Puigdemont decide y primeros movimientos
Arranca la fase preliminar de un proceso de negociación largo con la mirada puesta en Waterloo. Lo que el PSOE no puede aceptar y lo que está dispuesto a pedir Junts. Asens, el negociador
25 julio, 2023 08:08Resaca electoral. Todo el mundo mira expectante a Puigdemont, que saborea en Waterloo las consecuencias de una carambola en las urnas que otorga al expresidente fugado las llaves de la gobernabilidad de España. El hombre de Amer es la soledad del delantero centro ante el punto de penalti. En sus botas está evitar una prórroga en forma de repetición de las elecciones. Media España y la mayoría de los periódicos de Madrid contemplan la escena con estupor y se preguntan si se puede pactar con alguien que tiene cuentas pendientes con la justicia. Desde la perspectiva catalana hay aún más aristas, como la guerra entre facciones del independentismo, las querellas de Puigdemont con Junqueras, la abrupta salida de Junts del Govern, sus renuncias en clave local y la estrategia a largo plazo del vecino de Waterloo.
En Crónica Global, su directora, Cristina Farrés, detalla los primeros movimientos de un proceso que se aventura largo: "Waterloo tiene la carta del desempate y el mensaje que se ha mandado desde allí es claro: no hay margen para el pacto si éste no pasa por un referéndum acordado y la amnistía para todos los independentistas con causas abiertas. Cuestiones que ni Sánchez ni el PSOE ni el PSC están dispuestos a abordar. Carles Puigdemont tiene su propia agenda personal y Sumar ha sido el primero en apelar a ella al designar a Jaume Asens como negociador con Junts, un paso que se ve como un error desde las filas socialistas de Cataluña, ya que consideran que la iniciativa la debe emprender la formación que va a ser investida. El reto del exdiputado de los comunes es mayúsculo, y tiene a su favor su proximidad ya no sólo del nacionalismo catalán, sino con el círculo de Waterloo. No se debe olvidar que Asens fue el hombre que acompañó a Toni Comín a lo que el exconsejero considera el exilio, y que colaboró con el abogado de los independentistas huidos, Gonzalo Boye, para diseñar su estrategia en Bruselas".
Y: "Los socialistas, por el momento, no han iniciado negociaciones formales. No está previsto que se involucren de forma directa en la negociación de la investidura y recuerdan la diferencia entre las confianzas que han alcanzado con dirigentes territoriales de Junts y la dirección del partido secesionista, más radicalizada. Tanto los neoconvergentes como ERC son conscientes de que ni Sánchez ni el resto del PSOE están en condiciones de facilitar el referéndum de autodeterminación para Cataluña --menos con un apoyo al independentismo en descenso--, ni tampoco la amnistía. Este será el escenario de máximos con el que se iniciará la negociación y sólo ERC ha mostrado en este momento que está dispuesta a avanzar hacia opciones más pragmáticas".
"Silencio..., se negocia". Así titula el director de La Vanguardia, Jordi Juan, su carta diaria a los lectores, en la que constata que "el PSOE, pese a perder, tiene muchas más opciones por los apoyos que le pueden brindar otras fuerzas. El hombre del milagro, Pedro Sánchez, lanzó ayer un mensaje optimista en contra del riesgo de repetición electoral y aseguró que la democracia española “encontrará la fórmula de la gobernabilidad”. La clave, como se está repitiendo estas últimas 24 horas, está en manos de Junts. Lo lógico es que Sumar, ERC, Bildu y PNV mantengan el acuerdo de la pasada legislatura con los socialistas, pero necesitan a la formación de Carles Puigdemont para llegar a la mayoría. La negociación entre el PSOE y Junts no va a ser nada fácil. El punto de partida es que hay voluntad de ambas partes de explorar de forma sincera este pacto. El problema es que las respectivas posiciones están muy alejadas".
En Junts ya se han puesto manos a la obra, como cuenta Lola García sin salir de La Vanguardia. La crónica viene con una descripción del escenario: "Reservado de un restaurante de Barcelona. Carles Puigdemont en la pantalla de un ordenador. Al otro lado, el número dos de Junts, Jordi Turull, junto con uno de los hombres de confianza del expresident y portavoz parlamentario, Albert Batet. El almuerzo a distancia tuvo lugar ayer antes de la ejecutiva de la formación que tiene en su mano la llave para hacer presidente a Pedro Sánchez o para repetir las elecciones. Si alguien tiene alguna duda de quién es el que fija posición en Junts, ya puede disiparla. El entorno del expresident estaba ayer eufórico con el interés que, de repente, despierta Puigdemont en Madrid.
