Por alguna razón desconocida en Junts consideran que el sainete del retorno de Puigdemont beneficia al partido, al prófugo, al independentismo y a toda Cataluña. Los estrategas del partido descartan por completo que el pueblo soberano mire con un desinterés abismal las peripecias del expresidente de la Generalitat que se fugó en 2017. Tal vez crean en el partido de Puigdemont que la televisión francesa va a suspender la retransmisión de las pruebas de patinete olímpico para dar cuenta de la detención del fugitivo más famoso de España. O que el Consejo de Seguridad de la ONU se va a reunir de urgencia tras el arresto. Es sabido que los políticos habitan en una burbuja llena de moquetas y coches oficiales y desconectada por completo de la realidad.

De modo que los señores y señoras de Junts no se cansan de joder con la pelota en los prolegómenos de la investidura de Salvador Illa. Se da por descontado que el regreso de Puigdemont retrasará lo inevitable. Siete años dando tumbos por Europa para conformarse ahora con pegar un pellizco de monja. Tremendo, sí. Un aplazamiento de la investidura. Uy, uy, uy. El prófugo pretende inmolarse. Resulta que lo de la amnistía salió por la culata. Muy raro estando detrás de la redacción de la ley esa luminaria de la justicia universal que responde al nombre de Gonzalo Palomitas Boye.

Sea como fuere, todo el mundo atento. Entramos en la dimensión desconocida. En cualquier momento puede entrar Puigdemont en España si es que no lo ha hecho ya. Y en cualquier momento puede ser detenido por los Mossos d'Esquadra, el cuerpo al que pertenecían los funcionarios que le ayudaron a escapar.

"Los jueces se inclinan por la prisión para Puigdemont ante un “descomunal riesgo de fuga”", destaca Crónica Global en lo alto de su portada. La pieza viene con la firma de Miriam Saint-Germain y arranca así: "Salvo sorpresa final y giro de guión, Carles Puigdemont volverá a España en las próximas horas o días para asistir, tal y como aseguró, al pleno de investidura del socialista Salvador Illa, que ya tiene día y hora: el próximo jueves 8 de agosto a las 10:00 h de la mañana. Sin embargo, y dada la orden de detención que sigue vigente, el expresident de la Generalitat fugado de la justicia podrá ser detenido en el momento en el que pise territorio español. Escenario que el propio Puigdemont contempló en la carta que publicó el pasado fin de semana en sus redes sociales: "Si se salen con la suya, imagino lo que me espera y sé lo que debo hacer", manifestó. De este modo, y más allá de las imprevisibles consecuencias políticas en una semana decisiva en el Parlament de Cataluña, la más que probable detención de Puigdemont reaviva algunos interrogantes. Entre ellos, si el expresident ingresará o no en prisión preventiva por el presunto delito de malversación. El único ilícito penal que el juez instructor de la macrocausa del procés, Pablo Llarena, se resistió a amnistiar".

Sigue el texto: "En este sentido, fuentes de la judicatura catalana se inclinan por valorar que existe una "elevadísima posibilidad" de que Puigdemont ingrese en prisión provisional por orden del juez Llarena, al entender que "el riesgo fuga es descomunal". "Se trata de una persona que lleva siete años huida de la justicia española, el riesgo de fuga se justifica solo", consideran las voces expertas. De este modo, tras la posible detención del expresidente catalán, uno de los escenarios más factibles sería la comparecencia de Puigdemont ante el instructor del alto tribunal -ya sea por videoconferencia o de forma presencial en Madrid- y su posterior ingreso en prisión preventiva".

Líneas después Saint-Germain apunta que "sin embargo, a Puigdemont le queda un as bajo la manga y podría eludir la cárcel si presenta antes un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional (TC) en el que pida suspender de forma cautelar la orden de detención, en el marco de la ley de amnistía. No obstante, lo cierto es que, por el momento, tanto el regreso de quien fue el presidente catalán como su estrategia ante los tribunales son una incógnita: Puigdemont todavía no ha presentado recurso alguno ante el TC contra el auto por el que Llarena rechazó amnistiar la malversación y acordó mantener la orden nacional de detención; y tampoco ha dado señales de haber regresado a Cataluña, tras pasar siete años fugado de la justicia española".

