El pacto Sánchez-Díaz y las dudas sobre Puigdemont
El presidente y la vicepresidenta escenifican su acuerdo de coalición mientras el expresidente prófugo marea la perdiz y su Consell de la República se reduce casi a cenizas
25 octubre, 2023 07:58Carles Puigdemont está otra vez en la pista central, sujeto al trapecio en el que se balancea de un lado a otro con seguridad a la espera de ejecutar sus curiosas acrobacias. Ayer dio a conocer los resultados de la consulta entre las bases del Consell de la República, un churro de votación en la que no participó ni el 5% del censo de la cosa. Es decir, que a pesar de las facilidades para el voto telemático y el plazo de varios días para votar, a la inmensa mayoría de los inscritos en la entidad paralela a la Generalitat no les ha parecido conveniente votar seguramente en la creencia de que su ídolo, el gran Puigdemont, está en disposición de hacer lo que quiera sin tener en cuenta a nadie más que a él y su corte íntima.
Esa es la interpretación que ofrece Antonio Fernández en El Confidencial, que titula así su crónica: "Puigdemont tendrá manos libres para negociar tras dejar tocado de muerte el Consell per la República". Es decir que la votación no iba sobre la investidura sino sobre la existencia de un Consell relleno de descolgados de los partidos independentistas que juegan a ser el parlamento y la Generalitat paralelos. Del texto de Fernández: "Los círculos más radicales del entorno independentista catalán están poniendo toda la carne en el asador para evitar que el fugado Carles Puigdemont brinde su apoyo al presidente en funciones. Pero el correoso político contemporiza con los sectores más beligerantes y se reserva la capacidad de negociar en Madrid. Si lo que ofrece Sánchez es una oportunidad única, él solo decidirá si lo acepta o no, independientemente de lo que digan las bases, puesto que es inviable una apelación continua a las consultas internas en un organismo o partido".
Sigue Fernández: "Las presiones sobre el fugado en Waterloo son tremendas. Los más críticos amenazan con no votarle jamás y condenarle al ostracismo más profundo si no sigue sus dictados. Y, de momento, el expresident se deja acunar por los cantos de sirena de esos círculos y mantiene entre su círculo íntimo el boicot a la investidura. Así espera retener y cosechar otro puñado de votos en las próximas elecciones, con los que espera superar a ERC y situarse de nuevo como adalid del independentismo".
Y: "La situación en el seno del Consell se ha vuelto más tensa por el resultado de la última consulta interna sobre la investidura de Pedro Sánchez. Los críticos ganaron por amplio margen (3.009 votos a favor del bloqueo y 1.004 en contra) y eso es otra baza para el saco de los radicales. Aun así, la baja participación en la consulta enturbia y deslegitima el resultado. “La participación es del 4,45%. Estaría bien que os plantearais si estáis haciendo bien las cosas, porque la motivación de los inscritos por votar es baja y está en caída”, advertía una activista".
En determinados círculos madrileños se otea con optimismo el movimiento del Consell de la República. Pretenden que la singular entidad puede condicionar las negociaciones sobre la investidura y hacer que embarranquen. Son ilusiones, tal como muestra este titular de El Nacional: "El Consell de la República admite que la votación contra la investidura no condiciona la negociación". Escribe Marta Lasalas: "El Consell de la República no interviene en las negociaciones con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez y, por lo tanto, el impacto de la consulta interna que apuesta por bloquear las conversaciones es muy limitado, por no decir inexistente. Así lo admiten fuentes del Consell que aseguran que el gobierno de este organismo acatará la decisión y transmitirá a los partidos el resultado de la consulta interna, pero a partir de aquí, son las formaciones políticas las que deciden. En este sentido argumentan que la intervención del president del Consell, Carles Puigdemont, y el vicepresidente, Toni Comín, en las conversaciones con el PSOE y con Sumar obedece al encargo de Junts y no a ninguna decisión del Consell ni a sus responsabilidades dentro de este organismo y, por lo tanto, tampoco el resultado de la consulta les ha de afectar a su papel en las negociaciones".
Mientras tanto, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz presentaron ayer su acuerdo de coalición. El mismo El País que advertía un día antes de que no todo estaba cerrado explica hoy que todo está cerrado. Y aún más. "El Gobierno confía en que el pacto con Sumar acelere las negociaciones con ERC y Junts". El texto es de José Marcos y Carlos E.
