Carles Puigdemont pugna por mantener el protagonismo que adquirió tras las elecciones del 23-J. A pesar de los magros resultados de aquellas generales, los siete diputados de Junts son cruciales para el Gobierno, lo que otorga al partido del prófugo un nuevo estatus en la política nacional. Se trata de una rareza en toda regla, la formación de un fugitivo incrustada en la gobernación de España, país al que nuestro hombre en Waterloo odia y desprecia a partes iguales.
La paradoja es que Junts pinta lo justo en Cataluña pero tiene un papel crucial en la meseta, territorio que amedrenta a los posconvergentes convencidos de que el resto de España es un paraje seco, abrupto e infestado de indígenas que despiertan cada día con un único propósito: encontrar la manera de estafar a los catalanes. Bajo ese síndrome, la colaboración con los nacionalistas catalanes es difícil y tortuosa.
El caso es que todo el mal que no puede hacer Puigdemont en Cataluña se traslada a Madrid, donde sus peones tienen la orden de joder con la pelota todo lo que puedan, pero sin hacer caer el Gobierno que primero trajo los indultos y luego, la amnistía, aunque no se aplique del todo a causa de las aportaciones de última hora de ese fenómeno del derecho que responde al nombre de Gonzalo Boye. Por cierto, este lunes arranca el juicio en el que entre otras cosas se debe dirimir si el ínclito letrado de Puigdemont blanqueó dinero del narcotraficante Sito Miñanco.
El papel de Puigdemont es seguido muy de cerca por los medios editados en Madrid. Prueba de ello es la apertura de El Mundo. "Puigdemont sube el precio para apoyar a Sánchez: '1.300 millones del último año' y que el presidente denuncie 'el golpe de Estado judicial'", se titula la pieza que firman Esteban Urreiztieta y Raúl Piña sobre las últimas exigencias del heredero de Pujol y Mas. La pieza arranca así: "La cúpula de Junts per Catalunya ha comunicado al Gobierno que sólo accederá a sentarse para hablar de la aprobación de los próximos Presupuestos Generales del Estado si media una «propuesta concreta y pública para solucionar el déficit presupuestario que arrastra el Estado con Cataluña». Los siete votos de la formación de Carles Puigdemont son vitales para que Pedro Sánchez pueda aprobar las cuentas. Y sabedores de su posición de fuerza, los independentistas catalanes piden que los equipos de ambas formaciones «calculen a cuánto asciende la factura» y «pongan sobre la mesa una cifra exacta». «O se pone la cuenta a cero o no hay nada de qué hablar». (...) Con la catástrofe provocada por la DANA, en el Ejecutivo saben que hay que reformular esos Presupuestos y orientarlos hacia la reconstrucción. Y querían aprovechar esa negociación para suavizar las exigencias de sus socios. Creían que no habría tanta dureza. Error. El equipo de Carles Puigdemont ha trasladado en las últimas semanas al Ejecutivo de Sánchez, según ha podido saber El Mundo a través de fuentes directas que participan en las conversaciones, que «sólo el reconocimiento de que se han dejado de invertir en el último ejercicio 1.300 millones» y que durante los últimos cuatro años la cifra ronda el millar, les llevará a hablar «de la siguiente fase»".
Sigue el texto: "Al tiempo, acompañan esta exigencia de una cuestión que consideran, llegados a este punto, «innegociable»: «Sólo habrá acuerdos en cuestiones concretas, decreto a decreto y pieza a pieza, en ningún caso se abordarán acuerdos de estabilidad». Cortan de raíz la intención del Ejecutivo de aglutinar en un pack reforma fiscal, senda de estabilidad y Presupuestos. «La cuenta bancaria está al descubierto y si no se salda la deuda, no hay nada de qué hablar», han subrayado al equipo de Sánchez en conversaciones entre grupos parlamentarios y en las citas en Suiza y que Junts pretende que pasen de ser mensuales a quincenales, según ha podido también confirmar este periódico. Puigdemont ha emplazado al equipo de Sánchez a que «los Presupuestos son una ley que hay que cumplir» y ha subrayado que si a él le obligan a acatarla, «el Estado debe hacer lo mismo», por lo que ha reclamado un plan para solventar este «desequilibrio» que sea «concreto» y vaya acompañado de un compromiso público que debe adquirir en persona el presidente del Gobierno.
