Yolanda trata de explicarse y la prueba del catalán en la UE
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La pesada digestión del 23-J lleva a los medios un día a más a centrarse en las espesuras y honduras de las negociaciones para la hipotética investidura de un presidente y la eventual confección de un Gobierno, todo ello aliñado por los ejercicios de exhibicionismo de las fuerzas nacionalistas catalanas. ERC y Junts se dan golpes en el pecho y marcan territorio, sonidos guturales y rastros húmedos en las esquinas del cuadrilátero donde se dirime el futuro de España.
La cuestión es repetitiva, indigesta y cansina, pero la actualidad manda y a ella se entregan los periódicos con más o menos entusiasmo. Así y por ejemplo, La Vanguardia centra su atención en la vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, la primera que cruzó la línea roja de reunirse con Puigdemont.
La política gallega muestra un cierto optimismo teñido de cierta cautela. Y responde a las preguntas que le da la gana como le da la gana, lo que convierte la entrevista, al menos eso parece al leerla, en algo parecido a ir al dentista el día equivocado, una experiencia tensa pero indolora. Dice doña Yolanda que "La amnistía sólo puede salir de un pacto histórico, sin unilateralidad". Firman el trabajo Enric Juliana y Pedro Vallín y ahí van algunas de las preguntas y las "respuestas" de mayor enjundia:
Pregunta: ¿Estaba perfectamente informado Pedro Sánchez de su viaje a Bruselas?
Respuesta: Al día siguiente da las últimas elecciones, comuniqué al presidente del Gobierno que iba a designar al señor Jaume Asens como interlocutor con Waterloo. El presidente y yo mantenemos casi a diario conversaciones fluidas. No puedo desvelar, ni lo voy a hacer jamás, mis conversaciones con el presidente, que fueron antes y después de la visita a Bruselas.
P: En política, los tiempos son fundamentales. ¿Usted cree que midió bien el momento de esa entrevista, una semana antes del Onze de Setembre?
R: Sí, sin lugar a dudas. Miren, el día 2 de agosto dije que habría que modificar el reglamento del Congreso. Pudo parecer extraño. Esa propuesta ya está hoy en marcha...
P: ¿Se refiere al uso del catalán en el Congreso?
R: El catalán, el gallego, el eusquera y otras lenguas, sí. Ese anuncio que podía parecer extemporáneo el día 2 de agosto creo que hoy se contempla de otra manera. Vamos a cumplir con el mandato constitucional de ofrecer "especial respeto y protección" a las modalidades lingüísticas de España. Esas lenguas estarán en pie de igualdad en las Cortes Generales. Creo que es un avance. ¿Fue el tiempo correcto? Creo que sí.
P: ¿Se está explicando bien el Gobierno?
R: Sé perfectamente que hay muchas personas que tienen muchas dudas y por tanto debemos de ir a este tema con rigor. En primer lugar, no hay una única forma de amnistía, en contra de lo que algunos sostienen al paragonar la actual situación con la de 1977. Hay amnistías para facilitar un cambio de régimen político, como ocurrió entonces, cuando transitamos de la dictadura a la democracia. Hay las denominadas "amnistías utilitarias", como las amnistías fiscales que, con tanta generosidad, aprobó el Partido Popular. Y hay amnistías para intentar superar conflictos políticos, que es el marco en el que nos encontramos. Lo siento, pero no podemos comparar la situación actual con la de 1977. Se equivocan quienes quieren interpretarlo así.
P: Lo que usted nos está diciendo es que por parte del Gobierno en funciones se está produciendo un vacío narrativo.
R: Estoy de acuerdo.
P: Durante estas últimas semanas ha prevalecido la idea de que la amnistía para el 'procés' sería como la de 1977. ¿Por qué el Gobierno en funciones y los partidos que lo componen no explican mejor cuáles son sus planes?
R: Yo estoy concediendo esta entrevista hoy.
P: Nos parece una respuesta interesante.
R: Estoy concediendo esta entrevista y no por casualidad... Y no por casualidad a La Vanguardia. Pero estoy de acuerdo con ustedes. Hay que afrontar este asunto con rigor y seriedad. Hay mucha gente que hoy tiene dudas. Lo que tenemos que entender es que la amnistía no es una ley, sino que acaba en una ley. Hay un conflicto político que puede ser objeto de un acuerdo político y social. Un conflicto al que nunca debimos haber llegado. ¿Y por qué hablo de acuerdo político y social? Porque en ese acuerdo también deberían estar los empresarios y los sindicatos, la sociedad civil... Un amplio acuerdo que culminaría con una ley orgánica. Este es el proceso al que podemos ir. Aún recuerdo el día en que el señor Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, se posicionó a favor de los indultos en el Cercle d’Economia de Barcelona. El acuerdo debe ser amplio y me van a permitir que les diga que en ese acuerdo no cabe la unilateralidad.
