Mucho se habla de los hayedos de Cataluña, de la zona volcánica de la Garrotxa, los Pirineos, sus calas y playas… El territorio tiene rincones increíbles, es cierto, pero muchos son de una espectacularidad y una belleza tan increíble que sorprende que no se conozcan tanto. Este es el caso las distintas salinas que hay en la comunidad autónoma.
La extracción de sal ha sido fundamental a lo largo de la historia. La sal es una de las pocas rocas comestibles y ha sido esencial para la preservación de alimentos hasta su uso en rituales y prácticas médicas. Durante siglos, fue un bien tan valioso que generó guerras y dominó la economía de pueblos y civilizaciones enteras. Por eso, que Cataluña pueda extraer su propia sal la hace, en cierta manera, rica.
Más allá de Cardona
En Cataluña, la extracción de sal también es una práctica milenaria. Un ejemplo emblemático es la más famosa montaña de sal de Cardona, explotada desde el Neolítico, hacia el 4000 a.C. Pero la autonomía alberga otras salinas, como la de Cambrils, un espacio que destaca especialmente por su altitud, su pureza y sus increíbles colores.
Ubicadas a 1.100 metros de altitud, estas salinas son una joya en mitad del Pirineo. Su origen documentado no se remonta al Neolítico como las de Cardona, fue 1780 cuando estas salinas comenzaron a abastecer de sal a los pueblos vecinos en las comarcas de Solsonès y Alt Urgell.
Una fuente cargada de sal
Este comercio duró hasta mediados del siglo XX y recorrió rutas locales que permitieron una distribución vital en la región. Sin embargo, la estructura actual de las salinas fue establecida entre finales del siglo XIX y principios del XX, cuando el complejo fue organizado en dos áreas: el paraje superior, conocido como El Salí o Font Salada, y el punto inferior, conocido como les Cabanetes.
El Salí es donde el agua salada emerge naturalmente de una fuente. El agua salina brota de manantiales cristalinos, donde permanece libre de contaminantes gracias a la filtración natural de la montaña. Este proceso permite conservar en cada grano de sal una rica concentración de minerales esenciales.
Mediante una red de antiguas canalizaciones de madera, se transporta hasta las Cabanetes. Estas canalizaciones, restauradas con precisión, siguen llevando el agua hacia las terrazas de secado, donde el trabajo artesanal y el sol de montaña transforman el agua en cristales de sal, formándose bellas estalactitas blancas y dejando un espectáculo visual que resalta la singularidad de este entorno.
Terrazas de sal
Más allá de ofrecer al visitante la posibilidad de adentrarse en la historia y en el proceso artesanal que define a este lugar único, estas salinas ofrecen unas vistas, unas formas y unos colores sobrecogedores. Y es que la gracia de este entorno natural es que está abierto al público.
Tras una rehabilitación de más de dos años, los que se acercan aquí pueden recorrer las terrazas de más de 5.100 m2, donde el agua salada se evapora bajo el sol para dejar a la vista montones de cristales de sal. Los recorridos guiados también permiten explorar los cuatro molinos, las antiguas canalizaciones de madera y otras estructuras que han sido cuidadosamente restauradas para preservar el entorno original.
Visitas a la salina
Durante el recorrido, se explica cómo la actividad de estas salinas contribuyó a la economía de la región y cómo los métodos de producción de sal han permanecido casi inalterados a lo largo de los siglos. De hecho, las visitas guiadas ofrecen una visión completa del proceso de extracción de la sal, desde su captación en la fuente hasta su transformación en los granos que conocemos.
Los guías, conocedores de la historia y la tradición de este lugar, también muestran cómo el diseño del complejo, desde las canalizaciones hasta las terrazas de secado, fue pensado para optimizar el trabajo artesanal en armonía con la naturaleza circundante.
Una sal especial
Pero estas salinas siguen en activo. De hecho, la sal extraída de las Salinas de Cambrils es especialmente apreciada por su pureza y su composición mineral. A diferencia de otras sales industriales, esta sal se obtiene de manera completamente natural y sin ningún tipo de refinamiento.
Su particular método de extracción, respetuoso con el medio ambiente y completamente natural, limita la producción, lo que hace que cada grano de sal de Cambrils sea un producto exclusivo, testimonio de una dedicación y un respeto por el entorno que perdura a lo largo de generaciones, pero también le da un gusto especial. De allí que algunas de las sales que allí se venden tengan un precio superior.
Cómo llegar
Para llegar a las Salinas de Cambrils desde Barcelona en coche, se debe ir por la C-16 en dirección norte, pasando por Manresa y Berga. A la altura de Berga, se toma el desvío hacia la C-26 en dirección a Solsona, siguiendo las indicaciones hacia Cambrils. Se llega en dos horas.
Una vez en el área de Cambrils, se deben seguir las señalizaciones locales que indican el camino hacia las salinas. La última parte del recorrido discurre por una vía local y estrecha, adaptada para el acceso a las salinas, que conduce hasta el estacionamiento cercano a las instalaciones. Desde allí, se puede acceder a pie a las salinas, donde se encuentra la entrada para los recorridos y visitas guiadas.
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