En El Nacional dan por seguro el regreso, el arresto y que este se llevará a cabo por agentes de los Mossos. Dice el citado medio que los agentes "confían detectarlo antes de que entre en el Parlament y diseñan como poder trasladarlo al juzgado sin incidentes". Del texto de Guillem RS: "Los Mossos d'Esquadra trabajan con la hipótesis de que el presidente Puigdemont podrá llegar a Barcelona y que se aproximará al Parlament de Catalunya, que será el primer lugar donde se dejará ver. Será allí donde se prevé que sea arrestado y entregado al juzgado de guardia de Barcelona, en la Ciutat de la Justícia, sin tampoco pasar por una comisaría, para que sea el magistrado de guardia, responsable de detenidos, quien ponga en conocimiento del juzgado que lo reclama, en Madrid, la detención de Puigdemont. Aquí arrancará lo que por ahora parece el terreno más desconocido. Teniendo en cuenta que ha estado en el exilio, el juez Llarena puede interpretar que hay riesgo de fuga, hecho que podría llegar a condicionar un posible ingreso en prisión, un hecho que la defensa del presidente Puigdemont cree que no es necesario. Lo que sí saltará por los aires, si el presidente del Referéndum del 1 de Octubre es detenido, es el pleno de investidura de Salvador Illa, que con toda seguridad se suspenderá".

Sigue la pieza: "No hay ningún plan especial -como sí se diseñó en el año 2017, si la declaración de Independencia no se hubiera abortado- para detenerlo. La policía catalana tiene todos sus mecanismos de escucha activos, liderados por la Comissaria General d'Informació -quien también hizo efectiva la detención de Clara Ponsatí con éxito en julio de 2023, entregada al juez y puesta en libertad en pocas horas-, pero no hay ningún dispositivo especial para realizar la detención, tampoco para adelantarse a los cuerpos de seguridad del Estado. Lo que sí se ha preparado es si es necesario extraer, con vehículo policial, al presidente Puigdemont ya bajo custodia para trasladarlo al juzgado de guardia. Si las hipótesis que ahora mismo tienen los Mossos d'Esquadra sobre la mesa se cumplen, totalmente o en parte, la detención se hará alrededor del parque de la Ciutadella o en la entrada del Parlament, y teniendo en cuenta que están convocadas varias concentraciones de apoyo al presidente en el exilio -también en contra, con Vox-, uno de los momentos críticos puede ser la salida de la zona con el presidente en el interior de un vehículo policial. Los Mossos tendrán desplegados en la zona a la Brigada Mòbil (Brimo) y equipos del ARRO, las dos unidades que pueden realizar tareas de antidisturbios".

Y: "Los Mossos confían en que la policía española, bajo el mando del ministro Marlaska, no se adelantará a la policía catalana, y que "permitirán" que la detención la realicen los mismos agentes de los Mossos. La lectura política es fácil de hacer. El PSOE y, por tanto, el PSC, no harán efectiva la detención del president Puigdemont, y serán los Mossos d'Esquadra, bajo el control de ERC -aunque por orden de un tribunal español- los que detendrán al 130º president de la Generalitat de Catalunya. Con esta premisa, los Mossos esperan que el presidente aparezca en la zona del Parlament de Catalunya y no tanto en poder detectarlo en la zona de frontera administrativa con Francia".

En La Razón Toni Bolaño demuestra que la veteranía es un grado para explicar una peripecia parecida a la de Puigdemont: "El 22 de diciembre de 1976 fue detenido en Madrid Santiago Carrillo. Ocho meses antes había entrado en España de forma clandestina disfrazado. Regresó en coche por la frontera de La Junquera con una peluca, un bigote postizo y una barba de la misma guisa. Quería que lo detuvieran para poner en un brete al Gobierno de Adolfo Suárez, que sabía que si le arrestaban reconocería la fuerza del Partido Comunista de España. Fue rocambolesco pero es parte de la historia de España y de la Transición, que fue posible gracias al PCE que dirigía Carrillo desde hacía casi 20 años".

Y: "No pasará tanto tiempo esta vez. Carles Puigdemont volverá a España. Desde Junts per Catalunya se azuza la «perfomance» que se avecina pero, lógicamente, no dan detalle alguno, lo que ha generado multitud de teorías descabelladas. Alguna puede dejar de serlo porque Puigdemont también tiene su objetivo: volver para ser detenido y entorpecer al máximo la investidura de Salvador Illa, y, en buena medida, robarle el protagonismo. Lo que se desconoce es si Puigdemont vendrá disfrazado con peluca, barba y bigote como Carrillo".

Uno de los secundarios destacados de este sainete es el presidente del Parlament, Josep Rull, que comparece en Vilaweb para asegura que "si detenen el president Puigdemont, no puc acceptar que el ple es desenvolupi amb normalitat". Entrevistado por Txell Partal el dirigente de Junts da algunas pautas sobre las horas tensas que se avecinan:

P: Tothom resta pendent de què passarà demà al parlament. Després de la ronda de consultes, veieu clar que Salvador Illa serà president de la Generalitat demà?

