Imagen de archivo de un escritor

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Vida

Así actuaba Iván, el estafador de la literatura 'amateur'

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"Comenzó como blog, viró a editorial y acabó en estafa". Así resumen más de 60 escritores y diversas personas vinculadas a su empresa la caída a los infiernos de Iván M. Ricarte, propietario de la editorial Libros y Literatura SL. El negocio ha pasado de ser una pequeña empresa que apostaba por escritores amateurs a deber cientos de miles de euros a autores, trabajadores, imprentas y distribuidores. Por el camino, ha truncado las aspiraciones y los sueños de decenas de escritores: esta es la historia de una estafa.

Libros y Literatura era una editorial con sede en Elche, dedicada a obras de autoedición. A través de un pago de miles de euros, una persona anónima podía publicar un libro editado y maquetado por profesionales. El negocio fue boyante durante años, pero en marzo de 2024 comenzaron los problemas.

Por un lado, sus trabajadores dejaron de cobrar las nóminas a comienzos de año. Percibieron que algo iba mal. Cuando reclamaron el dinero, arrancó una eterna huida hacia adelante, con amenazas, mentiras y chantajes. "No pagaba, pero tampoco cerraba la empresa, por lo que los empleados tuvieron que coger la baja. Si dimitían, se quedaban sin prestación por desempleo", explican a este medio personas cercanas a los afectados.

Ahora, se ha iniciado una batalla judicial entre los trabajadores y Ricarte, pero no se ha presentado a la primera vista. El juez dictará sentencia el próximo enero, y dirimirá si hubo daños económicos y morales hacia los empleados de LyL.

Los autores alzan la voz

Por su parte, los autores dejaron de cobrar las regalías en enero. Al principio, nadie se lo tomó a pecho: confiaban en el proyecto. Pero los meses pasaron y el nerviosismo se acentuó. Primero, alegaba que los libros no se vendían; y después no contestaba ni a correos ni a llamadas. Durante ese tiempo, en el que la editorial ya había descarrilado, Ricarte siguió firmando contratos y comprometiendo a más novelistas.

Ahora, los autores también se preparan para denunciarlo. Han organizado un grupo de WhatsApp al que se han adherido ya medio centenar de personas, con el que pretenden hacer pressing a la editorial y darse apoyo conjunto: muchos no sólo han perdido dinero, sino la ilusión de ser escritores.

Más editoriales

También dejó impagos a dos imprentas: Veprix y Podiprint, que no han querido hacer más declaraciones a este medio. 

Iván Ricarte opera también a través de otro sello editorial: la Editorial Auria, cuyo administrador, J. F., es amigo íntimo suyo. Esta empresa fue creada por Ricarte para "vender libros como churros" a un bajo coste: comenzó sin apenas revisiones por parte de los correctores y terminó usando inteligencia artificial para editar los textos y maquetar las portadas.

La caída a los infiernos

"Su idea primigenia no fue montar una editorial para estafar: Iván creía en la literatura y creía en su empresa. Sin embargo, se le torció el negocio, y en lugar de reconocerlo, siguió hacia adelante", explica una persona cercana a él.

El problema fue una desastrosa gestión económica. "Dinero que entraba, dinero que salía", explican. Iván pagaba 5.000 euros en concursos para ganar seguidores y clientes, que luego no tenían ninguna repercusión en su negocio. "No va con malas intenciones, pero es un egoísta, un vendehúmos y no tiene los pies en el suelo", aseguran las mismas voces.