Los 10.000€ públicos que cobra el peluquero de Hollande dan la vuelta al mundo
La exmujer del presidente francés le justifica y asegura que él “no estaba al corriente del salario”
14 julio, 2016 13:09El mantenimiento del escaso pelo que le queda al presidente de Francia, François Hollande, sale caro a los ciudadanos. El peluquero que está las 24 horas del día pendiente de que el mandatario vaya bien peinado cobra 9.895 euros brutos al mes de las arcas públicas. El semanario satírico Le Canard Enchaîné dió a conocer la noticia, que ya ha dado la vuelta al mundo.
La polémica se ha extendido tanto que hasta la expareja de Hollande, Valerie Trierweiler, ha salido a defender al presidente socialista. Lo ha hecho a través de un tuit, en el que asegura que él “no estaba al corriente del salario del peluquero”. Trierweiler añade que “puedo dar fe de su enfado cuando lo supo más tarde”.
Et soyons juste: F. Hollande n'était pas au courant du salaire du coiffeur. Je peux témoigner de sa colère lorsqu'il l'a su plus tard.
— Valerie Trierweiler (@valtrier) 13 de julio de 2016
Fue precisamente ella quien contrató al peluquero, según Aziz Zemmouri y Stéphanie Marteau, los autores del libro El Elíseo Off, en el que salió a la luz su existencia. La expareja de Hollande también ha aprovechado la ocasión para desmentirlo.
Plena dedicación
Con la llegada de Hollande a la presidencia en 2012 se firmó el contrato con Olivier Benhamou, el barbero. La duración es de cinco años, hasta que se termine el mandato del jefe de Estado. Los argumentos que salen del Elíseo para justificarse apuntan, sobre todo, a la disponibilidad total de Benhamou.
“Empieza muy pronto por la mañana”, “tiene que trabajar incluso los fines de semana”, “ha de acompañar al presidente en todos sus viajes oficiales” y “ha faltado al nacimiento de sus hijos”. Todo para que Hollande siempre tenga un aspecto impecable.
Inestabilidad
La noticia se ha dado a conocer en un clima de inestabilidad en todo el país: un mes después de la última huelga general y entre protestas por la reforma laboral. Todo esto, mientras Francia mantiene el nivel de alerta máxima por atentados terroristas y celebra este jueves el día de la Bastilla, su fiesta nacional.