El Ayuntamiento de los enchufes amorosos y lo de Norma, Vargas Llosa e Isabel
Relación de relaciones sentimentales en Can Colau, informe de un perfil de twitter. El Nobel Mario pide el divorcio y Norma Duval deja al potentado Kühn, el dueño de la isla de Tagomago
28 noviembre, 2015 12:57Amor y desamor. El romanticismo, una lacra peor que la del nacionalismo. El amor puro, verdadero, neurótico, platónico y romántico. El amor que está en el aire e Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa lo pasean por Central Park, en paralelo a la Quinta Avenida. Las ardillas corretean por el césped. No muy lejos está el rincón de John Lennon. Quizá pasaron bajo el puente donde Al Pacino interpretaba el papel de poli rosa. Desde los tiempos de Gulliani, a finales del siglo pasado, Nueva York es una ciudad amigable para los turistas. Hasta se puede ir a Harlem, el Bronx y Brooklyn.
Un paseo en el Baton Rouge de la New York Bagel Company es imprescindible. Se contemplan las luces de las grandes corporaciones. A las once de la noche aún hay ejecutas dándole a la tecla y engordando la crisis. El mundo global en la capital del siglo. Y ahí van, cogidos de la mano, el Nobel peruano y la socialité filipina, dueños de Manhattan, príncipes de Maine y reyes del mambo. Isabel colecciona maridos. Es un bombón perenne, un ferrero roché de lujo, una recepción en la embajada china con corazones de golondrina y ancas de rana en salsa agridulce.
Mario ha pedido los papeles del divorcio e Isabel dice que si se casó con los anteriores fue porque ellos se lo pidieron y todito te lo consiento menos faltarle a mi madre, afirma Tamara Falcó, que estuvo de carabobina de la mamá en la escapada neoyorkina.
El desamor viene de la mano de Norma Duval, que ha mandado a hacer gárgaras al potentado inmobiliario Matthias Kühn. El año pasado aplazaron su boda hasta 2016, pero va a ser que no. Kühn arrastra al parecer problemas económicos. Es el dueño de Tagomago, la isla que se alquila para fiestas de famosos. Pero el negocio no chuta y las cuentas no remontan. Llevaban siete años juntos, el tiempo crítico, cuando según los químicos el amor se convierte en cariño o en acidez de estómago. O sea que la vedette, que estuvo casada con Marc Ostarcevic y Frade, el de las películas, vuelve a estar libre, como un pájaro o un taxi.
Todo esto está en el Hola de la barbería El Peluquín de Fredo. Un cliente le pide que renueve un poco el material, pero es lo que hay, la revista es la correspondiente a la semana. Al menos ya no estamos en la boda del torero y la presentadora.
Amor y desamor a la vez. Marta Ortega, la hija de Amancio (el empresario, no el exfutbolista) se separó hace meses de su marido, el jinete y entrenador de caballos Sergio Álvarez. Entre que ella cabalga y él monta, se habían dejado ver juntos en varias ocasiones, pero el caballista ha sido sorprendido con otra mujer, Charlotte Murray, una espectacular modelo francesa.
Genoveva Casanova y José María Michavila no se han separado porque no se han casado, pero están juntos al punto de que acudieron al funeral de la esposa de Michavila, fallecida hace dos años. También estaban los suegros. Hay disenso protocolario al respecto de la presencia de Genoveva en el oficio religioso. La asamblea de El Peluquín no se pone de acuerdo si sobraba o forma parte de las obligaciones de Casanova acompañar a su hombre en todo momento y lugar. Tenemos mucho más claro que hay que botar a Mas que lo anterior.
Para amor verdadero, el del Ayuntamiento de Colau, que en vez de una administración parece una extensión del dormitorio de los concejales. La alcaldesa está casada con Adrià Alemany, jefe de relaciones institucionales y políticas de Barcelona en Comú y asiduo asesor. El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha colocado a su pareja, Vanesa Valiño, como asesora de vivienda. La cuarta teniente de alcalde, Janet Sánchez, está emparejada con David Cid, coordinador de Iniciativa per Catalunya en Barcelona y otro frecuentador de las reuniones municipales. También Raimundo Viejo, concejal que deja su cargo para concurrir con Podemos en las generales, ha dejado a su pareja en muy buena disposición. Gaelle Suñer, así se llama la compañera de Viejo, está al frente de una entidad que ha empezado a recibir contratos del Ayuntamiento.
El sustituto de Viejo es Eloi Badia, un joven de 32 años cuya pareja, Tania Guerrero, es la consejera técnica del distrito de Les Corts. Otro concejal con pareja en la administración municipal es Josep Maria Montaner, responsable de Vivienda y del distrito de Sant Martí. Montaner comparte su vida con una asesora del ayuntamiento de Santa Coloma de Gramanet, dirigido por el PSC. Zaida Muxí es la "directora de Urbanismo, Medio Ambiente, Ecología Urbana, Espacio Público, Vía Pública y Civismo" de la ciudad satélite.
¿Enchufismo, nepotismo, mucho morro o sólo amor? El ayuntamiento carnal es lo que tiene. Estas simpáticas coincidencias fueron descubiertas por un perfil de twitter que se llama vcnencomu, con V de Venezuela y de Varcelona, boletín disidente de imprescindible seguimiento.