P: ¿Nos está diciendo que el independentismo catalán debe renunciar a la unilateralidad?
R: Lo que le estoy diciendo es que donde hay un acuerdo no caben unilateralidades. Cuando una parte se sienta a negociar ya está renunciando a la unilateralidad.
P: Vamos a seguir ese hilo argumental. Al día siguiente de su viaje a Bruselas, Carles Puigdemont dio un discurso en el que expuso las condiciones básicas de Junts para la investidura. En ese discurso usó una expresión que a usted le sonará: "Compromiso histórico". Usted viene de un partido, el PCE, que cultivó esa expresión, de origen italiano, en los años setenta. ¿Qué pensó al oírla?
R: Se la había escuchado antes. Se la había escuchado el día antes, cuando nos reunimos.
P: Compromiso histórico significaba pacto entre antagonistas, con renuncias. ¿Cree que el señor Puigdemont concibe esa expresión igual que usted o que la generación que firmó los pactos de la Moncloa?
R: Yo no puedo reproducir mis conversaciones con el señor Puigdemont, de la misma manera que no reproduzco mis conversaciones con el presidente del Gobierno, con el señor Garamendi o con los sindicatos. Pero es evidente que cuando alguien invoca la doctrina del compromiso histórico está hablando de un pacto. Un pacto que tiene que ver con la reconciliación, con la convivencia pacífica. Un pacto que tiene que ver con vivir mejor. Ahí me van a encontrar.
P: Recapitulando. Usted informó bien al presidente del Gobierno de su visita a Bruselas…
R: Converso a diario con el presidente del Gobierno...
P: …Considera que era el momento adecuado y cree que hay que explicarse mejor...
R: Narrativa y hechos. Estoy hablando de un acuerdo político y social que debe conquistar el apoyo de la sociedad...
P: Y coincide con Carles Puigdemont en que existe la posibilidad de un 'compromiso histórico'...
R: Sí.
La unilateralidad es la cosa, como demuestra también este titular de El País: "El PSOE intenta que Junts renuncie a otro 'procés' para negociar la amnistía". Escribe Carlos E. Cué: "Según la versión oficial, aún no está pasando nada en las conversaciones entre el PSOE y Junts para la investidura de Pedro Sánchez. 'Es el momento de Alberto Núñez Feijóo', repiten Sánchez y todos los ministros y portavoces socialistas. La realidad es distinta. Las piezas clave se están moviendo para llegar a octubre con todo encajado para la recta final de la negociación, la más difícil a la que se ha enfrentado un político como Pedro Sánchez, acostumbrado a operaciones siempre al límite de lo posible. Pero falta, al menos desde la visión socialista, que cambie un punto decisivo: que Junts renuncie a la unilateralidad —la amenaza de poner en marcha algún día otro procés— para poder negociar la amnistía. El PSOE se está moviendo a toda velocidad: ha forzado la máquina para que las lenguas cooficiales puedan usarse este mismo martes en el pleno del Congreso, y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha trazado una estrategia para intentar que el catalán, el gallego y el euskera sean aceptadas también como lenguas oficiales de la UE, algo que se augura más complicado de lograr. (...) También ERC se está moviendo, al asumir públicamente que la ley de amnistía no se puede aprobar antes de la investidura, como reclama Junts, y sobre todo que mantener la amenaza de la ruptura unilateral no tiene sentido en medio de esta negociación".
Sigue Cué: "¿Y Junts? Dio un paso muy relevante al apoyar en el Congreso la presidencia de la socialista Francina Armengol el 17 de agosto. En el Gobierno también valoran que Puigdemont, en su intervención pública del pasado 5 de septiembre, no planteara el referéndum de autodeterminación como una condición básica de la negociación, algo que la habría hecho inviable. Sin embargo, en el PSOE creen que tiene que dar muchos más pasos y renunciar a sus posiciones de máximos, porque si no será imposible para los socialistas dar el enorme salto que supone una ley de amnistía que sí están dispuestos a explorar. Puigdemont, según las fuentes consultadas, ya ha recibido el mensaje de que un elemento decisivo para poder negociar en serio con el PSOE es que él abandone la defensa de la unilateralidad, que deje de decir 'lo volveremos a hacer'".