Párrafos después, la pieza aborda la espinosa cuestión de la amnistía en estos términos: "Como consecuencia del «malestar» que ha generado la posición del Supremo con el líder del partido prófugo en Waterloo, que considera inaplicable la Amnistía para el líder de Junts y mantiene contra él las órdenes de detención, Junts pretende que Pedro Sánchez «haga un pronunciamiento público» contra el Tribunal Supremo «criticando que no ha querido aplicar la ley» y que, en consecuencia, reconozca la existencia de un «golpe de Estado judicial». «No nos vale que haya criticado algún ministro que el Supremo no haya aplicado la amnistía a Puigdemont; debe ser Sánchez quien lo diga», han trasladado los independentistas a los socialistas. «Si Sánchez ha cuestionado a la Justicia por lo que está haciendo con su mujer, aquí debe hacer lo mismo». Esta circunstancia tiene difícil ejecución".
Mientras tanto y en Cataluña todas las crónicas sobre los cien primeros días de gobierno de Salvador Illa subrayan la falta de oposición y la ausencia de polémicas, disparates, jugadas maestras y jornadas históricas. "La 'política exterior' de Illa: no abrirá más embajadas catalanas... 'de momento'", destaca El Confidencial para ilustrar la destitución de dos "embajadores", uno de ellos implicado en el supuesto desvío de 300.000 euros de subvenciones al deporte para montar actos políticos. El texto es de Antonio Fernández: "El Gobierno catalán consolidará las delegaciones en el exterior (o embajadas) pero no abrirá más "de momento", según ha podido conocer El Confidencial de fuentes solventes. Ahora se está "en la consolidación" de las existentes, y, pese a que no cerrará ninguna, la mano del socialista Salvador Illa comienza a notarse y ha levantado la ira de los independentistas. De momento, dos de los 'embajadores' independentistas han recibido la carta de despido: se trata de Isidre Sala y de Eric Hauck: el primero, delegado en Estados Unidos y Canadá, y el segundo, en el Sureste de Europa. Es el primer paso para remodelar las funciones y los responsables de las delegaciones o embajadas del Govern a lo largo y ancho del mundo. ERC se había lanzado a una frenética apertura de embajadas hasta completar un total de 21. Las principales han sido llamadas a capítulo por el nuevo conseller de Unión Europea y Acción Exterior, Jaume Duch. Hace poco más de un mes, nombró responsable de la delegación ante la UE a Ester Borràs, que sustituía a Ignasi Centelles. Por esta embajada habían pasado la fugada Meritxell Serret (exconsejera de Educación que prefirió retornar a España y pasar cuentas con la justicia para, finalmente, ser nombrada consellera de Exteriores por Pere Aragonès) o Gorka Knörr, un vasco adoptado como uno de los puntales independentistas de Cataluña y que pasó antes por la delegación del Govern en Madrid".
Sigue Fernández: "El nombramiento de Borràs ya levantó suspicacias entre el independentismo, especialmente por su impecable trayectoria diplomática en diversas embajadas españolas (pasó por la representación permanente de España en la ONU, Angola, Bolivia, Kenia o Qatar). Su nombramiento, además, es una apuesta del Govern para profesionalizar la relación con la UE. Ahora, con la sustitución de Sala y Hauck, el independentismo pierde a dos puntales. El primero proviene “de la casa”, es decir, había desarrollado prácticamente toda su carrera profesional en la Administración catalana y había llegado a ser director general de Exteriores y de Asuntos Multilaterales y Europeos. En 2019 fue el encargado de introducir al Govern de Quim Torra en organizaciones multilaterales “con el objetivo de maximizar la contribución de Cataluña a los principales retos globales”".
