
Habla el Extranjero
Hoy Groenlandia volverá a recibir a un visitante de Estados Unidos: Usha Vance, la esposa del vicepresidente de Trump, JD Vance, llegará hoy jueves, acompañada por el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz y el secretario (o sea ministro) de Energía, Chris Wright.
El actual primer ministro danés, Múte Egede, que permanecerá en el cargo hasta que se forme un nuevo Gobierno, define la visita como una peligrosa “provocación”, especialmente porque Trump ha declarado repetidamente que Estados Unidos se apoderará de la isla “de una forma u otra”.
Desde luego, es una amenaza, reiteradamente formulada, del territorio nacional de un país amigo, y socio de la OTAN. Un asunto increíble, que hay que enmarcar en la estupidez notoria del presidente norteamericano, pero también hay que enmarcarlo en el contexto de la codicia, menos obvia, menos estridente, de Rusia y China sobre Groenlandia, que hasta hace poco no era considerada más que como una gran e inhóspita extensión de hielo, pero que resulta que es rica en materias primas muy codiciadas por las grandes potencias.
En España nos parece un conflicto muy lejano, y muy vago, y nos cuesta creer que realmente Estados Unidos pudiera cometer semejante violación de todas las leyes internacionales, pero en Dinamarca se lo toman muy en serio, como se ve en la prensa nacional danesa, cuyas consideraciones generales publicadas anteayer y ayer sintetizamos a continuación.

El vicepresidente de EEUU JD Vance EFE
Derribando el orden mundial con una sonrisa
Aftonbladet, el diario sueco-noruego de mayor circulación en Escandinavia, comenta: "El pasado fin de semana, el vicepresidente JD Vance adoptó un tono más duro hacia Groenlandia y Dinamarca. Le dijo a Fox News que Estados Unidos podría 'tomar el control de Groenlandia' si el presidente Trump lo consideraba necesario para la seguridad del país".
"Estas declaraciones violan varias leyes y principios internacionales. Por supuesto, la administración Trump sabe esto muy bien, pero obviamente no les importan las consecuencias. Usha Vance es una mujer inteligente que sabe exactamente lo que está haciendo. El hecho de que esté ayudando a derribar el orden mundial con una radiante sonrisa en su rostro solo lo hace más desagradable".
"Copenhague y Nuuk (capital del territorio autónomo danés de Groenlandia) deberían establecer una línea directa de comunicación con el Congreso de EEUU", aconseja Berlingske, venerable veterano de la prensa danesa: "El Gobierno de Trump se basa en la idea de que el presidente tiene poderes extremadamente amplios. El punto, sin embargo, es que la constitución norteamericana otorga solo al Congreso, no al presidente, el poder de decidir tomar el control de otros países por la fuerza...".
"Dinamarca y Groenlandia deben unir fuerzas para dificultar que Trump continúe con las provocaciones o tome iniciativas ilegales so pretexto de la seguridad de EEUU. Lo importante ahora es hablar con el Congreso de EEUU, no con el presidente, que de todos modos no escuchará".
Citaremos más en extenso el artículo de ayer de Henrik Højgaard Sejerkilde, presentado como opinión editorial de Jyllands Posten (en español El diario de Jutlandia, periódico conservador-liberal danés): "Una vez más, cuando se trata de Donald Trump, es útil volver al patio de la escuela de la infancia. ¿Recuerdas a aquel tipo irritante que seguía molestándote en el patio? Y cuya mayor victoria era cuando perdías la compostura y respondías o mostrabas algo que pudiera parecer un signo de debilidad".
"Esta es la táctica que Mette Frederiksen (primera ministra danesa, del partido socialdemócrata) ha utilizado hasta ahora con el presidente estadounidense. Ella sabe bien que él realmente huele la sangre cuando uno se niega a subir con él por la escalera de amenazas".
"Por lo tanto, todas las respuestas a cualquiera de las declaraciones provocadoras de Trump sobre Groenlandia se han considerado todo lo insignificantes que ha sido posible. Un brazo extendido --no como el de Elon Musk (alusión al saludo posiblemente nazi de Musk en no sé qué aquelarre trumpista)-- envuelto en frases corteses ha sido el botón automático que se ha presionado".
"Sin embargo (…), el anuncio del fin de semana de que la Sra. Vance vendrá de visita la próxima semana para ver 'monumentos' --la Base Espacial Pituffik-- y presenciar una carrera nacional de trineos tirados por perros, debe ser el fin de ser amablemente evasivos".
"Porque la campaña que los estadounidenses han puesto en marcha ignora toda cortesía y etiqueta diplomática. Que yo sepa, uno simplemente no se invita a sí mismo. Y ciertamente no a algo que se supone que es una visita inocente, pero donde uno tendría que tener una venda en los ojos para no ver de qué se trata realmente".
Es lo que el comentarista Lars Trier Mogensen ha descrito como la guerra híbrida de Trump contra Groenlandia --y, por lo tanto, también contra Dinamarca--. Porque bien podemos mirarlo a los ojos: Dinamarca tendrá que defender a Groenlandia contra la obstinación estadounidense. Y nos quedaría bien tirar el guante ahora, antes de que demasiados aviones Hércules rueden por la pista de aterrizaje en Nuuk.

El ministro de Exteriores de Dinamarca, Lars Lokke Rasmussen EUROPA PRESS
¿Podríamos, tal vez, revisar los teléfonos móviles de la señora Vance y su séquito de alto rango, para ver si alguien ha escrito algo desagradable sobre Groenlandia? Entonces podrían recibir el mismo mensaje que el investigador francés que recientemente fue enviado de vuelta a Francia porque tenía en su móvil un SMS despectivo sobre Trump. O como el embajador sudafricano que fue expulsado de vuelta al país natal de Elon Musk porque supuestamente "odia a Trump".
"En cualquier caso, hay buenas razones para recordar que el marido de la Sra. Vance --JD para amigos y enemigos-- repitió el pasado domingo que Dinamarca no es un buen aliado, que no somos capaces de cuidar de Groenlandia --y que a su jefe, por cierto, le importa un bledo que Dinamarca, Groenlandia y el resto de Europa aúllen y griten por el comportamiento arrollador de Trump hacia Groenlandia--. Si Trump necesita tomar Groenlandia, lo hará, dijo JD Vance en una entrevista en el canal de la corte Fox News".
"¿No debería ser suficiente para pedirles que den la vuelta? ¿Y no debería ser suficiente para que Mette Frederiksen --y el resto de Europa-- pusieran pie en pared contra Trump? ¿Y así apoyar el llamamiento del presidente en funciones del Gobierno autónomo (gorenlandés), Múte B. Egede, para ayudar a Groenlandia contra la fuerza superior --un escrito que trae desagradables recuerdos del discurso radiofónico del líder húngaro Imre Nagy cuando los tanques soviéticos retumbaban en Budapest en 1956--?
"Es una falta de consideración estadounidense hacia un aliado que ha resultado ser ingenuo. No podemos seguir ignorándolo. No debemos tolerarlo…".
Etcétera, etcétera. Como se ve en los artículos aquí resumidos, en Dinamarca las ideas de Estados Unidos para el futuro próximo, que aquí la mayoría de los observadores vemos como chifladuras de un narcisista que se pega tiros en los pies, no son inofensivos impromptus y ocurrencias, sino algo mucho más grave y preocupante, e incluso angustioso.