No va más. La ruleta gira. Y la bola caerá en la muesca de la investidura de Salvador Illa. El presidenciable del PSC tiene los 68 apoyos necesarios para ser el nuevo líder del Ejecutivo catalán y romper la etapa del Govern independentista. Nadie lo impedirá; como mucho, se retrasará unos días ese momento en función del prometido regreso (y posible detención) de Carles Puigdemont.

Puigdemont es presa de sus palabras, aunque ello no es garantía de nada, y menos en política. Tras el escrutinio del 12M, en el que fue segundo a una distancia considerable de Illa, dijo que abandonaría la política activa si el Parlament no lo investía president. Era una manera de presionar a ERC y también al PSC, recordándole que si Pedro Sánchez sigue en la Moncloa es por los votos de Junts. Por lo tanto, confiaba en que los socialistas le devolvieran el favor. No ocurrirá.

Carles Puigdemont, durante la noche electoral, el pasado 12 de mayo Glòria Sánchez EUROPA PRESS

Prisión preventiva o medidas cautelares

De todos modos, el principal responsable del referéndum ilegal del 1-O y la declaración de independencia suspendida del 2017 no ha perdido protagonismo desde que lo recuperara tras las pasadas elecciones generales por la conveniencia del PSOE de seguir en el Gobierno. Fue entonces cuando los socialistas le redactaron la amnistía a cambio de su apoyo a Sánchez. Pero la amnistía, dicen los jueces, no se le puede aplicar a él por malversación.

Así las cosas, el último órdago de Puigdemont consistirá en regresar a Cataluña siete años después de su huida –si esta vez cumple su palabra– para asistir al pleno de investidura de Illa… si la policía y la justicia lo permiten. Porque, con una orden nacional de detención, tiene asumido que terminará detenido en cuanto ponga un pie en España. La incógnita es si ingresará en prisión preventiva por riesgo de fuga o si quedará libre con medidas cautelares.

Hay fecha... provisional

Sea lo que sea que ocurra en Cataluña en las próximas horas, Puigdemont se ha anotado un último punto antes de que la autonomía entre en una nueva etapa y pase página a su legado: condicionar el pleno de investidura. Porque, salvo que su detención se produzca después de la entronización del socialista, su arresto aplazará la sesión del Parlament hasta una fecha indeterminada, aunque antes del 26 de agosto, pues si se llega a ese día sin president, se activará la repetición electoral.

Por el momento, el presidente del Parlament, Josep Rull, ha fijado el pleno para este jueves a las diez de la mañana. Sin embargo, todo el mundo da por hecho que se aplazará. Distintos grupos parlamentarios (Junts, ERC, Comuns) han anunciado la intención de que así sea si se produce el arresto de Puigdemont, pero los dos últimos han dejado claro que nada impedirá la investidura y que le darán su confianza a Illa un día o una semana después. Una investidura que el prófugo quiere opacar.

Salvador Illa y Josep Rull, en la segunda ronda de consultas, el pasado 19 de junio David Zorrakino EUROPA PRESS

Rull tiene libertad para suspender plenos

Cabe añadir que el reglamento del Parlament da libertad a su presidente para suspender plenos, como encargado de mantener el orden de las discusiones y de dirigir los debates, y también puede hacerlo e incluso levantar la sesión en caso de "altercados o de desobediencia obstinada de un diputado". La suspensión, en este caso, debe durar un máximo de media hora y luego hay que retomar el pleno.

En caso de que haya grupos que no compartan una suspensión, no existe la posibilidad de un recurso de reconsideración, pero dos grupos pueden pedir que se reúna la Junta de Portavoces para hablar de la situación y reconsiderar la decisión. No es la primera vez, en cualquier caso, que el Parlament ha tenido otras suspensiones o aplazamientos de plenos.

Precedentes

En enero de 2018, el entonces presidente del Parlament, Roger Torrent, decidió aplazar el pleno de investidura tras las elecciones en las que se presentó Puigdemont para ser reelegido, una decisión que Torrent comunicó por carta a los grupos.

Dos meses después, Torrent aplazó otro debate de investidura, el del diputado de Junts Jordi Sànchez, que estaba en prisión y que había pedido al juez la libertad provisional o un permiso para defender su candidatura, después que de su partido lo escogiera en sustitución de Puigdemont.

Más recientemente, en marzo de este año, la presidenta del Parlament Anna Erra suspendió el pleno de los presupuestos por falta de una mayoría para tramitarlas. El mismo día en el que, poco después, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, decidió convocar las elecciones anticipadas que llevarían a los comicios del 12 de mayo.

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