En La Razón se centran en la perspectiva del expresidente de la Generalidad: "Puigdemont quiere que Sánchez le lleve a la Generalitat", afirma el titular que acompaña un texto de Carmen Morodo: "En ERC conocen mejor que nadie a Carles Puigdemont y, por si acaso, han empezado ya a trabajar en el escenario de una repetición electoral, que no desean. Tan es así, que desde algunos de los canales con comunicación más directa con Oriol Junqueras se han puesto a ventilar el mensaje de que 'vamos a unas nuevas elecciones'. En una partida en la que todos los jugadores están de farol siempre cabe sospechar que, detrás de cada filtración, sólo está el interés de engañar a alguno o a todos los contrincantes. Pero esta incertidumbre tiene base en un elemento que se pasa por alto en los análisis que se hacen desde Madrid, y que en Cataluña, sin embargo, se ve como la piedra de bóveda del proceso: el pulso electoral entre Junts y ERC ante las próximas elecciones catalanas".
Sigue Morodo: "Esto es lo único que importa a Puigdemont, la batalla por la Generalitat, o así lo ven en ERC y en los otros partidos que están metidos en el proceso de negociación para facilitar una nueva investidura de Pedro Sánchez. Para que Sánchez continúe en La Moncloa tiene que hacer las cesiones necesarias para que Puigdemont entienda que tiene el camino despejado para rentabilizar electoralmente en Cataluña la investidura del líder socialista y poder, de esta forma, intentar de nuevo el salto a la Generalitat. Recuperar el poder para tener el control institucional de la nueva etapa del proceso independentista. PNV y Junts juegan la misma mano, y la cumbre que celebraron este viernes en Waterloo deja como balance la sensación de que la posibilidad de una repetición electoral se sitúa en un 60%. 'Hay mucho tiempo todavía y no hay nada en la mesa aún. Es Sánchez el que tiene que moverse', señalan fuentes al tanto de la negociación entre estos dos partidos. (...) En el sector independentista más radical ha empezado incluso a engordar la 'bola' de que Puigdemont 'se hizo un Junqueras' en la sesión de constitución del Congreso de los Diputados. Su primer salvavidas se lo ofreció al PSOE 'por unos pinganillos' en la Cámara, porque la petición para convertir el catalán en lengua oficial en la UE nació condenada a no salir adelante en la reunión comunitaria del próximo día 19. Si Puigdemont es coherente con lo que dijo en aquel momento, ya solo un resultado negativo a sus pretensiones en esa votación podría justificar que tumbara la investidura de Sánchez".
Sobre el catalán en la UE destaca la campaña de Plataforma per la Llengua con Guardiola pidiendo al Gobierno de Suecia que acepte la oficialidad de la lengua y las dudas de los estados miembros. "El debate sobre el catalán en la UE pone en juego la credibilidad de la negociación de Pedro Sánchez", apunta El Nacional al respecto. El texto es de Marta Lasalas: "El catalán vuelve a llamar a la puerta de las instituciones europeas. Y, por primera vez, lo hace con posibilidades de prosperar, aunque con dificultades. El Consejo de Asuntos Generales de la UE prevé en el orden del día de la reunión de este martes abordar la solicitud de España de modificar el reglamento de régimen lingüístico de la UE para incluir el catalán, el euskera y el gallego como lenguas oficiales. El mismo día, una vez se haya abordado este tema en el Consejo de Asuntos Generales será el Parlamento Europeo quien lo debatirá. También el martes, pero en Madrid, el Congreso de los Diputados abordará en el hemiciclo la reforma del reglamento para poder utilizar el catalán en los plenos del parlamento español y, de hecho, aunque las enmiendas se votarán el jueves, ya se podrán utilizar las lenguas cooficiales en el debate".
Sigue la pieza: "Los múltiples frentes surgidos sobre la lengua surgen de la exigencia de Junts de que España registrara la petición de reconocimiento de la oficialidad del catalán en la UE como condición imprescindible para apoyar a la designación de la socialista Francina Armengol como presidenta del Congreso de los Diputados el pasado 17 de agosto. El president en el exilio, Carles Puigdemont, exigía antes de la votación garantías de que este compromiso se cumpliría. Aquella misma mañana en que se tenía que votar la mesa de la Cámara, el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel Albares, registró la petición a la presidencia del Consejo de la UE de modificar el reglamento num. 1, que regula el régimen lingüístico de la UE. Horas después, al tomar posesión Armengol abrió también la puerta a la presencia de las lenguas cooficiales en el Congreso. (...) El debate no será fácil y el Ministerio de Exteriores se ha tenido que dedicar a fondo, consciente de que las exigencias de Junts en esta cuestión fueron muy contundentes y un descarrilamiento de este tema podría poner en serios problemas la negociación de la investidura de Pedro Sánchez, además cuestionar la capacidad -y credibilidad- negociadora del presidente socialista en un momento en que España ostenta la presidencia de turno de la Unión".