Párrafos después, Antonio Fernández explica la peripecia del extitular de la "embajada" para el sureste europeo: "Hauck, el 'embajador' en los países del sureste europeo, por su parte, tiene una historia mucho más truculenta que la de Sala: era gerente de la Plataforma Pro Seleccions Esportives Catalanes. Desde su cargo, propició, al parecer, el desvío de decenas de cientos de miles de euros de subvenciones del deporte hacia la organización de actos políticos a favor de la independencia de Cataluña. Una de sus principales acciones fue la organización de un foro internacional en Barcelona encargado a la multinacional Crans Montana. El acto fue sufragado con fondos de la Plataforma Pro Seleccions, que hurtaban así el dinero al deporte para engordar las arcas de la política. Cuando se descubrió el pastel, Hauck pidió ayuda a sus superiores. El 25 de febrero de 2019, agobiado por las investigaciones internas abiertas al detectarse el desvío de dinero, enviaba un correo al secretario de Estado de Deporte, Gerard Figueras, a Xavier Vinyals, presidente de la Plataforma, y a Xavier Vendrell, exdirigente de ERC también investigado por un supuesto pelotazo urbanístico (entre otras cosas). En esa misiva, decía que no podía justificar ante una inspección de la Administración una factura de 300.000 euros que había pagado por el acto político de Crans Montana en el verano de 2017".
Decíamos que Illa gobierna sin oposición porque Junts y ERC creen que hacer oposición es criticar que Illa haya visitado una feria de aceites andaluces en Cataluña. Son así de obvios, previsibles y antipáticos, no tienen remedio. "Junts y ERC critican la última visita oficial de Illa: 'Un presidente preocupado por gustar a España'", señala El Nacional. Escribe Guillem Figuerola: "Jordi Turull y Marta Vilalta han cargado contra Salvador Illa por su visita a la Fiesta del Primer Aceite de Jaén, celebrado en Sabadell este domingo. Los líderes de Junts y Esquerra han criticado duramente que Illa haga promoción del aceite de fuera de Catalunya, menospreciando el trabajo de los productores catalanes. La visita del president de la Generalitat a una feria de aceite de producción andaluza, coincide justamente con que este fin de semana se celebra la Fira de Oli Verd de Maials. En esta feria, con unos de los productores más relevantes del país como son las Garrigues, el presidente no ha hecho acto de presencia, y quien ha inaugurado esta edición ha sido el conseller de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig".
Continúa Figuerola: "El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha acusado a Illa de promover a los competidores del aceite catalán y ha criticado que Illa sea "un presidente más preocupado por gustar a España y al PSOE que por defender Catalunya". Turull ha defendido a los productores de aceite catalanes, que dice que "hacen un producto de excelencia con mucho esfuerzo" y que necesitan a un presidente del Govern que les apoye y "no que promueva la competencia". Ha coincidido también la secretaria general adjunta de ERC, que ha calificado de un despropósito que el president de la Generalitat "haga promoción de aceite de fuera de Catalunya", cuando este "es un país de aceite y de una calidad excelente", destacando los productores de las Garrigues, las Terres de l'Ebre, Siurana y el Empordà. Vilalta ha remarcado que "el país y su gente se defienden siempre, desde de todas partes, cada día, en cada acción", reprochando la visita del presidente catalán a esta feria del aceite andaluz".
Y: "Las críticas contra la promoción del aceite andaluz por parte de Salvador Illa han llegado también desde miembros de todas las formaciones independentistas, como el alcalde de Girona, Lluc Salellas que ha dicho que el president "ha apoyado antes el Aceite de Jaén que a las cooperativas catalanas que resisten a la globalización y a la desregulación" o el exdiputado de la CUP, Pau Juvillà, que ha invitado al presidente de la Generalitat ha asistido a la feria para incentivar la compra de aceite local que se celebra el 23 y 24 de noviembre a Juncosa".
Mala propaganda para los productores de aceite catalanes que el independentismo los intente enfrentar con la Generalitat y con los productores del resto de España.
