Joan Martí, el tecnócrata que debe sacar al Taulí de la UCI
El director general lidia con el 'después' de la manifestación de médicos y usuarios del hospital de Sabadell ante la mirada de Salud
3 febrero, 2017 00:00Joan Martí López (1957) es una persona afable. Así lo describen quienes conocen a este profesional, un auténtico tecnócrata de carrera que a los 31 años ya dirigía la red de atención primaria de Sabadell. Todo un reto dado el déficit histórico del sistema sanitario en la zona. El director general de la Corporación Sanitaria Parc Taulí deberá gestionar la posmanifestación del jueves, que reunió a un millar de médicos y usuarios de la ciudad sanitaria. Lo hará, subrayan empleados próximos a él, entre presiones telúricas.
El doctor Martí, licenciado en Medicina y diplomado en Gestión Hospitalaria por la escuela de negocios EADA, deberá lidiar con fuertes intereses cruzados. El hospital de referencia para nueve municipios, y más de 400.000 personas en la zona del Vallés, aporta 1,29 camas por cada mil habitantes, una ratio similar a la de países como Gabón y Haití. La media española es el triple de esa cifra.
El déficit histórico de camas en la zona es el problema principal del centro. "Todo se reduce a las plazas. El equipo profesional es imbatible: médicos, enfermeros y auxiliares. Es de los mejores. Pero la falta de espacio congestiona el hospital", admite un cirujano que prefiere permanecer en el anonimato.
En este escenario, el alto directivo es diana de fuertes presiones vecinales y médicas para arañar presupuestos expansivos de la Consejería de Salud.
"Recortó lo que pudo"
Aumentar financiación no parece que sea una vía fácil. Aunque tiene autonomía financiera y de gestión, el hospital está participado por la Generalitat, Ayuntamiento de Sabadell y Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Por ello, está sujeto a la ley de racionalización 15/2014, que regula los consorcios sanitarios.
Como todos ellos, negocia el presupuesto anual según la actividad esperada a lo largo del año con el Servicio Catalán de Sanidad (CatSalut).
En el tuercebrazos anual, Martí se ha significado en una dirección. "Cuando fue nombrado en 2014 recortó lo que pudo. Se bajó el sueldo y ajustó las remuneraciones de altos cargos. Vio duplicidades en algunos, como la directora de servicios generales, y la transformó en una administrativa", explican fuentes cercanas al Consejo de Gobierno.
Si vales, asciendes
Su política de tolerancia cero con el dispendio le generó enemigos. Incluso antes de tomar el cargo. "Hubo movimientos en el Consejo para impedir su nombramiento. Sustituía a Joan Antoni Gallego, que había acometido los recortes en salud del consejero Boi Ruiz (CDC), en 2011. Gallego se jubilaba y Martí, director ejecutivo, sonaba para reemplazarlo. Hubo codazos para impedirlo".
Martí se sobrepuso a la oposición interna. "Trató de conciliar una política muy basada en la meritocracia --si vales, asciendes-- y de diálogo con el personal. Se rodeó de dos escuderos de absoluta confianza, Antoni Llamas, director de Personal, y Francesc Luque, director económico. Funcionan como un tridente".
Además, pergeñó una política de realismo. "Gallego planeaba transformar el hospital en un centro universitario. Martí lo frenó, con el argumento de que no era necesario. Que la formación ya se daba correctamente", agrega otra fuente consultada.
Acorralado
La realpolitik de Martí le valdrá de poco ante un departamento que ha implantado la austeridad.
La ciudad sanitaria ingresó 234 millones en 2010, antes de los ajustes de Boi. En 2015 fueron 243 millones, apenas nueve más. Durante este periodo, se han mantenido estables las altas hospitalarias (34.642 en 2015), ha descendido la cirugía y han aumentado las consultas externas.
"En enero, las derivaciones del Taulí al Hospital General de Cataluña (HGC) aumentaron un 53%. La cirugía disminuyó, pero los enfermos derivados por el Plan Integral de Urgencias Sanitarias (Piuc) repuntaron de forma notable", indican fuentes conocedoras.
Laboratorio
Otra de las aristas con la que tendrá que lidiar Martí es el laboratorio de desprivatizaciones que ha diseñado Salud para el Vallés. El Taulí integró a veinte empleados de la Clínica del Vallés, expulsada del sistema público en agosto del año pasado.
El siguiente en la lista es el General, que lleva un mes de descuento en el portafolio de recursos de la Consejería. "Por ahora, el General es imprescindible. Hay días que enviamos allí hasta nueve pacientes", recalca un trabajador del centro.
Para navegar en estas aguas, el director general ha optado por la política de recuperar derechos laborales. "Ha devuelto pagas a los empleados. Ello es innegable y le precede", cuentan directivos de su entorno.
Está por ver si su talante de gestor amable ayudará al hospital a recuperar el pulso. Porque tras estabilizar al centro, Martí deberá sacarlo de una de las peores crisis de los últimos años.