España, capital Waterloo, y las siete vidas de Puigdemont
El reparto de escaños otorga máximo protagonismo al expresidente de la Generalitat a pesar del hundimiento independentista. Sánchez o repetición electoral, los dos grandes escenarios
24 julio, 2023 08:20En un nuevo e inesperado giro del destino, Carles Puigdemont, el expresidente de la Generalitat, vuelve al centro de la pista. Y ha caído de pie tras una voltereta con doble tirabuzón. El hombre de Amer es el dolor de muelas recurrente de la política española, el factor imprevisto, el octavo pasajero y ahora el árbitro de la situación. A los efectos europeos, la situación española es bastante difícil explicar, pero a tenor de los titulares del día después de las elecciones, el asunto se resume así: el nombre del próximo presidente del Gobierno de España depende de un prófugo de la justicia que trata de eludir la extradición mientras dice que aquí no hay democracia.
"Puigdemont o bloqueo", dice el Abc. Y es que hay medios que anticipan la posibilidad de una repetición electoral dado el singular reparto de escaños del 23-J. Está "en manos de Puigdemont", como sostiene El Confidencial, avalar un nuevo pacto Frankenstein o precipitar una repetición de las elecciones que se deberían celebrar en el entorno de la Navidad.
En el referido El Confidencial es Pilar Gómez quien traza la crónica general de la jornada: "Cataluña o Vox, este es el dilema". La declaración del cabeza de lista por ERC, Gabriel Rufián, tras conocerse los resultados electorales engloba dos de las claves que han hecho errar a la mayoría de las encuestas. La primera, Cataluña, explica que Pedro Sánchez, contra todo pronóstico, sea el único candidato con opciones de sacar adelante una investidura pese a que Alberto Núñez Feijóo haya ganado con 136 escaños. Nunca una derrota fue tan dulce y una victoria tan amarga.
Los 122 diputados del PSOE, dos más que hace cuatro años, le permiten optar a la reedición del Frankenstein, esta vez incluyendo al partido de Puigdemont en la ecuación. Los independentistas catalanes serán determinantes, como el PSC de Salvador Illa lo ha sido para que el bloque de izquierdas y sus socios hayan logrado sumar 172 escaños frente a los 170 de PP, Vox y UPN. Feijóo ha sido derrotado por las expectativas, pese a mejorar en 47 escaños los números de los populares. No ha habido mayoría suficiente y su liderazgo empieza a cuestionarse internamente".
Los periodistas que siguen a Puigdemont acostumbran a sostener que el expresidente es un tipo de palabra que no acostumbra a entrar en contradicciones. Todo ello, claro, después de la gran contradicción del otoño del 17. En el mismo medio, Marcos Lamelas y Alejandro López de Miguel aventuran que "JxCAT podría abstenerse en segunda vuelta y facilitar la investidura de Pedro Sánchez, que en este momento tiene más posibilidades de sumar que Alberto Núñez Feijóo. Pero eso no va a pasar. En su campaña electoral, JxCAT basó su discurso en equiparar a PP y PSOE como la misma cosa para los intereses de Cataluña y que nunca harían presidente a Pedro Sánchez. Ahora pueden cumplirlo y sin el riesgo de que nadie les culpe de un Gobierno PP-Vox, que no resulta factible por falta de otros apoyos".
Puigdemont es el centro de atención, el sujeto de todas las miradas. Ya anoche avanzó que tendrá protagonismo durante los próximos días y semanas y eso sin contar con sus peripecias judiciales en ese duelo que lleva a cabo con el magistrado Llarena y el Tribunal Supremo. En El Nacional Marta Lasalas recoge las primeras impresiones del hombre de Waterloo: "Si alguien tenía alguna duda sobre qué hará Junts una vez las urnas le han otorgado un papel decisivo en el nuevo Congreso, el president en el exilio, Carles Puigdemont, ha salido a dejar clara su posición. "Nuestros votantes, nuestro programa, nuestros compromisos, han sido y son las referencias de nuestra acción política. Nos debemos a ellos", ha asegurado el político independentista después de advertir que "Junts no debe nada a nadie más que a sus votantes". (...) Puigdemont ha salido a advertir que su partido no se debe "a politólogos espabilados, ni a tertulianos diversos, ni a seudónimos de Twitter, ni a apologetas de la abstención"".