Más noticias políticas. Voto de castigo contra Ada Colau de la militancia de los comunes. "El malestar de las bases de Catalunya en comú estalla en su asamblea: “Si la dirección se votara, habría voto de castigo”", destaca El País. Acompañando a ese titular, este sumario: "El informe de gestión de la dirección de Ada Colau, Jessica Albiach y Candela López obtiene solo un 46% de voto favorable". Bofetón con la mano abierta. La pieza viene con la firma de Clara Blanchar: "En Catalunya en comú, donde las votaciones suelen saldarse con mayorías aplastantes, el malestar ha estallado este domingo cuando, en la clausura de su cuarta asamblea, se ha sometido a escrutinio el informe de gestión de la dirección saliente, la tricefalia formada por Ada Colau, Jessica Albiach y Candela López. El sí no ha llegado ni a la mitad del voto (46%, 216 votos), mientras el no ha alcanzado el 36% (169) y las abstenciones, el 17% (80). Un malestar que, más allá de manos alzadas y papeletas, se ha expresado en las intervenciones sobre las resoluciones de la ponencia política a propósito de la falta de debate y democracia interna, el escaso valor que se da al territorio o el peso de Barcelona en comú y su dirección en el espacio. Buena parte de las enmiendas que han llegado vivas a la segunda jornada del congreso se centraban en la organización interna de un partido donde convive el que fundaron Colau y un núcleo de activistas y la antigua ICV, encarnada en parte en Esquerra Verda. La ponencia política, que marca las líneas de actuación, ha contado con un 79% de apoyo y los cambios estatutarios, un 75%".
Sigue el texto revelando la "democracia" interna de los comunes: "Las críticas han apelado también al hecho de que la nueva dirección, formada por Candela López y Gemma Tarafa, no se someterá a votación. La explicación oficial es que no se vota porque hay una sola candidatura. Llegan también cuando los comunes han perdido diputados en Madrid y en el Parlament, así como concejales en toda Cataluña (aunque siguen siendo claves en la gobernabilidad de las tres administraciones), y en un momento de debilidad también de la órbita de Sumar, ausente en los debates e intervenciones del encuentro. La jornada ha finalizado con la presentación y foto de la nueva ejecutiva, en la que se renueva el 43% de los nombres. “Ya no es que un grupo de la dirección toma las decisiones, es que decide lo que se debate”. “Es una anomalía que las candidaturas [a la dirección] no se sometan a votación, si se votase habría voto de castigo”. “O hacemos una reflexión profunda de cómo trabajamos o no penséis que esta organización perdurará en el tiempo, no todos los militantes son asalariados que aguantan pase lo que pase”. Han sido tres de las expresiones que ha utilizado un veterano militante en la defensa de una enmienda que reclamaba mayor inclusión. (...) Con diez años de vida del partido, al cuarto congreso han llegado vivas enmiendas sobre cuestiones como el nombre del partido: parte de las bases entiende que, en los medios de comunicación, Catalunya en comú se confunde o se asocia con los comunes de Barcelona. También se ha debatido sobre si, estatutariamente, debe ser un partido o una organización. Otra cuestión que levanta ampollas es que los dos partidos sean independientes, pero parte de la dirección de Barcelona en comú ocupa cargos clave en la organización de ámbito catalán. También la sede de ambos es la misma, en la calle de Marina, que originariamente lo era solo de Barcelona en comú. Estas enmiendas no han prosperado, pero han señalado cuestiones pendientes de resolver que han aflorado en el voto de castigo al informe de gestión".
Deportes. Suspendido en la segunda mitad el encuentro entre el Europa y el Sant Andreu por graves altercados del público. Una cosa muy extraña toda vez que los dos clubes se proclaman antifascistas, progresistas y altermundistas y en vez de insultarse y pelearse entre sí deberían jugar el derbi de la nueva Barcelona inclusiva, tolerante, abierta y en contra de los alquileres turísticos. Ah, cosas que pasan entre escapulados y cuatribarrados.
18 de noviembre, santoral: Dedicación de las basílicas de San Pedro y San Pablo. Odón de Cluny, Bárula mártir, Filipina Duchesne, Maudeto abad, Patroclo de Colombiers, Romacario de Constanza, Román de Antioquía, Rosa Felipa Duchesne y Teofredo de Calmeliac.