Seis meses de cárcel para el hombre que agredió a un sintecho en Barcelona
La víctima se protegía del frío en un cajero cuando el condenado entró y le profirió todo tipo de insultos hasta el punto que le pegó
19 mayo, 2021 12:37Un juzgado de Barcelona ha condenado a seis meses de prisión al hombre que agredió a un sintecho en un cajero automático de Gran Vía de Carles III, en Sarrià, en diciembre de 2017. También deberá abonar 150 euros de multa, a razón de cinco euros diarios, 1.000 euros de indemnización, 250 por las lesiones y 750 por el daño moral, y hacer dos cursos de formación. La pena de prisión quedará suspendida durante tres años, una situación condicionada a que el condenado no vuelva a delinquir y a que abone el importe compensatorio.
El acusado ha aceptado los hechos imputados y la condena por los delitos de lesiones leves y contra la integridad moral. Según expone la sentencia, el condenado agredió, insultó y amenazó, sin mediar provocación previa, a un sintecho que dormía en un cajero automático. De acuerdo con la exposición, hacia las 22.00 del 22 de diciembre la víctima entró al cajero para pasar la noche y resguardarse del frío, momento en el que empezaron los ataques.
“Sois unos rastreros”
Al cabo de poco tiempo, el acusado entró y golpeó algunas teclas, a pesar de que no hacía ninguna operación bancaria. En ese momento, y "movido por la intención de herir a la víctima y despreciando su dignidad por su condición de persona sintecho” se giró de hacia él y le espetó "sois unos rastreros, no tenéis derecho a vivir, ni derecho a estar aquí porque no tenéis dinero, chusma". Los gritos iban contra la víctima y contra otro sintecho que también estaba en la oficina, a quien le dijo "vete del cajero o te parto la cara". A continuación, abandonó el lugar, pero antes pisó el pie izquierdo de la víctima, que se levantó y le recriminó la acción.
Ante esta situación, el condenado le empujó y le dio un puñetazo en la mejilla derecha, una agresión que fue recriminada por algunos peatones, a los que el acusado les respondió que "esta gente no tiene que estar aquí". Los ciudadanos les separaron y avisaron a los Mossos d'Esquadra. El acusado no podrá acercarse a menos de 1.000 metros ni comunicarse con la víctima durante dos años y medio. De la misma forma, deberá seguir un programa de prevención de delitos violentos y otro sobre aceptación de la diversidad.