerte, pues hay gente que termina huyendo si te ven siempre triste porque les asusta”, sostiene.

Pérdida de concentración

Una vez superada la enfermedad, Patricia volvió a su trabajo como arquitecta técnica, donde notó una de las principales secuelas que le ha dejado el cáncer: la pérdida de concentración. “He llegado a pensar que la quimio se llevó algunas de mis neuronas porque no soy tan ágil mentalmente como lo era antes y noto un ligero descenso de mi capacidad”, confiesa.

A pesar de ello, ahora se siente “totalmente curada” y solamente recuerda todo por lo que ha pasado cuando acude a las sesiones de revisión o debe tomarse la medicación. No obstante, el pánico sí que regresa cuando le toca hacerse la mamografía y ecografía, ya que fue con lo que empezó todo. “Estas pruebas me asustan ya que, aunque no me duela nada, me traen malos recuerdos porque en aquel entonces tampoco me dolía nada”, añade.

Una mujer se somete a una mamo grafía durante una revisión médica / EP

Una mujer se somete a una mamo grafía durante una revisión médica / EP

Un cáncer en pleno Covid

Si luchar contra un cáncer ya es complicado, hacerlo en plena pandemia aún lo es más. Así lo manifiesta Eulàlia Díaz, una enfermera que pasó al bando de los pacientes en noviembre del año pasado tras detectarle el cáncer. Fue a una revisión ginecológica tras haberse puesto un DIU, pero la ecografía detectó algo raro. Le hicieron una biopsia y los resultados revelaron un tumor de cuatro centímetros en su pecho derecho.

Hacer la quimio en aquel momento, en el que la epidemia registraba un repunte y volvíamos a estar parcialmente confinados, le dio más seguridad porque no se cruzaba con tanta gente, pero su miedo era mayor porque no quería contagiarse. “Vivir esta etapa en una pandemia con tantas incógnitas asusta más, sobre todo en un momento en el que los hospitales volvían a estar saturados y se cancelaban muchas intervenciones”, asevera. Por suerte, su operación pudo realizarse en junio y le quitaron el tumor, tras lo que hizo algunas sesiones de radioterapia de las cuales todavía se está recuperando, pues algunas secuelas de la radiación tardan en salir.

La fuerza de su hija

Su hija cumplió cinco años el mismo día que le diagnosticaron el cáncer, pero durante todo el proceso mostró mucha madurez y le dio a su madre la fuerza que necesitaba en cada momento. “Me demostró ser más valiente que yo porque me ayudaba, me hacía compañía cuando estaba mal en la cama y me daba ganas de luchar”, cuenta Eulàlia.

Este 19 de octubre será el primero que vivirá como superviviente de un cáncer de mama. Aunque reconoce que lleva el lazo rosa desde hace mucho tiempo porque su madre también lo superó, ahora lo hace de otra manera porque se ve reflejada dentro de él. No obstante, remarca que no se trata solo de un día, sino que cada día hay gente que lucha contra él. “Aunque no se puede hacer nada para prevenirlo, hay que concienciar de la importancia de hacerse chequeos, apoyar a la ciencia para que se siga avanzando y crear más grupos de apoyo porque no todo el mundo tiene la compañía que necesita”, concluye.

Dificultades en la reinserción

Aunque Patricia no tuvo problemas para reincorporarse a su empleo y Eulàlia está a la espera de recibir el alta médica para poder hacer lo mismo, no todas las pacientes tienen la misma suerte en su reinserción social y laboral. Un estudio de la Federación Catalana de entidades contra el cáncer (Fecec) reveló que alrededor de la mitad de mujeres que han sufrido esta enfermedad están en edad laboral, por lo que trabajaron en la creación de un servicio gratuito para proporcional orientación en este ámbito.

“Es un tema complejo que preocupa mucho a las personas en esta situación, ya sea porque quieren seguir trabajando y no pueden o porque no se sienten preparadas para hacerlo y, en cambio, deben”, ha explicado a este medio Clara Rosàs, gerente de Fecec. Defiende que la sociedad no habla lo suficiente de estos aspectos, la cual tampoco es consciente de que volver a la cotidianidad suele pasar también por la reincorporación al trabajo. El cáncer de mama conlleva secuelas físicas y emocionales, algunas de las cuales perduran con el tiempo. Por ello, desde la federación reclaman la posibilidad de que las pacientes vuelvan de forma progresiva a sus empleos.