Las estatuas humanas de las Ramblas se rebelan contra una muestra gastronómica
Critican que el Ayuntamiento de Barcelona subvencione a empresas privadas y cobre a los artistas callejeros
7 junio, 2017 00:00Son uno de los emblemas de la ciudad de Barcelona y ahora se sienten maltratadas por el Gobierno de Barcelona en Comú. Las estatuas humanas son parte del atractivo barcelonés que posiciona a la capital catalana como una de las urbes que más artistas callejeros acoge.
Sin embargo, actitudes e iniciativas del Gobierno de Ada Colau provocan que se sientan rechazadas. Uno de los ejemplos es la celebración de las jornadas llamadas "Tast a la Rambla", un encuentro gastronómico donde restaurantes de renombre ocuparán la histórica rambla barcelonesa entre el 8 y el 11 de junio.
Subvenciones a empresas privadas
El consistorio barcelonés pretende arrebatar el espacio a los turistas y devolvérselo a los vecinos de la ciudad con algo tan simple como una feria donde degustar platos, tapas y bebidas a precios adaptados a cualquiera. Pero las estatuas humanas se quejan.
Sienten que también se les está arrebatando a ellas su lugar de trabajo y, por consiguiente, su economía. Según explica a Crónica Global Walter, que encarna cada día a Don Quijote y su caballo, Rocinante, los artistas no entienden por qué el ayuntamiento subvenciona a empresas privadas para celebrar el evento y cobran a los artistas callejeros por hacer su trabajo: “¿Estamos locos o qué?”
Recuerda que los figurantes deben trabajar con una licencia de vendedor ambulante y no artística, lo que implica que, al considerarse del sector del comercio, tengan que pagar la cuota de autónomo a la Seguridad Social.
Degrada la zona
El "Tast a la Rambla", según Walter, les afecta porque cambiará el escenario habitual de la zona. “El transeúnte no va a poder caminar; habrá borrachos; los vecinos se quejarán porque el sonido estará a tope; la competencia desleal de comercios; los artistas de la feria artesanal tampoco podrán vender; las calles estarán cortadas y habrá restricciones en el transporte público, y el espacio para las estatuas estará delimitado”, critica.
Los artistas no tienen programada ninguna protesta, pero no la descartan. “El año pasado ocurrió lo mismo y a última hora nos decidimos y llevamos a cabo varias acciones reivindicativas”. Quizá este fin de semana también digan basta.