Junts lleva años sin interlocución estable y de cierto nivel en la Moncloa, ya que cualquier contacto provocaba las suspicacias de ERC, que enseguida requería al PSOE atención en exclusiva. Puigdemont tratará de pasar factura por esos desplantes, a los republicanos y al propio Sánchez. El resultado de Junts no ha sido bueno (ha perdido un escaño y 137.000 votos, y no ha superado a ERC), pero le da un protagonismo valioso".
Líneas después García apunta que "el punto de partida es reclamar la amnistía y el referéndum de autodeterminación. El recorrido de esa segunda exigencia es más bien nulo, más allá del compromiso que ya existe de someter a votación el acuerdo al que se pudiera llegar en la mesa de diálogo entre los gobiernos catalán y central. Para la Moncloa, las conversaciones viables se centrarían en la primera de las demandas, aunque se denomine de otra forma. Se trataría de explorar una fórmula jurídica para evitar nuevos encarcelamientos como consecuencia del procés. En ese sentido, Puigdemont acusará la presión de quienes están en riesgo de acabar en la cárcel y que ven ahora una oportunidad para buscar una salida a su situación".
La impresión más generalizada es que Junts no hará presidente del Gobierno a Pedro Sánchez ni aunque una repetición de las elecciones castigue a la formación de Puigdemont con la pérdida de hasta tres diputados de los siete obtenidos hace dos días. En El Confidencial es A. Fernández quien da cuenta de esa tesis: "El fugado Carles Puigdemont ha dado órdenes a Junts per Catalunya (JxCat) de resistir contra viento y marea todos los intentos del PSOE y de Pedro Sánchez de negociar un hipotético apoyo a su investidura tras los resultados del 23-J. No habrá luz verde a un gobierno del PSOE con Sumar ni tampoco una hipotética abstención para permitir un gobierno de izquierdas en Madrid. “Hay dos líneas rojas que no se pueden cruzar: referéndum y amnistía. Sin esas dos concesiones, no habrá luz verde”, explican a El Confidencial fuentes de la cúpula de Junts".
Sigue la pieza un párrafo después con el análisis de los datos: "En el partido son conscientes de que los 392.634 votos obtenidos por Junts este 23-J quedan lejos de los 483.488 obtenidos por Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) en 2016. Hasta ahora, ésos habían sido los peores resultados de toda la historia. En todas las demás citas electorales, la formación, especialmente cuando no se había decantado por el independentismo, superó siempre los 500.000 sufragios y en 2011 llegó a superar el millón de votos. La reflexión que hacen algunos círculos posconvergentes es que ERC, a pesar del duro bajón de 874.859 votos en noviembre de 2019 a los 462.883 votos actuales ya había obtenido peores resultados en otras citas electorales. Por tanto, el batacazo de JxCat es peor que el de ERC, a pesar de que ambos han empatado en escaños el 23-J".Y: "En algunos sectores posconvergentes se advierte que, en caso de ir a unas nuevas elecciones, el partido puede perder muchos más votos y dejar por el camino la mitad de sus diputados, pero ése es un precio que Puigdemont y su círculo más íntimo están dispuestos a pagar. “¿Qué se tiene que perder? Más hemos perdido no negociando las diputaciones de Barcelona, Lleida y Tarragona con los socialistas. Por tanto, los escaños que podamos dejarnos en el Congreso apenas tienen importancia. En realidad, no se pierde mucho, sólo dos o tres escaños. Pero ganamos en fidelización de voto y, sobre todo, deja al partido preparado para los embates de las elecciones europeas y autonómicas del año que viene”, explican las fuentes consultadas por El Confidencial. En otras palabras, Puigdemont prefiere ir a la inmolación en el Congreso y recuperar luego terreno en las autonómicas".
De la ejecutiva celebrada ayer por la tarde por el partido de Puigdemont escribe Marta Lasalas en El Nacional. "Preocupación en la ejecutiva de Junts por la acumulación de malos resultados electorales", se titula su crónica, que arranca así: "La resaca electoral del domingo ha puesto los focos sobre Junts, después de que los siete diputados que esta formación ha conseguido en el Congreso aparecen como decisivos para fijar el futuro del gobierno del Estado. No obstante, este protagonismo no esconde el hecho de que la candidatura de Míriam Nogueras perdió el domingo un diputado y 137.591 votos en relación al 2019. Además, el balance de estos comicios se añade al conseguido el mes de mayo en las municipales, cuando Junts pudo salvar los muebles gracias a la candidatura de Xavier Trias a Barcelona, pero no fue capaz de aprovecharlo a la hora de plantear los acuerdos postelectorales. Todo ello ha aparecido este lunes en la reunión de la ejecutiva del partido, donde varias voces han expresado la preocupación por la deriva de la formación, por la constante pérdida de votos y por la incapacidad de capitalizar el derrumbe del resto de fuerzas independentistas".