Cué: "Todo está listo para cuajar el pacto definitivo para la investidura de Pedro Sánchez, pero aún no hay fecha ni acuerdo cerrado. El escenario ideal para el Ejecutivo sería la semana del 6 de noviembre, después de la jura de la Constitución de la princesa Leonor de Borbón ante las Cortes el 31, y así Sánchez podría llegar ya investido presidente al congreso del Partido Socialista Europeo del 10 y 11 de noviembre en Málaga. Pero la fecha no la decide el Gobierno, sino la negociación. Y ahí el PSOE está en manos de sus aliados para esta investidura, en especial los independentistas de ERC y Junts, los apoyos más difíciles de amarrar. Nadie se atreve pues en el Ejecutivo a dar fechas ciertas, aunque no hay muchas más opciones: si no es la del 6, tiene que ser la del 13 o la del 20, porque después ya se llegaría al 27 con la convocatoria automática de elecciones. Pero lo que sí trasladaron este martes distintas fuentes de los dos sectores de la coalición, tras la firma del acuerdo entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, es que confían en que este pacto, una especie de contrato de la coalición, sirva como un incentivo para rematar la negociación con ERC, Junts y los otros socios necesarios: PNV, Bildu y BNG".
Continúa la pieza líneas después: "El pacto de la coalición, que da un respiro al Gobierno después de semanas de negociación discreta sobre la amnistía que está produciendo un evidente desgaste por las duras críticas de la oposición y de algunos dirigentes históricos del PSOE, provocó este martes un claro cambio de ambiente dentro del Ejecutivo. Después del acuerdo y de que se vuelva a dar protagonismo a las cuestiones en las que el Gobierno se siente más cómodo, esto es las políticas sociales y económicas progresistas y los anuncios de ampliación de derechos o mejora de las condiciones laborales, distintos ministros y dirigentes trasladaban una gran confianza en que esto precipite los acontecimientos en cascada y empiecen a cerrarse también los demás acuerdos, más difíciles que este. Pedro Sánchez y Yolanda Díaz mostraron además una gran sintonía y una confianza total en que habrá Gobierno y durará toda la legislatura. “A este Gobierno le daban dos días pero llevamos cinco años y vamos a estar otros cuatro años más”, clamó el presidente".
Algo parecido, pero desde otra perspectiva es lo que cuenta Javier Portillo en Vozpópuli. "Nervios en Moncloa: Pedro Sánchez precipitó el abrazo con Yolanda Díaz ante el frenazo de Puigdemont", se titula la pieza que arranca así: "Pedro Sánchez precipitó la escenografía del acuerdo con Yolanda Díaz ante el silencio de Carles Puigdemont. Las fuentes consultadas en el Ejecutivo reconocen en privado la premura con la que se organizó el acto. El candidato socialista a la investidura quería tener firmado el acuerdo con Sumar antes de que trascendiera el bofetón que los independentistas más acérrimos propinaron al expresidente catalán en la consulta del Consejo de la República: bloquear la investidura de Sánchez.
Además, hay fuentes de alto nivel en Moncloa que reconocen que el acto con el que el PSOE y Sumar escenificaron su acuerdo solo busca presionar al resto de socios para acelerar los otros pactos a la espera de Waterloo. Todo parece indicar que la negociación con Junts sigue enquistada. El plan de Moncloa era cerrar el acuerdo con Sumar el último".Y: "Es más, una ministra dijo, en conversación con este diario, que dado que era el más sencillo, sería el que llegaría más tarde. Pero ahora Moncloa celebra que haya sido el primero. "Los grupos [parlamentarios] siguen trabajando y la comisión negociadora también. El primer acuerdo tenía que ser este. La transparencia [sobre la amnistía] llegará cuando tenga que ser. Lo importante es que las cosas vayan saliendo bien", sintetizan fuentes gubernamentales. Pero lo cierto es que tres semanas después de que el Rey encargara a Pedro Sánchez buscar apoyos para ser investido, los nervios siguen instalados en Moncloa. Y en el PSOE. Tanto, que se han visto obligados a organizar la parafernalia con Yolanda Díaz para provocar una suerte de efecto cascada que mueva al resto de socios de Sánchez. Especialmente a Puigdemont. Aunque, por supuesto, también a ERC, al PNV y al resto de aliados de la mayoría de estos últimos cuatro años".
