Los que se las dan de gourmets del turismo siempre hablan de calas escondidas, recónditas, a veces, incluso minúsculas para disfrutar a la que llega el verano. Parte de razón tienen, son playas que por su difícil acceso y diminuto tamaño va menos gente, pero también se llenan antes y esa calma prometida no lo es tanto.
Para los que quieran evitar aglomeraciones o les gusta tener un amplio espacio en la playa donde tirar la toalla, anclar la sombrilla y pasear al lado del mar hay opciones mucho más accesibles y no por ello carentes de belleza. Cataluña tiene varias. Castelldefels es el caso más típico, pero en Tarragona hay una mítica que es digna de mención.
Qué playa es
La verdad que el nombre no es muy original. Se llama playa Llarga o Larga, que para el caso es lo mismo. Y sí, realmente lo es: es la cala con más metros de longitud que hay en Tarragona. Sí, la capital de provincia, no de otro municipio. Una playa mítica que tanto sirve para hacer ejercicio como para tomar el sol todo el día y refrescarse.
Hablar de metros es quedarse corto. Este rincón de la Costa Dorada tiene más de tres kilómetros de largo en los que distraerse y disfrutar de unas increíbles vistas del Mediterráneo, con unas aguas turquesas y una arena fina que brilla cual oro a pleno sol.
Dónde está
La playa es de lo más accesible. Si uno llega del norte por la N-340 es la playa que le da la bienvenida a Tarragona, si se viene del sur es la de la despedida. Y a lo largo de ella hay de todo: un camping, un resort, un puerto de barcas tradicionales, chiringuitos, duchas.
A la playa Larga no le falta de nada. Arena fina y dorada y aguas transparentes, en un entorno completamente familiar. Relajarse allí es fácil. Con semejante extensión, cuesta verla completamente llena.
Cómo es
Con sus 3000 metros de largo y 30 metros de ancho, la Playa Larga hace honor a su nombre y se destaca como la playa más larga no sólo de Tarragona, sino de la Costa Dorada. Estas dimensiones la convierten en un paraíso para los amantes del sol y el mar, que, además, sorprende por el valioso ecosistema que alberga, protegido por la Unión Europea.
En toda su extensión, la Platja Llarga conserva un área de marismas y una zona de dunas que han sido designadas como Hábitat de Interés Comunitario. Este reconocimiento subraya la importancia ecológica del lugar, que sirve de refugio para diversas especies de flora y fauna.
Qué hacer
Por otro lado, en el extremo norte de la playa, se encuentra el Plan de Espacios de Interés Natural (PEIN) de la Punta de la Móra, una zona de gran belleza natural y biodiversidad. De hecho, es normal ver por la cala a aficionados del submarinismo y el snorkel.
Ya los aventureros, si sienten que caminar sus tres kilómetros de extensión no son suficientes, pueden tomar el camí de ronda y descubrir otras playas fascinantes. Al norte, la de Tamarit y al sur, la Waikiki o Cala Fonda, un espacio naturista que encandila a sus visitantes.
Qué tiene
Pero los que se quedan en la playa no se aburren tampoco. Sus dimensiones y la cantidad de equipamientos hacen posible llevar a cabo todo tipo de actividades. Los visitantes pueden disfrutar de deportes en la arena y actividades náuticas, que incluyen el alquiler de embarcaciones sin motor. Además, hay varios restaurantes y chiringuitos a lo largo de la playa donde se puede disfrutar de la gastronomía local mientras se contempla el mar.
Por último destacar sus servicios. La cala, al ser tan larga, cuenta con varias torres de vigilancia donde un equipo formado por casi una decena de socorristas velan por la seguridad de los bañistas, así como dos puntos de la Cruz Roja. A ello se le suman las seis duchas, los ocho lavapiés, cinco pasarelas para las personas con dificultades de movilidad que, además, cuentan con servicio de sillas anfibias. No faltan tampoco puntos de reciclaje de residuos, dos fuentes de agua y, dos baños.
Cómo llegar
Acceder a la Playa Llarga es sencillo y conveniente. Se puede llegar a pie, en coche o mediante transporte público. Además, la playa cuenta con un amplio aparcamiento para quienes opten por llegar en vehículo propio.
Desde Barcelona se puede llegar en tren en poco más de una hora. Si uno va por la C-32 y prosigue su camino por la AP-7 se tarda más o menos lo mismo.