R: Aquest dijous no ho sabem. Sabem que hi ha una majoria sòlida de 68 diputats per investir-lo.

P: Entenc que dieu que no sabeu si serà demà, perquè el president Carles Puigdemont ha anunciat que tornarà per la investidura. Vau dir que si Puigdemont arribava al parlament no permetríeu que fos detingut, que abans us haurien de detenir a vós. Ho manteniu?

R: M’hi ratifico. Tenim molts arguments jurídics, però també hi ha una decisió política, que és insubornable. Mentre jo sigui president del parlament, faré tant com pugui per impedir que un diputat pugui ser detingut en exercici de les seves funcions, perquè el parlament disposa d’una immunitat que transcendeix fins i tot l’àmbit estrictament normatiu. És un lloc sagrat. En qualsevol país avançat i democràtic, la seu del parlament és sagrada, democràticament sagrada, i no s’hi pot limitar cap dret, en termes de privació de llibertat, de cap diputat. A mi em va passar al congrés dels diputats. Vaig ser diputat un dia, juntament amb Jordi Sánchez, Jordi Turull i Oriol Junqueras. Recordo una imatge que em va colpir moltíssim. Quan es va acabar el ple de constitució, ens van obligar a quedar-nos a l’hemicicle i va entrar la policia, probablement armada, a desallotjar-nos. Això al Parlament de Catalunya no passarà mai.

P: Com ho garantireu?

R: Ho garantirem primer amb tota un seguit d’arguments jurídics, que són sòlids: des del que diu l’estatut de Catalunya al mateix reglament, a més de dos protocols que ja vam aprovar i són vigents, pels quals no es pot detenir cap diputat dins del parlament. I més enllà d’això també hi ha més arguments. El procés d’una activitat parlamentària, en aquest cas tan solemne i tan rellevant com la investidura d’un president, no es pot interferir de cap de les maneres. Per tant, des del moment que es convoca el ple, formalment, que jo en signaré la convocatòria, fins que no s’hagi clos, no es pot detenir ningú perquè alteraria l’activitat parlamentària. Però les garanties que vull plantejar com a president del parlament van més enllà d’això. Hi ha diverses corones: d’allò jurídicament més robust a allò políticament més determinat. I aquí no només hi juga el dret, sinó la determinació política. Hi ha el dret que ens empara, però hi ha la determinació política de la presidència del parlament, i aquest no és un element menor.

P: S’ha posat en contacte amb vós el conseller d’Interior?

R: Hem parlat. Simplement, he fet valer allò que diu la norma i els protocols del parlament. Li he plantejat allò que ja he dit en públic.

P: I ell què us ha respost?

R: No ho puc dir, no crec que sigui adequat desvelar la conversa.

P: Què passaria si la policia entrés al parlament?

R: Si fos així, miraria de situar el president Puigdemont en un lloc al màxim de segur dins el parlament, que seria el meu despatx. Ho tinc molt clar. La determinació política, en aquest cas, hi és. No crec que hàgim d’arribar a aquesta situació, però per a mi és un element absolutament sagrat i innegociable.

P: Per tant, confieu que Puigdemont serà demà al parlament?

R: Hauria de ser normal que hi fos. En una democràcia normal, hauria de ser normal. Però ja hem vist que en aquests moments hi ha una part de l’estat espanyol, que és el poder judicial, concretament la cúpula del poder judicial, que és fora de control, està desbocat.

P: Si Puigdemont finalment no pot arribar al parlament, el ple s’ha de suspendre? El vostre partit us demanarà que el suspengueu…

R: Si detenen el president Puigdemont, jo no puc acceptar que el ple es desenvolupi amb normalitat. Per tant, seria un plantejament idoni i adequat ajornar el ple.

La última "jugada maestra" de Junts tiene derivadas que superan el umbral de la política regional. "Alerta máxima en Moncloa por la jugada final de Puigdemont: Sánchez se juega la legislatura", proclama tronante Vozpópuli. La nota es de Javier Portillo: "La Moncloa está en alerta máxima en pleno mes de agosto. Pedro Sánchez contiene la respiración ante la jugada final de Carles Puigdemont. El presidente del Gobierno y su equipo de colaboradores más estrecho aguardan impacientes el desarrollo, el próximo jueves, de la sesión de investidura del socialista Salvador Illa. El dirigente independentista irrumpirá, según ha expresado él mismo, en el Parlamento catalán para asistir a la sesión. Será un "numerito", según reconocen fuentes de la dirección del PSC, ante el cual los socialistas catalanes quieren mostrar serenidad".