Sigue Lasalas: "Junts tenía pendiente este debate y lo había aplazado por la convocatoria de las elecciones generales, pero el resultado de este fin de semana no ha hecho más que señalar la urgencia de analizar la situación. Así lo han subrayado varias voces, representantes del sector más pragmático del partido, como los exconsellers Jaume Giró y Victòria Alsina, pero también representantes del sector turullista, como las también exconselleres Violant Cervera y Lourdes Ciuró, o del entorno de Laura Borràs, como el secretario de organización, David Torrents. El debate de la ejecutiva, que ha abierto una intervención de Turull y ha cerrado Laura Borràs, ha acumulado numerosos turnos de palabra en que se ha compartido la preocupación por el balance postelectoral. Todos ellos coinciden en que el contundente revés que han recibido los adversarios no sirve como excusa para postergar un análisis y un replanteamiento de las estrategias. De hecho, esta situación de caída general todavía subraya más la preocupación por la incapacidad de Junts de captar votos en un momento en que ERC se ha hundido con 400.000 votos menos y ha perdido casi la mitad de escaños, mientras que la CUP ha quedado borrada del Congreso, después de perder 148.000 votos".
En El Diario, Neus Tomàs subraya que "Junts aleja una decisión rápida sobre Sánchez y se sacude la presión de bloquear la investidura". De su texto: "La tesis de Junts es que Pedro Sánchez les necesita más que ellos al candidato socialista. Esa es la premisa con la que el partido de Carles Puigdemont plantea una negociación que todas las partes tienen claro que será complicada y cuyo desenlace no está ni esbozado. Solo un acuerdo puede evitar la repetición electoral y ese es un argumento que sirve para intentar que unos y otros se avengan a explorarlo, por remoto que sea ahora".
Y: "Los posconvergentes explican que antes de las municipales, tanto el PSOE como el PSC les trasladaron el mensaje de que probablemente tras las generales deberían aproximar posiciones. En ese momento ni tan siquiera estaban convocadas y se mantenía una “cierta buena relación” con los socialistas catalanes. Pero las alianzas posteriores al 28M dieron al traste con esa voluntad de conciliación. Pese a que el PSC y Junts llegaron a pactos en 32 municipios, los pactos entre ERC y los socialistas en las diputaciones de Lleida y Tarragona cayeron fatal. Aunque lo que más indignó a Junts fue el acuerdo entre PSC y comuns con la ayuda del PP para desbancar a Xavier Trias de la alcaldía de Barcelona solo unas horas antes del pleno de investidura. “Esa jugada del PSC desarmó al ala moderada del partido y les dejó sin argumentos”, explican en Junts.
Así que la negociación, cuando empiece, deberá orillar las cuentas pendientes tras las municipales y centrarse en las opciones de entente para evitar unos nuevos comicios (algo que en Junts no descartan, pero tampoco dan por hecho). No hay prisa porque saben que no será fácil. El secretario general, Jordi Turull, viaja esta semana a Brasil para participar en un proyecto de cooperación, pero antes ha fijado posición. Su punto de partida es un “referéndum acordado y vinculante”, algo que en estos términos probablemente ni Sánchez ni ningún otro secretario general del PSOE pueda aceptar".
A modo de resumen, Miquel Noguer explica en El País que "tanto en Esquerra como en Junts la sensación generalizada es que las peleas constantes entre los dos otrora socios en el Gobierno catalán les han pasado factura. La ficción de la independencia exprés ya no cuela entre sus bases. Y tras haber edificado un discurso que se basaba en la unidad de acción del independentismo para lograr hitos como un referéndum, las bases ven ahora que no solo no se consiguió ninguno de los objetivos prometidos, sino que ambos partidos solo alcanzan a pelearse por migajas autonomistas. La desmovilización del electorado independentista es, pues, bien visible con casi un millón de votantes secesionistas que el domingo optaron por abstenerse o directamente por votar al PSC para frenar a la extrema derecha.
