El Hospital del Mar logra predecir el riesgo de cáncer de mama 20 años antes
Un nuevo modelo abre la puerta a adaptar la frecuencia de las pruebas según el pronóstico
8 abril, 2021 11:00Un nuevo modelo predictivo desarrollado por médicos e investigadores del Hospital del Mar y del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) permite prever el riesgo de desarrollar cáncer de mama a largo plazo, hasta veinte años antes. Este sistema, publicado en la revista PLOS One, se enfoca en mujeres de entre 50 y 69 años participantes en cribados de cáncer de mama y para crearlo se han analizado datos de los hospitales del Mar y Sant Pau sobre 122.000 mujeres.
Los modelos existentes permiten predecir como máximo a diez años el riesgo de que una mujer sufra la enfermedad y no se centran en mujeres participantes en cribados, mientras que el nuevo, según Javier Louro, matemático e investigador del Grupo de Epidemiología y Evaluación del IMIM, “permite, por primera vez, predecir el riesgo de desarrollar la enfermedad en intervalos de dos años, hasta llegar a los veinte años, cuando, generalmente, los modelos anteriores tenían una capacidad de predicción de solo un único horizonte temporal”.
Factores de riesgo
El científico asegura que este avance tiene el potencial de adaptar el seguimiento de las pacientes en función de su riesgo, personalizando la frecuencia de las pruebas de cribado, que ahora se hacen cada dos años a todas las mujeres entre los 50 y los 69 años. "Actualmente, el cribado de cáncer de mama trata igual a todas las mujeres de entre 50 y 69 años, pero dentro de este colectivo hay mujeres que, en función de sus características, pueden tener más riesgo de sufrir la enfermedad que otras. Son variables que hay que tener en cuenta", destaca.
Según los investigadores, el modelo ha demostrado una capacidad de discriminación de incluso el 64%, aunque los autores están analizando otra variable, la densidad de la mama, que podría mejorar la precisión de las predicciones. El análisis de los datos estudiados revela que el riesgo más alto se registra en las mujeres con antecedentes familiares de esta enfermedad, lesiones benignas proliferativas y calcificaciones activas.
Adaptar la frecuencia de las pruebas
El trabajo, que sigue las líneas marcadas por la European Conference on Personalized Early Detection and Prevention of Breast Cancer (ENVISION) para personalizar los programas de cribado, puede permitir en el futuro cambiar frecuencia de las pruebas diagnósticas para adaptarlas a las variables de riesgo de cada paciente.
“A las mujeres de más riesgo se les podría ofrecer hacerse una mamografía cada año o una resonancia magnética, que es más precisa, en lugar de una mamografía cada dos años”, augura Marta Román, investigadora principal del proyecto y miembro del Servicio de Epidemiología y Evaluación del Hospital del Mar. “En cambio, a las participantes de menor riesgo, el tiempo entre estas se podría ampliar”, añade.