Frente a todas las teorías favorables a la amnistía, El Mundo entrevista a la presidenta de Sociedad Civil Catalana, Elda Mata, quien afirma que "La amnistía es tan peligrosa para España como el golpe de 2017". Las preguntas corren a cargo de Iñaki Ellakuría y destacan estas así como sus correspondientes respuestas:
Pregunta: Ante la concesión de los indultos, SCC hizo un pequeño acto en la calle, ahora, en cambio, convocan una gran manifestación en Barcelona el 8 de octubre... ¿Qué ha cambiado?
Respuesta: Creemos que la situación es mucho más grave que con los indultos e igual de peligrosa, incluso, que en 2017. Porque entonces todo el constitucionalismo estaba unido y todo el mundo tenía claro que se debía parar el golpe de Estado. Ahora la amnistía la impulsa un Gobierno y las posiciones no son unánimes en el constitucionalismo. Nosotros somos una organización transversal y que aúna a muchas sensibilidades políticas, por eso creemos que es urgente decir que la amnistía, en nuestro nombre, no.
P: El socialismo habla de abrir una nueva etapa en Cataluña y ello pasaría por llegar a acuerdos con el nacionalismo.
R: Desde la Transición los gobiernos de España, tanto del PSOE como del PP, han acabado pactando y cediendo con los nacionalistas, accediendo a sus exigencias. Un proceso que siempre ha ido a más y que después de la amnistía volvería a repetirse con una segura reclamación de la consulta de autodeterminación. Los nacionalistas van de peldaño en peldaño. La gravedad es que, en 2017, nos encontrábamos ante un asalto a la democracia frente al que el constitucionalismo sabía que debía permanecer unido. En cambio, seis años después y muchas cesiones, los ciudadanos no tienen una idea clara del peligro real que supondría la amnistía y hay más división entre nosotros. Y no estamos hablando de una cesión, la amnistía sería afirmar que España no es una democracia, es un país represor que ha condenado injustamente a unas personas.
P: ¿La amnistía supondría, también, un desprecio a los sacrificios de muchos catalanes, como SCC, que salieron a la calle en octubre de 2017 para frenar el golpe?
R: Prefiero no mirar hacia atrás. Nos movilizamos hace seis años y fue muy importante. Lo que deberíamos preguntarnos es qué ha pasado desde el 2017, cuando se aplicó el 155 con el PP y el PSOE unidos, para que hayamos llegado a esta situación. Como SCC es una asociación cien por cien civil, tiene que decirles tanto a un partido como a otro que no están haciendo frente a sus responsabilidades para consensuar una estrategia en clave de España contra el nacionalismo. Prima el partidismo.
P: Pero la amnistía, si se consuma, la impulsará un Gobierno del PSOE. En la junta de SCC hay personas afines al PSC, ¿la decisión de convocar una manifestación ha provocado debate interno?
R: Yo nunca he pensado si en la junta unos miembros son ideológicamente más de izquierdas o menos. Somos una entidad transversal que se basa en el respeto total entre las personas y al marco jurídico de la Constitución. Ese es nuestro mínimo denominador común. No entramos a juzgar si un partido hace bien y si debe cambiar, o no, sus estrategias.
P: Insisto, la amnistía es una decisión que puede tomar el Gobierno del PSOE. Así que SCC llama a manifestarse en contra del Ejecutivo de Pedro Sánchez. No del PP.
R: El 8 de octubre saldremos a la calle para expresar nuestro rechazo a la amnistía. Nosotros no sabemos si va a haber una amnistía que Sánchez no llevaba en su programa electoral. Nuestra decisión se basa en cuestiones muy preocupantes que están ocurriendo, como el viaje de la vicepresidenta Yolanda Díaz a Bruselas para negociar con Carles Puigdemont y que reconociese que el Gobierno tiene un grupo de 20 personas estudiando ya la posibilidad de una amnistía. Todo diálogo con el nacionalismo catalán acaba siendo un desastre para España.
P: En este sentido, ¿ustedes también se oponen al diálogo del PP de Feijóo con Junts?
R: Igual que en 2017 hubo un pacto de los grandes partidos de España para frenar el golpe, en estos momentos los partidos constitucionalistas deberían superar su tacticismo y llegar a acuerdos entre ellos para blindar la gobernabilidad de España frente al nacionalismo y garantizar la igualdad de los españoles. No pueden primar en estos momentos las posiciones cortoplacistas y la búsqueda del apoyo de los diputados de Junts a una investidura.
17 de septiembre, santoral: Llagas de San Francisco, Roberto Belarmino, Flocelo, Ariadna, Agatoclia, Narciso, Sócrates, Esteban, Valeriano, Macrobio, Sátiro, Gordiano, Elías, Zótico, Luciano, Lamberto, Teodora e Hildegarda.