Vista del pueblo de Sort

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Viajes

El pueblo de montaña ideal para ir en Navidad en Cataluña: saborea un menú de Estrella Michelín por 50 euros

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Hay un pueblo de Cataluña que muy pocos sitúan correctamente en el mapa, pero que, en cambio, es conocido en toda España, sobre todo, por estas fechas. Se trata de un municipio, enclavado en el corazón de los Pirineos catalanes, que parece tocado por la suerte y muchos lo atribuyen a su nombre.

A pesar de que las raíces son otras, Sort entró en el imaginario de toda España después de que durante varios años consecutivos repartiera el Gordo. La Administración de lotería La Bruixa d’Or, que hasta entonces era una más del pueblo, se hizo de famosa cuando en 1994, 1996, 1998 y el 2000 repartió el máximo premio de la Lotería de Navidad

Más allá del juego

Su relación con este juego de azar es tal que, durante algunos años, le hizo sombra a la administración madrileña de Doña Manolita, siendo la catalana la que más números del Gordo vendía de toda España. Pero no todo es suerte en Sort.

Este pueblo combina su rica historia con paisajes naturales de ensueño y una oferta gastronómica de primer nivel, convirtiéndose en un destino ideal para visitar durante la temporada navideña o cualquier otra época del año.

Vista del pueblo de Sort

Vista del pueblo de Sort TURISME SORT

Qué ver en Sort

Como muchos pueblos de la zona del Pirineo, Sort tiene un pasado medieval, pero tiene un toque especial. Para empezar, fue popular en su día por ser el municipio que contaba con el puente de piedra más largo que cruzaba el río Noguera Pallaresa. 

Por otro lado, cuenta con un patrimonio que transporta a los visitantes a lo largo de los siglos. El recorrido por el casco antiguo comienza en la Plaza Mayor, un espacio abierto con vistas privilegiadas al valle del Noguera Pallaresa. Desde aquí, se puede explorar el entramado de calles que llevan al Castillo de los Condes de Pallars, un icono arquitectónico cuya historia se remonta al siglo X.

El castillo

Aunque el castillo no fue documentado hasta el siglo XIII, ya estaba vinculado a los condes de Pallars desde mucho antes. Esta fortaleza medieval fue testigo de conflictos históricos, como las luchas entre la nobleza catalana y los reyes de Aragón. 

Su estructura conserva murallas románicas de los siglos XI y XII, hechas con grandes piedras irregulares, y torres cilíndricas que destacan por su robustez. Una de las joyas del castillo es su torre de homenaje, que albergó una prisión hasta el siglo XVII. En la actualidad, las intervenciones arqueológicas y restauraciones permiten a los visitantes imaginar su esplendor pasado y disfrutar de vistas panorámicas del valle, desde este Bien de Interés Cultural.

Regatas en Sort

Regatas en Sort TURISME SORT

La iglesia medieval

Junto al castillo, otro emblema del pueblo es la iglesia parroquial de San Félix o Sant Felix Sant Feliu, como se la conoce. Construido en 1630 sobre una ermita anterior del siglo XIII, el templo se erige como un símbolo de la devoción local. 

Su nave principal, amplia y austera, está flanqueada por capillas laterales. El interior alberga una réplica de la Virgen del Remei, cuyo original, datado en el siglo XIII, se conserva en el Museo Diocesano de la Seu d’Urgell. La fachada de la iglesia, sin grandes ornamentos, se complementa con un campanario piramidal que sobresale entre los tejados del pueblo.

Un restaurante con estrella

Pero no todo es historia y turismo cultural. Como siempre pasa en Cataluña, la gastronomía tiene un peso importante, y Sort cuenta con un restaurante con Estrella Michelín y Sol de la Guía Repsol, que lo colocan en el radar de los amantes de la alta cocina.

El restaurante en cuestión es el Fogony, un local familiar regentado por la chef Zai (Zaraida Cotonat) y Jose, el jefe sala. Ambos, con sus recetas y su cercanía, han conseguido conquistas a los más gourmets. 

Restaurante Fogony

Restaurante Fogony GUÍA REPSOL

Un menú a 55 euros

Sus rasgos principales son su compromiso con los productos de proximidad y la cocina creativa. Algo que también se traslada a la sala. “Al Fogony no es necesario venir de etiqueta, solo hay que venir con hambre y con ganas”, anuncian en su web, donde confiesan que se sorprenden cuando les preguntan si pueden venir con ropa de esquí o se han de arreglar.

El precio de su menú refleja esta cercanía. Su menú Km. 0, no sólo habla de los productos que usan para elaborar sus platos, sino de su calidad. Por 55 euros, los comensales pueden disfrutar de una experiencia culinaria que comienza con tres aperitivos que resaltan la frescura de los ingredientes locales. 

Qué comer

Entre los primeros platos, destacan opciones como el arroz de conejo, boletus y costillitas, que captura los aromas del bosque, y los canelones de pollo d’Erbull con almendras de Àger, una reinterpretación de un clásico catalán.

Los segundos platos son un despliegue de tradición y creatividad. Las carrilleras de ternera con chocolate a la piedra y carquinyolis sorprenden con una combinación audaz y equilibrada, mientras que el cordero Xisqueta con patata trufada rinde homenaje a las tradiciones pastoriles de la región. Para quienes prefieren el pescado, el bacalao con sofrito dulce de tomate y gelatina de ajos asados es una opción que no decepciona.

Un plato de canalones

Un plato de canalones RESTAURANTE FOGONY

La versión cara

Los postres cierran la experiencia con un toque dulce y sofisticado. Desde el brownie de chocolate blanco con pistachos, limón y jengibre hasta el brossat de oveja con miel de Tírvia, cada bocado es una celebración de los sabores locales. Todo se acompaña con pan artesanal de masa madre y agua filtrada al momento, reflejando el compromiso del restaurante con la sostenibilidad. 

Si uno quiere un menú un poco más sofisticado puede apostar por el Menú Confiança, que incluye tres aperitivos, cuatro platos, dos postres y petits fours más el pan artesanal de masa madre con harinas ecológicas. Un combinado de sabores locales que llevan haciendo desde 1991 y que cuesta 95 euros.

Cómo llegar

Acercarse a Sort por la comida, la lotería o su cultura son sólo dos horas y 45 minutos desde Barcelona

Para llegar, se debe ir por la autopista C-16 en dirección a Manresa, continuando por esta vía hasta el Eje del Llobregat. Desde allí, se sigue por la carretera C-26 hacia Tremp y se enlaza con la carretera C-13, que lleva directamente al corazón del Pallars Sobirà, donde se encuentra Sort.