El pequeño municipio de Girona con nombre de fruta que esconde una joya de Salvador Dalí, La Pera VISIT COSTA BRAVA
El pequeño municipio de Girona con nombre de fruta que esconde una joya de Salvador Dalí: tiene menos de 500 habitantes
El topónimo es engañoso y su castillo, una joya por descubrir
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Hay nombres que parecen una auténtica broma. El caso más claro en Cataluña es el de Ultramort, en Girona. Sus habitantes ya están acostumbrados a que les hagan todo tipo de bromas al respecto.
Otros son algo más discretos pero no menos curiosos. No muy lejos del citado municipio hay un municipio que sorprende o, al menos, despierta la sonrisa de muchos viajeros que pasan por allí al leer el cartel que indican que han entrado a La Pera.
Este reducido municipio del Baix Empordà, por eso, esconde mucho más que esta extraña toponimia. Tras este nombre se oculta una interesante historia, sobre todo, un patrimonio cultural de primer orden. Aquí se encuentra una desconocida joya de Dalí.
Sí, La Pera es uno de esos municipios que pertenece al Triángulo Daliniano de Girona. Menos conocido que Cadaquès, Portlligat o Figueres, el pueblo es un punto de peregrinaje para los amantes del arte y, sobre todo, los conocedores de la vida y obra de Dalí.
Un nombre curioso
El nombre de localidad, en cualquier caso, no se debe a la intermediación del genio surrealista. Tiene un origen mucho más típico: viene del latín.
Por mucho que uno piense en la fruta cuando le su nombre, este pueblo de menos de 500 debe su nombre a la composición del terreno. En realidad, La Pera viene de la 'petra' latina que significa "piedra", y que hacía referencia a la naturaleza rocosa del lugar.
Un pueblo medieval
A pesar de que ya no es un asentamiento, el municipio todavía conserva el encanto de la villa medieval que un día fue. Desde sus calles hasta sus casas, la piedra es la protagonista del lugar.
Tampoco desmerece importancia la Iglesia de Sant Isidor. Situada en el punto más alto de la ciudad, esta edificación de estilo gótico tardío y claras influencias renacentistas desafía el tiempo.
Calles de La Pera
Aunque su origen se remonta al siglo X, la construcción actual se inició a finales del siglo XVI y se desarrolló a lo largo del XVII. El interior presenta una estructura gótica clásica, con una sola nave, capillas laterales entre los contrafuertes, y cubierta por una bóveda de crucería con arcos apuntados.
Destaca su fachada principal de estilo renacentista, construida con piedra calcárea bien escuadrada, que incluye una portada de "segunda romana" con columnas y frontón triangular, y una roseta central.
Un desconocido Dalí
Su elemento más visible, en cualquier caso, es el campanario de torre, de concepción tardo-gótica. Es de base cuadrangular y se transforma en un cuerpo superior octogonal decorado con arcadas apuntadas, tracería calada y numerosas gárgolas esculpidas.
Aunque la joya de la corona se la lleva, sin duda el famoso Castillo Gala-Dalí. Se encuentra en el agregado del municipio, en Púbol. Esta es la fortaleza que el pintor catalán regaló a su amada y que transformó en una obra de arte en sí misma.
Cómo es
También de origen gótico-renacentista, esta fortificación del siglo XI fue adquirida por el genio surrealista en 1969. El edificio estaba en un estado de ruina avanzada, pero no le importó.
La adquisición fue un acto de amor y una extensión del universo surrealista del pintor. Fue él quien se encargó meticulosamente de restaurarlo y decorarlo hasta convertirlo en el refugio y taller de Gala hasta su muerte en 1982.
Castillo de Púbol
Entrar allí es sumergirse en la estética excéntrica y personal de la musa del artista. Elementos surrealistas conviven con tapicerías suntuosas y una colección de vestidos de alta costura.
En el sótano del castillo, Dalí preparó su sepulcro. Después de su fallecimiento, Gala fue enterrada en una de las estancias, bajo una lápida.
Un castillo reservado
A pesar de que Dalí tenía previsto ser enterrado junto a ella, en una tumba gemela, el pintor no yace allí. Fue sepultado en Figueres, bajo la cúpula de su Teatro-Museo.
A pesar de todo, el castillo bien merece una visita. Es como entrar en el universo más privado del genio. De hecho, allí no entraba cualquiera. Dalí impuso una condición curiosa: él solo podía visitar a Gala en el castillo bajo invitación escrita de ella.
Actualmente, en cambio, es uno de los vértices esenciales del llamado Triángulo Daliniano, junto al Teatro-Museo de Figueres y la Casa-Museo de Portlligat (Cadaqués). Una ruta surrealista y que no todos completan.
Cómo llegar
Quien sí esté dispuesto en descubrir este castillo y el hermoso pueblo de La Pera, puede hacerlo en coche. El municipio se encuentra a apenas 25 minutos de Girona. Basta con tomar la carretera C-66 en dirección a la Costa Brava y desviarse al ver el indicador hacia allí
Desde Barcelona el viaje se alarga hasta la hora y media. Se va por la autopista AP-7 hasta Girona, para seguir por la C-66.
