Discretamente. Así está negociando el Hospital Clínic Barcelona para integrar al Hospital Plató, en la que sería la mayor operación de absorción en el sector sanitario en Cataluña en los últimos años. Los contactos entre el mejor complejo médico catalán --y uno de los mejores de España-- y la clínica barcelonesa están encaminados hacia una fusión total, por bien que gradual.
Así lo cuentan fuentes cercanas a las negociaciones, que insisten que el intercambio entre ambas ciudades sanitarias se han intensificado recientemente, apremiadas por un problema: el centenario Clínic se ha quedado sin espacio, sus instalaciones son vetustas cuando no peligrosas y algunos servicios, como las urgencias, directamente ilegales, al estar parcialmente ubicadas en módulos prefabricados. Oficialmente, ¿qué dicen ambas gerencias? Por el lado del Clínic, nada, al no contestar los requerimientos de este medio. En el lado del Plató, su director gerente, Jordi Pujol Colomer, se ha limitado a constatar en conversación telefónica que existe una "alianza estrecha" entre ambos hospitales que podría intensificarse en los próximos tiempos. "No se puede hablar de una absorción, porque nuestro centro es una fundación. Si hay algún movimiento será en la línea de esta alianza reforzada que arrancó en 2017", ha indicado el directivo, que ha pedido "contención" a la "hora de hablar de determinadas cosas".
"Hay contactos y habrá noticias pronto"
Otras fuentes conocedoras de los contactos son mucho más categóricas. "Es cierto que ambos hospitales iniciaron una colaboración en 2017. De hecho, el Clínic copa ya dos plantas al Plató, una de hospitalización y la UGA (Unidad Geriátrica de Agudos). Al estar situados en la misma área de referencia [Izquierda del Ensanche de Barcelona], el gran hospital deriva pacientes al pequeño cuando sus urgencias se saturan. Todo ello se conoce. Lo nuevo es que hay algo más en ciernes: una intensificación de la colaboración. Lo llamarán alianza, pero en realidad será una absorción en toda regla, a la espera de la fórmula legal que adopte", han explicado.
"La adquisición, integración o compra, además de no llevar esta etiqueta, será gradual. Será paulatina por dos motivos. Uno, porque hay preocupación entre los 500 trabajadores del Hospital Plató. Si los dos complejos sanitarios se alían, se pueden generar duplicidades y despidos. En este capítulo, cabe recordar que el convenio que rige en la institución pequeña es la del Sistema de Utilización Pública de Cataluña (Siscat), mucho peor que el del Clínic, que es propio. El segundo motivo es aún más importante: alguien tiene que pagar", explican. ¿A qué se refieren? "El Clínic, pese a su merecida reputación, no puede permitirse costear una adquisición de estas características. Por lo que alguien tendrá que sacar la chequera, y aquí muchos están mirando de reojo al Departamento catalán de Salud", abundan.
Atento a los contactos
Las fuentes consultadas sitúan a Salud en la mesa tripartita de la alianza reforzada --por eufemismo de absorción-- del Clínic con el Hospital Plató, que utilizaría de instalación satélite. Lo cierto es que las dos instituciones sanitarias ya se entienden en el marco del Área Integral de Salud de Barcelona Izquierda (AISBE, por sus siglas en catalán), zona en la que viven hasta 540.000 personas en la Ciudad Condal. La integración, adquisición o compra sería simplemente para lograr un cambio de titularidad de dos centros que no son públicos --ambos se encuadran en la patronal privada Unió Catalana d'Hospitals (UCH)-- pero que atienden a pacientes del sistema sanitario pagado por el contribuyente mediante conciertos. "El Clínic es un consorcio, y el Plató, una fundación. Ya se derivan pacientes el uno al otro. La fusión, tenga el nombre que tenga, es el paso más lógico por una cuestión de eficiencia", explican.
Además de ser un paso lógico, la alianza entre las dos ciudades sanitarias al ralentí constituirá la mayor operación de adquisición en el sector sanitario catalán en los últimos años. Por lo pronto, los contactos entre los hospitales que dirigen Josep Maria Campistol y Jordi Pujol Colomer han animado un mercado que había caído en la atonía en los últimos años salvo por los movimientos del grupo madrileño HM Hospitales. Esta firma entró en el Hospital Delfos de Barcelona a principios de 2018 mediante una ampliación de capital de 20 millones y tomó el control del Hospital de Nens, también sito en la Ciudad Condal, en noviembre de este año. Esta última operación alcanzó los 10 millones de euros, a los que hay que sumar otros 25 millones que busca Delfos para reformar y mejorar la calidad en diversos servicios.