La segunda sensación que ha calado en el independentismo, especialmente en ERC, es que la profusión de pactos con los socialistas no solo no ha servido para avanzar hacia la independencia, sino que ha ayudado al PSC a situarse en el centro del tablero político catalán. Para desdicha del PSOE, en las filas independentistas se dan por amortizadas operaciones de calibre como los indultos de los condenados por el procés".Sigue Noguer: "Por este motivo, ahora se abre una dinámica de negociación que se adivina lenta. De entrada, todos abogan por llegar primero a un acuerdo de mínimos entre independentistas para posteriormente negociar juntos con el PSOE. Nadie quiere sentarse a solas en una mesa de negociación con un partido fortalecido como el socialista por temor a que capitalice en solitario los réditos de un eventual pacto. Cualquier acuerdo que pueda alcanzar ERC por sí sola será descalificado por Junts y lo mismo pasará si lo alcanza el partido de Carles Puigdemont. Y más complicado será aún si esta negociación tiene que producirse en paralelo con noticias del ámbito judicial como la petición de la Fiscalía del Tribunal Supremo emitida este lunes para detener al expresidente de la Generalitat mediante una orden de arresto internacional".
En este enrevesado y endiablado contexto, ayer amenizó la jornada la exótica Clara Ponsatí, que se plantó en Barcelona a modo de desafío al magistrado Llarena. De la nota de Elena Burés en el Abc: "Después de que los Mossos d'Esquadra hayan detenido de nuevo este lunes en Barcelona a la exconsejera y eurodiputada de Junts, Clara Ponsatí, el instructor del procés, Pablo Llarena ha ordenado su puesta en libertad, una vez ha pasado a disposición del juzgado de guardia de la capital catalana, donde se ha negado a declarar. También ha quedado sin efecto la orden de detención nacional que pesaba contra ella. Así lo ha fijado el juez del Tribunal Supremo, en un auto de cuatro páginas, en el que detalla que, al estar procesada por desobediencia, su traslado ante la Sala 2ª supondría «una extensión de su privación de libertad», y es que el delito que se le atribuye no conlleva penas de prisión, sino de hasta dos años de multa e inhabilitación".
Y: "Por este motivo, el instructor ha acordado que sea el juzgado de guardia donde Ponsatí preste declaración, tras lo que ha quedado libre, minutos antes de la tres de la tarde, cuando ha detallado ante los periodistas que no ha contestado a ninguna pregunta. Además, en la misma resolución, Llarena ha reclamado que la procesada designe un domicilio en España, donde poder remitirle las notificaciones judiciales o, en su defecto, donde un tercero pueda recibirlas «a su nombre», con la advertencia de que, una vez efectuadas, podrá «celebrarse el juicio en su ausencia»".
Todo está opacado por la negociación que se avecina, pero hay más noticias. Ayer salió el barómetro municipal de Barcelona, donde se constatan los tres principales problemas: inseguridad, vivienda y limpieza. En La Razón es David Fernández quien repasa el sondeo: "Tras las elecciones municipales del 28 de mayo y antes del pleno de investidura, el 44,5% de los barceloneses creía que quien debía ser el próximo alcalde de Barcelona era Xavier Trias (Junts). Esto supone casi la mitad de los encuestados, según el Barómetro semestral del Ayuntamiento. No obstante, quién se llevó el gato al agua fue el socialista Jaume Collboni, que acabó siendo investido gracias a los votos de PSC, BComú y PP. En este caso, días antes de la elección del alcalde, el 18,3% de los barceloneses creía que Collboni era quien debía gobernar la ciudad".
Líneas después, Fernández escribe que "la Encuesta de servicios municipales de este 2023, por su parte, muestra cómo, un año más, la inseguridad es la cuestión que más preocupa a los barceloneses y, de hecho, va en aumento respecto a años anteriores. Este año un 22,7% de los encuestados considera que la inseguridad es la cuestión más preocupante, tres puntos más que en 2022, cuando el 19,1% valoraban la inseguridad como el principal problema de Barcelona. Hace dos años lo valoraban así el 14,5% de los encuestados. La limpieza y el acceso a la vivienda ocupan la segunda y tercera posición en la lista de preocupaciones de los barceloneses, también con tendencia al alza respecto a otros años. Este 2023 el 13,2% de los encuestados consideraba la cuestión de la limpieza como la más preocupante, frente al 12,4% de 2022. En cuanto al acceso a la vivienda es lo que más preocupa al 9,6% de la ciudadanía, mientras que el año anterior sólo lo era para el 6,7%. El turismo, la organización del tráfico y el civismo también están entre las cuestiones que más preocupan a los barceloneses, según el Barómetro postelectoral".
Comienza el verano de Waterloo.
25 de julio, santoral: Santiago el mayor, apóstol, Carmen Sallés, Glodesindis, Magnerico de Tréveris, Olimpiada de Nicomedia y Teodomiro de Córdoba.