Así es que Puigdemont vive uno de sus grandes días de gloria pero da la casualidad que el independentismo se ha pegado un leñazo épico. "Els partits d'àmbit català sumen el pitjor resultat en unes eleccions espanyoles des del 1982", titula Nació Digital, que añade en el sumario que "ERC, Junts, CUP i Espai CiU només aconsegueixen un 28,1% de vots a Catalunya, molt per sota del 42,7% de fa quatre anys". El texto es de Roger Tugas Vilardell: "El resultat electoral en clau independentista no ha estat bo aquest 23 de juliol. ERC ha perdut quasi la meitat de diputats, la CUP ha quedat fora del Congrés i Junts -qui menys ha patit- també ha retrocedit un escó. Els catalans han fet confiança sobretot a partits d'àmbit estatal o en coalició amb candidatures espanyoles, fins al punt que, des del 1982, les formacions d'àmbit català no sumaven un percentatge tan baix de vots. Incloent-hi Espai CiU, han esgarrapat el 28,1% de suports a Catalunya, molt per sota del 42,7% de novembre de 2019, quan van assolir un màxim històric. Fins i tot el 2008, quan el PSC va acumular un 45% de les paperetes amb l'alerta d'un possible retorn del PP a la Moncloa, CiU i ERC van aconseguir entre les dues algunes dècimes més que aquest diumenge, fins al 28,7%. Cal remuntar fins al 26,5% del 1982 per trobar un percentatge més baix de vots a partits d'àmbit estrictament català. Als anteriors comicis, del 1977 i 1979, el pes també va ser inferior al d'aquest 23-J".
Dadas las circunstancias, el carácter de Puigdemont y el hecho de que el precio de JxCat sea difícilmente asumible para Pedro Sánchez, La Vanguardia advierte a sus lectores sobre el "fantasma de la repetición electoral". Es Josep M. Calvet quien escribe: "No hay dos sin tres, dice el refrán popular. Y esto es lo que puede ocurrir este año como ya ocurrió en las elecciones generales de diciembre del 2015 y de abril del 2019. Tras los comicios de ayer, en los que ni el bloque de la derecha (PP, Vox, UPN) ni el de la izquierda (PSOE, Sumar), con sus aliados habituales, alcanzan la mayoría absoluta de 176 escaños, el fantasma de la repetición electoral toma fuerza".
Y: "Según el artículo 99 de la Constitución, después de cada renovación del Congreso de los Diputados, lo que de forma efectiva tendrá lugar el próximo 17 de agosto con la constitución de Las Cortes Generales, el Rey, previa consulta con los grupos parlamentarios, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno, quien deberá someterse a la investidura. Si en una primera votación en la Cámara Baja, el candidato no obtuviera la mayoría absoluta se someterá a una nueva votación 48 horas después en la que le podría valer la mayoría simple para ser elegido, es decir, más síes que noes. Si la investidura fracasara este proceso se podrá ir repitiendo en el tiempo y con candidatos distintos, pero transcurridos dos meses desde la primera votación, si ningún candidato obtuviera la confianza del Congreso, se disolverían las Cortes automáticamente y se convocarían nuevas elecciones en el plazo de 54 días".
El independentismo se hunde, pero Puigdemont se erige en el árbitro de la política española. La situación reclama prudencia, templanza y huir de toda precipitación. Y en medio de este contexto, "La ANC convoca una concentración ante la Generalitat para pedir "independencia ahora"", avisa Crónica Global. La cita es esta tarde a las ocho frente al Palau de la Generalitat.
A todas estas, el señor Rufián ni dimite ni hace autocrítica.
24 de julio, santoral: Cristina de Bolsena, Balduíno de Rieti, Charbel Makhluf, Cunegunda de Hungría, Declano de Ardmore, Estercacio de Mérida, Eufrasia de Tebaida, Fantino el viejo, José Fernández, Juan Boste, Meneo de Licia, Niceta de Licia, Sarbelio Makhluf y Sigolena de Albi.