Patio del Hospital Sant Joan de Reus, que fue intervenido por Salud el martes / CG

Patio del Hospital Sant Joan de Reus, que fue intervenido por Salud el martes / CG

Vida

El Hospital de Reus 'paga' la gran corrupción de la sanidad catalana

El centro sanitario, meollo del 'caso Innova', pierde las autonomías de gestión y financiera mientras avanza la instrucción del macrosumario

19 abril, 2017 00:00

El Hospital de Reus pagó la gran corrupción de la sanidad catalana. El centro sanitario, núcleo del caso Innova, perdió oficialmente el martes las autonomías de gestión y financiera. La institución la gobernará ahora una "entidad conjunta pública" que la Consejería de Salud (55%) comandará desde Barcelona.

A falta de conocer la configuración exacta del ente mixto, que Salud presentó como de "normalidad", empleados del complejo médico y fuentes cercanas al mismo avalaban el desenlace.

"Es el triste pero necesario final de una cadena de corrupción que significó salarios astronómicos, mala gestión y desastrosos resultados. Y ya veremos si hubo responsabilidades penales", avisó tras conocerse la noticia un miembro del comité de empresa del centro.

Debilidad

De hecho, miembros de la junta de personal recordaban ayer, 18 de abril, que la Consejería de Salud aprovechó la "debilidad y fragmentación" de este organismo para desplegar una medida que concitó oposición en, por ejemplo, el Consorcio Sanitario de Terrassa (CST): la intervención.

"Somos 1.200 trabajadores y la representación está muy fragmentada. El rescate era esperado y no hay ideas nuevas que surjan de la parte social. Se podía haber reclamado, por ejemplo, la integración en el Instituto Catalán de Salud (ICS)".

También en el terreno laboral, el personal avisaba de "miedo a perder condiciones" por un cambio de convenio. No en vano, el hospital pasará ahora a la red Siscat, que se rige por su acuerdo colectivo propio.

"Proyecto fallido"

Fuentes del sector sanitario subrayaban el proyecto "fallido" que significa el rescate. "Innova trató de ser una experiencia municipal de gestión privada de servicios públicos", valoraron.

"En virtud de la misma --continuaron-- se trató de crear un grupo de empresas desde un ayuntamiento de 100.000 habitantes. No resultó".

¿Qué falló? "Se descubrió que parte del negocio era, presuntamente, la propia construcción del complejo, que está sobredimensionado --el hospital tiene seis alas y 90.000 metros cuadrados--. Además, hubo cashpooling o transferencia de fondos entre empresas para tapar agujeros", abundan las mismas fuentes.

El entramado Innova está bajo investigación judicial en el Juzgado de Instrucción número 3 de Reus. La causa contiene una decena de piezas y una larga lista de imputados y supuestos delitos que dieron la puntilla al proyecto municipal.

"Aprovechémoslo"

A la luz de los hechos, Ciudadanos, primer partido no soberanista de la oposición en Reus, llamó a ser constructivo. "Sería fácil criticar a gobiernos anteriores por construir un hospital que es como un transatlántico: grande y poco operativo. Preferimos ponerlo en valor", esgrimió Pepa Labrador, portavoz naranja en el consistorio.

"Reus tiene ahora un hospital con especialidades de alta complejidad que no deberían recalar en Barcelona. Los vecinos pueden ahorrarse el viaje. De una situación lamentable y judicializada, la ciudad debe aprovechar lo que se pueda", agregó la edil.

En este sentido, Labrador alertó del impacto del rescate sobre el personal y operatividad de Ginsa, la firma municipal de salud que centraliza las compras en este campo.