
El centenario hotel modernista que enamora a Woody Allen y Johnny Depp, el hotel Casa Fuster CRÓNICA GLOBAL
He pasado mil veces por delante y no sabía que este era el hotel de Barcelona que enamoró a Woody Allen y Johnny Depp
El alojamiento es una de las obras más destacadas de un conocido arquitecto modernista de Cataluña
Más información: Tienes que visitarla sí o sí: la "maravilla natural" de Cataluña recomendada por National Geographic, ideal para ir en Semana Santa
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Barcelona cautiva a las estrellas. La arquitectura de Gaudí, las playas, la buena comida son ingredientes que no solo atrae a los turistas, también a famosos de todo el mundo.
De cantantes como Dua Lipa a cineastas como Woody Allen y Steven Spielberg, presidentes de la talla de Barack Obama o actores como Johnny Depp o Tom Hanks, son solo algunos de los nombres que se han pasado por aquí. ¿Y dónde duermen?
Cada artista tiene su alojamiento favorito. Mientras Timothée Chalamet optó por dormir en el Ars, Spielberg aposto por irse a La Florida. En cambio, Woody Allen, desde hace uno años apuesta por algo más distinguido.
Allen, así como otras estrellas de la talla de Johnny Depp, François Ozon o Juliette Binoche, entre otras, son fans de un hotel en particular, una joya modernista en sí misma como aprecia al ver su fachada: la Casa Fuster.
Un hotel con aire modernista
Este edificio, situado al inicio del bicentenario Passeig de Gràcia, fue construido en 1908 por el arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner y gracias a su estilo arquitectónico es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En sus paredes y detalles puede verse el legado de este genio catalán. Desde las sólidas columnas de piedra roja en la base hasta las elegantes ventanas trilobuladas y los motivos florales que decoran la fachada, el edificio expresa una síntesis depurada del modernismo catalán.

Vistas desde el hotel Casa Fuster INSTAGRAM
Destaca especialmente la tribuna corrida, que asciende en forma de torre hasta coronar el edificio, en contraste con la fachada posterior, insólitamente plana. El mármol blanco y las mansardas de estilo francés acentúan la contención formal y la elegancia del conjunto.
Café Vienés
La familia Fuster i Fabra ocupó la planta noble desde su finalización en 1911, pero el elevado coste de construcción y mantenimiento obligó a los propietarios a abandonar la residencia poco después, a principios de los años 20. En 1922, la casa fue adquirida por Jaume Ymbern Fort, momento en que el bajo del edificio albergó uno de sus espacios más emblemáticos: el Café Vienés.
Este se convirtió rápidamente en un punto de encuentro de la alta sociedad barcelonesa, así como de artistas y pensadores que encontraron en su atmósfera una extensión del espíritu modernista que impregnaba la ciudad.
Durante décadas, la Casa Fuster funcionó como edificio de viviendas. Entre sus inquilinos más conocidos figuraron los hermanos Espriu, incluido el escritor Salvador Espriu. Sin embargo, en 1962, el edificio estuvo a punto de desaparecer. La Empresa Nacional Hidroeléctrica del Ribagorzana (ENHER) lo compró con la intención de demolerlo y construir su sede.
La ciudadanía reaccionó con una campaña de oposición que incluyó artículos anónimos en la prensa y movilizaciones en defensa del patrimonio arquitectónico. Gracias a esta presión popular, el edificio se salvó de la piqueta. Aun así, no fue hasta 2004, cuando el Hotel Casa Fuster abrió sus puertas que regresó el esplendor de esta obra.
Actuaciones sorpresa de Woody Allen
Sus propietarios recuperaron también el Café Vienés. Resucitado como cafetería y sala de conciertos o eventos, este rincón de Barclona ha devuelto la vida a uno de los rincones más carismáticos del edificio.
Precisamente, allí, los clientes del bar y los huéspedes del hotel han podido ver a Woody Allen tocar el clarinete. Más allá de los conciertos que hace en la ciudad, el cineasta ha aprovechado sus estancias en la Casa Fuster para bajar al café y deleitar a los presentes con su música.
Servicios exclusivos
Estos detalles, junto a su pasado y el valor de su arquitectura han hecho de este espacio el hotel de las estrellas. Su terraza, con las mejores vistas al Eixample de Barcelona, es el lugar donde hay que estar para dejarse ver. Desde el bar-restaurante rooftop uno ve toda la bajada de Paseo de Gracia hasta el centro de la urbe rodeada de las islas diseñadas por Ildefons Cerdà.
Además de la piscina, también hay un gimnasio abierto las 24 horas, servicio de peluquería y belleza, masajes y servicio de spa. Lujos acompañados de una musicalidad excelente que puede disfrutarse en su jazz club. El mismo Woody Allen baja cada tanto hasta allí para unirse a la banda cuando se encuentra allí alojado.

Hotel Casa Fuster EP
Las habitaciones
Y antes de hablar de las habitaciones para sus huéspedes, destacar el Café Vienés de su planta baja. Sus cómodos sofás, su piano presidencial y una barra de bar al estilo más clásico conviven con las columnas de mármol y los ventanales de formas curvas de la vanguardia modernista.
Sus 105 habitaciones repartidas en 12 pisos hacen el resto para convencer a las estrellas. La más pequeña es de 25 metros cuadrados y cuenta hasta con mesa de trabajo y la Gran Suite, situada en la fachada dispone de 105 m2, tiene hasta su propia sala de estar. Y todo ello con un perfume con base de madera de roble y toques de lavanda, cardamomo, sándalo y nuez moscada entre otros aromas. Un placer para todos los sentidos, aunque no para todos los bolsillos.
Dónde está y cómo llegar
A todo ello se le añade su ubicación. La Casa Fuster se encuentra en pleno Passeig de Gràcia, en los famosos Jardinets, muy cerca de la Avenida Diagonal y en el barrio hipster por excelencia de la ciudad, Gràcia.
Este emplazamiento hace que también esté muy bien conectado. La parada de Diagonal, que está a escasos metros de allí, confluyen las líneas L3 y L5 del Metro y la L6 y L7 de los Ferrocarrils de la Generalitat (FGC).