Tras publicar La Vanguardia este domingo que socialistas e independentistas negocian una suerte de reconocimiento de Cataluña como "minoría nacional", algunos medios exploran esa veta. Es el caso de El Mundo. "Puigdemont exige a Sánchez reconocer la 'nación catalana' en un acuerdo paralelo a la amnistía", titula el diario de propiedad italiana. El texto corre a cargo de Esteban Urreiztieta: "Carles Puigdemont exige la incorporación del «reconocimiento de Cataluña como nación» en el acuerdo político que negocia con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. El equipo del líder de Junts per Catalunya ha trasladado a los negociadores del PSOE esta imposición para que sea incorporada, no en el texto de la futura Ley de Amnistía que se está negociando, sino en el que marque las líneas a seguir del pacto entre ambas formaciones para que Sánchez vuelva a ser investido presidente y que, como pretenden los socialistas, asegure que Junts es partícipe de la gobernabilidad de España. De hecho, el equipo del ex presidente catalán ha admitido en las conversaciones que la incorporación de esta cuestión en la futura ley no pasaría el filtro del Tribunal Constitucional y contribuiría a tumbar el acuerdo automáticamente por la vía judicial".
Sigue Urreiztieta: "Fuentes de la negociación aseguran a El Mundo que el ex presidente catalán ha fijado esta cuestión como una condición sine qua non y que en estos momentos constituye «el principal escollo y punto de fricción» en unas conversaciones que se encuentran, precisan, en un estado muy avanzado. El rechazo de los socialistas a esta exigencia está demorando un acuerdo que se encuentra a falta de pulir detalles, apuntan las mismas fuentes a este periódico. No en vano, durante las últimas semanas se ha intensificado el intercambio de borradores sobre el texto de la futura ley entre ambas partes para consensuar la versión definitiva y se fija a priori la semana del 6 de noviembre como la fecha en la que está previsto que el acuerdo esté completamente cerrado".
Gran función ayer en Luxemburgo del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que fue a contarle a sus homólogos europeos lo de la oficialidad del catalán, el vasco y el gallego mientras estos tratan de consensuar una postura común en el caso de Israel y Palestina. El ministro letón dijo aquello de que "hoy no toca" mientras otras se hacían cruces del pintoresquismo español. En La Vanguardia titulan así: "Albares asegura que la oficialidad del catalán en la UE 'está más cerca' pese al 'escepticismo' de Letonia y Lituania". El texto es de Beatriz Navarro : "El reconocimiento del catalán, el euskera y el gallego como lenguas oficiales de la Unión Europea "está más cerca", ha asegurado el ministro de Exteriores en funciones, José Manuel Albares, al hacer balance del debate mantenido hoy en el Consejo de Asuntos Generales de la UE en Luxemburgo sobre la petición de España de revisar el actual régimen lingüístico de las instituciones europeas, en el que los representantes de Letonia y Lituania han advertido que, a su juicio, Europea tiene "otras preocupaciones" más urgentes que este tema. Las reticencias de los países bálticos a la petición española tienen que ver, en parte, con su temor a que cualquier cambio dé alas a las minorías rusófonas que hay en su territorio, tal y como estos países han admitido en su intervención dentro de la reunión, de acuerdo con fuentes diplomáticas europeas. El Gobierno es consciente de que otros países pueden tener preocupaciones del mismo tipo y el ha tratado de aplacarlas insistiendo en que, por su estatus jurídico, el catalán, el euskera y el gallego, son "un caso único" en la UE".
¿Único? Más bien extraordinario. Sigue el texto: "La reforma "se circunscribe al caso español, dado que cumple requisitos únicos en la UE, y que otras lenguas no pondrán ampararse a esta reforma si el estado miembro no lo desea", ha asegurado Albares. Tal y como ha avanzado La Vanguardia, el Gobierno circulará en breve entre los Veintisiete una "propuesta adaptada" que detalla las condiciones que se dan en el caso de las lenguas cooficiales de España y que "las convierte en un caso único". El nuevo texto también recogerá el compromiso de asumir los costes derivados de la ampliación del número de idiomas oficiales de la UE, 24 actualmente".
Lo de que "el Gobierno circulará en breve entre los Veintisiete una propuesta adaptada" quiere decir en castellano antiguo que tal propuesta "se distribuirá" en breve.
25 de octubre, santoral: Frutos de Segovia, Bernardo Calbó, Crisanto de Roma, Crispín y Crispiniano de Soissons, Daría de Roma, Engracia de Segovia, Frontón de Périgeux, Gaudencia de Brescia, Hilaro de Javols, Mauro de Pécs, Miniato de Florencia y Valentín de Sevilla.