Las rutas de naturaleza nos atraen tanto porque nos permiten desconectar del estrés cotidiano y sumergirnos en un entorno lleno de paz y serenidad. El contacto directo con el medio ambiente tiene un efecto terapéutico sobre nuestro bienestar, ayudándonos a reducir la ansiedad, mejorar el estado de ánimo y aumentar los niveles de energía. Caminar o pedalear por paisajes naturales nos conecta con un mundo más tranquilo, libre de ruidos y preocupaciones, y nos ofrece la oportunidad de redescubrir la belleza de lo simple: el canto de los pájaros, el murmullo de los ríos o el aroma fresco de los bosques.
Estas rutas no solo nos permiten disfrutar de paisajes espectaculares, sino que también nos enseñan a valorar los ecosistemas, la biodiversidad y el equilibrio natural. En muchas ocasiones, también, son una oportunidad para hacer ejercicio, mejorar nuestra salud física y mental y compartir momentos con amigos o familiares en un ambiente único y revitalizante.
La ruta ideal para los amantes de la naturaleza
Si te gustan los rincones mágicos, que parecen salidos de un cuento, te encantará esta bonita excursión tendría que estar en tu lista de sitios por descubrir. Esta ruta te llevará a conocer una impresionante cascada rodeada de naturaleza, piscinas naturales y un ambiente que te alejará de la rutina.
La ruta se encuentra muy cerca de Sant Pau, un pequeño pueblo en el corazón de la Garrotxa, a unos 15 minutos en coche de Olot.
Una vez aparcado el vehículo, tendrás que buscar un cartel grande que tenga las indicaciones para ir hacia el Salt de Can Batlle. El camino es muy cortito, de solo unos 3 km de distancia y es una ruta ideal por hacer en familia o con amigos, ya que no presenta una gran dificultad técnica.
Aún así, es recomendable llevar calzado adecuado para caminar por terreno irregular, ya que en algunos tramos puede estar un poco resbaladizo; sobre todo si ha llovido recientemente.
El camino empieza por campos hasta que se adentra en el bosque. Pocos minutos después de empezar la caminata, podrás desviarte hacia la izquierda para ver la Piedra del Diablo, una roca que, según dice la leyenda, fue lanzada por el Diablo mientras se gestaba un pacto con una chica que le vendió el alma.
El salto más precioso
El Salt de Can Batlle es un sitio precioso, y no solo por la cascada, sino por el entorno. Cuando lleguéis de la ruta, el salto os quedará a mano izquierda. Pero, antes de acercaros, os recomiendo mucho seguir caminando unos metros más hasta llegar al puente que cruza el río por la parte superior, desde donde tendréis las vistas más espectaculares.
Esta cascada está formada, exactamente, por dos piscinas naturales con varios saltos de unos 6 metros de altura, aproximadamente. Sus aguas provienen de la Riera de Sant Martí, que desemboca en el Río Ser unos metros más adelante.
Después de admirar las vistas desde el puente, ahora sí, hay que bajar a la base del salto. No es fácil, ya que el camino resbala bastante, pero vale mucho la pena.
Una vez en la base de las cascadas podréis disfrutar de un bañito en el gorg que se forma (si es en verano) y sino, simplemente, disfrutarás del entorno: las vistas tanto hacia la cascada como hacia el puente están rodeados de bosque.
Si decidís no bajar hasta la base por miedo a resbalaros, es mejor que cojáis ese caminito y os acerquéis hasta la parte alta de la cascada.
Cómo llegar
La manera más fácil y cómoda de llegar al Salt de Can Batlle es en coche. Para ello, tienes que ir en dirección a Sant Pau (muy cerca de Olot). Si vienes desde Barcelona o alrededores, hay dos formas de llegar:
Si vas a través de Vic, solo hay que seguir la C-17 en dirección a Olot y después desviarse por la carretera GI-524 hasta llegar a Sant Pau, donde seguirás un par de kilómetros hasta llegar al parking del Salt de Can Batlle.
Si vas a través de Girona, solo hay que seguir la autopista AP-7 en dirección Girona, desviarse por la C-66 hacia Banyoles e incorporarse en la GI-524 hasta llegar al Salt de Can Batlle.
Ambas carreteras están bien, pero en función de dónde salgas convendrá más una que otra.