El pueblo medieval de cinco letras que supera a Barcelona y L'Hospitalet: original del siglo IX y con vino denominación de origen
- Este municipio es reconocido por su increíble muralla y sus preciosos portales
- Más información: Este es uno de los lugares que el New York Times recomienda visitar este 2025: la montaña más mágica de Cataluña
Noticias relacionadas
Cataluña no se acaba en Barcelona. Ni mucho menos en Girona o cualquiera de las otras dos capitales catalanas. Esta comunidad tiene ciudades mucho más grandes. Y no, tampoco nos referimos a L'Hospitalet de Llobregat.
La ciudad vecina de Barcelona tiene el título de ser la que tiene una mayor densidad de población de Cataluña. La ciudad más grande, en cambio, está en Lleida y, en su día, era tan sólo un pueblo medieval. El lugar en cuestión es Tremp.
Dónde se encuentra
Sí, con sus 302,8 kilómetros cuadrados, esta ciudad supera a todas las capitales de provincia de Cataluña por su extensión. Pocos podrían vaticinar en el siglo IX, cuando apenas había una iglesia y poco más que este municipio alcanzaría este tamaño y que sería un lugar ideal para disfrutar de la historia y el vino de este país.
A los catalanes les suena y la pueden ubicar, pero para que no la conozcan, esta ciudad es una urbe de acceso a los Pirineos. Su origen se remonta a principios del siglo IX, cuando aparece en registros antiguos como Sancte Marie ad TRIMPLO, refiriéndose a la iglesia de Santa Maria, alrededor de la cual nació la ciudad.
Ciudad amurallada
Poco a poco, Tremp creció y como toda localidad medieval se convirtió en una villa amurallada y defensiva, característica que se consolidó en el siglo XIV, cuando el crecimiento urbano obligó a ampliar el perímetro defensivo.
Las murallas, acompañadas de seis torres y un foso, protegían a la población de las incursiones musulmanas. De ellas, aunque en el siglo XIX las murallas empezaron a ser desmanteladas, aún se conservan tres torres: la Torre de la Sacristía, la Torre del Mingo y la Torre de los Padres.
Pero más allá de las batallas, Tremp vivió épocas de esplendor. Durante la Guerra de Sucesión, se posicionó a favor de la causa austracista, siendo distinguida en 1708 con el título de Fidelísima Ciudad, en reconocimiento a su lealtad en diferentes episodios de la contienda. La ciudad también experimentó un período de esplendor durante la Edad Moderna, cuando en 1521 se fundó el Hospital de los Pobres, a iniciativa del doctor Jaume Fiella.
Qué hacer
Pasear por las calles de la ciudad transmite algo de todo eso. De hecho, quedan parte de sus murallas. Otro de los principales puntos de interés de Tremp es su centro histórico, que conserva el encanto de su pasado medieval. En la Plaza de la Cruz se encuentra el Ayuntamiento y la Basílica Mare de Déu de Valldeflors, una iglesia que data del siglo IX, aunque ha sido remodelada en diversas ocasiones a lo largo de los siglos. En la misma plaza se alza el monumento dedicado a Sant Josep Manyanet, eclesiástico nacido en Tremp y reconocido por su labor religiosa, en cuyo honor también se ha establecido el Casal Padre Manyanet.
El antiguo hospital de los pobres es otro de los edificios históricos destacados, que en la actualidad alberga el juzgado de la ciudad. Este edificio, de estilo gótico tardío, remonta a la época de esplendor de Tremp en el siglo XVI. Asimismo, el centro histórico de Tremp cuenta con calles estrechas como la Calle Soldevila, que transportan a los visitantes a los tiempos en que la ciudad estaba cercada por murallas.
Además de sus riquezas históricas, Tremp es un lugar ideal para los amantes de la naturaleza y la cultura. El Casal Padre Manyanet es un espacio dedicado a preservar la historia del eclesiástico, recreando la vivienda familiar de la época y el ambiente que se vivía en Tremp en el siglo XIX. También alberga el Museo Comarcal de Ciencias Naturales, un centro que aspira a ser un punto de referencia para la investigación y conservación del patrimonio natural del Pallars Jussà, además de servir como sede del Instituto Geológico de Cataluña.
Entre las actividades al aire libre, el Parque del Pinell, con sus cinco hectáreas de extensión y sus pinos, es un pulmón verde para la ciudad y un lugar perfecto para pasear. También existen rutas de senderismo de baja dificultad, como la del Clot de Moles al poblado de Llabusta y Vilamitjana. Los entusiastas de las actividades de aventura y deportivas también pueden encontrar rutas en bicicleta de montaña (BTT) y realizar actividades acuáticas, como excursiones en kayak.
Buena comida y mejor vino
La gastronomía de Tremp y su comarca también merece mención. La cocina tradicional del Pallars Jussà destaca por sus platos de montaña, donde los productos locales de temporada juegan un papel importante. Entre las especialidades, se encuentran las carnes a la brasa, la escudella barrejada, el civet de rebeco y el estofado de jabalí. Los embutidos, como la girella, el chorizo, y la butifarra, son también productos típicos, y los quesos artesanales como el llenguat y el queso de tupí complementan la oferta.
Para acompañar esta variada gastronomía, los vinos de la Denominación de Origen Costers del Segre y la tradicional ratafía se convierten en el broche final perfecto. Entre los postres, destacan el mostillo y la coca de llardons, de chicharrones en castellano, que son una muestra del ingenio culinario de la región, basada en aprovechar ingredientes tradicionales y autóctonos.
Cómo llegar
Para llegar a Tremp en coche desde Barcelona, el trayecto más habitual es por la carretera C-58 hacia Terrassa, que luego se conecta con la C-16 dirección Manresa. Desde allí, se continúa por la C-13 hasta llegar a Tremp. Se suele tardar unas dos horas y media.
Otra alternativa para los conductores es tomar la autopista AP-2 hacia Lleida y luego conectar con la carretera C-13 a través de Balaguer. Esta opción, aunque ligeramente más larga en distancia, puede ser más rápida en términos de tiempo en días festivos o de mucha movilidad.