Sigue el texto: "Mientras, Puigdemont no da pista alguna. Ni cómo, ni cuándo entrará por la puerta de la Cámara catalana. Su regreso a España tras siete años prófugo de la Justicia es un bombazo político de inciertas consecuencias que puede hacer descarrilar la legislatura de Pedro Sánchez. Hay varios escenarios encima de la mesa. Y todos pasan por su detención. Precisamente, Junts avisó este martes de que boicoteará la investidura de Illa si un mosso d’esquadra esposa al expresidente para cumplir con la orden de detención del juez Pablo Llarena, quien ya le espera en el Supremo para tomarle declaración. Cabe recordar que el Alto Tribunal considera que el delito de malversación que se le imputa por el procés no es amnistiable".

Y: "Lo peor que le puede pasar a Sánchez es que la investidura de su exmnistro de Sanidad salte por los aires y que el acuerdo suscrito entre Moncloa y ERC, pacto fiscal mediante, quede en papel mojado. Si los republicanos sucumben a la presión del independentismo radical y Cataluña se encamina a unas nuevas elecciones este octubre, Sánchez tendrá casi imposible seguir remando. Una nueva campaña lo volará todo y el Gobierno de coalición enfrentará una severa sequía legislativa, puesto que dos de sus aliados capitales en el Congreso son los independentistas catalanes de Junts y ERC, enfrentados entre sí.

Cambio de tercio. Noticia de sociedad. "¿Es Barcelona tan insegura como dicen los 'influencers'? 'Nadie te ayuda, si pasa algo te sientes vulnerable'". Pregunta y "respuesta" son un titular de El Confidencial sobre el efecto de las redes sociales en la percepción de inseguridad. El texto es de Claudia Sacristán: "Barcelona vive una crisis de imagen en la que la inseguridad se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para las autoridades y las patronales del turismo. Las redes sociales como TikTok o Instagram extienden tan rápido como la pólvora los casos de hurtos y robos en la capital catalana. Mientras tanto, y según los balances ofrecidos por el Ayuntamiento, los delitos -en cómputo general-, se reducen levemente (un 0,5%). Pero los vecinos tienen dudas de que esta situación tenga su traducción en las calles. Hace apenas unas semanas, se viralizó un vídeo de una turista colocándose el bolso entre las piernas en una terraza de Barcelona para evitar que se lo robasen. Pero no se trata de un caso aislado. Cada vez son más los usuarios de TikTok que comparten este tipo de contenido. Desde fundas para el móvil que llevan incorporada una cuerda de seguridad hasta cómo usar una simple pinza del pelo para protegerte ante un atraco".

Continúa Sacristán: "Trucos para evitar los hurtos que también comparten los vecinos. Si se pregunta a los barceloneses, ellos también tienen sus propios consejos. No ponerse nunca el móvil en el bolsillo posterior del pantalón, llevar el bolso debajo del brazo o colocarse la mochila delante cuando te subes al metro son algunos de los más habituales. "Si un grupo sospechoso te viene a hablar, pedir fuego o la hora, corre, cambia de acera, guíate por tus sensaciones", explica Ingrid D., que acostumbra a salir de fiesta por la zona de Marina o el Paralelo. Pero, ¿es realmente Barcelona tan insegura como la están pintando? Muchos vecinos mantienen que no han vivido asaltos ni agresiones en primera persona, aunque algunos de ellos han presenciado hurtos en el metro o carteristas en Las Ramblas, una de las avenidas de la ciudad con más afluencia de turistas. Recientemente, el Ayuntamiento de Barcelona presentó los resultados del Barómetro 2024, una encuesta que llevó a cabo entre el 25 de junio y el 4 de julio que coloca la inseguridad como principal preocupación de los barceloneses con un 27,2%, seguida a más de diez puntos del acceso a la vivienda (16,6%) y el turismo (13%), que arrebata la tercera posición a la limpieza, que ha caído al 5%".

Pues si Barcelona les parece insegura a los turistas que no vayan a Badalona, donde se acaba de viralizar el asesinato de un ciudadano para robarle un teléfono móvil.

7 de agosto, santoral: Sixto II papa, Cayetano de Thiene, Afra de Augsburgo, Alberto degli Abbati, Donaciano, Donato, Miquel de la Mora y Victricio de Rouen.

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