Primeras planas

Apuestas sobre un referéndum y peligro en la zona alta

La política catalana regresa al bucle procesista. Los vecinos de la zona alta de Barcelona se organizan contra los robos en viviendas. El paseo de Gràcia no nota la crisis

18 diciembre, 2022 08:57

A las puertas de una semana convulsa y no precisamente por la Navidad sin mascarillas ni ventanas abiertas, muchos de los medios elaborados en Cataluña persisten en la agenda de la reforma del Código Penal, la batalla del Tribunal Constitucional y el fantasma del referéndum de autodeterminación. Es un bucle agudo, un laberinto sin salida, un embrollo que dispara la tensión arterial del sistema político, en riesgo de ictus, infarto y hasta de muerte súbita. 

Mientras el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, afilan las guadañas, los teóricos sopesan las implicaciones ante una hipotética resolución del Constitucional en contra de la tramitación de las reformas arbitradas y aprobadas por el PSOE y ERC en el Congreso. Está en duda la votación en el Senado, paso imprescindible en el proceso de "desjudicialización" y en el desbloqueo del Poder Judicial.

En ese contexto, uno de los juristas de referencia de los digitales afectos a la causa independentista, Joaquín Urías, comparece en El Nacional para aportar un punto de reflexión y distancia. Urías no suele coincidir con la contraparte, los expertos que atisban en los pasos de Sánchez la deconstrucción de España, pero en la entrevista que firma Abel Degà recurre a argumentos perfectamente compatibles con sus contrarios.

"Un segundo gobierno de PSOE y Podemos estaría abierto a un referéndum", es la frase que utiliza el referido diario para titular el texto de Degà, que presenta así al entrevistado: "Joaquín Urías (Sevilla, 1968) fue letrado del Tribunal Constitucional entre 2004 y 2010. El jurista progresista atiende a ElNacional.cat para hablar sobre la derogación del delito de sedición, la reforma del delito de malversación, la reforma del poder judicial y la posibilidad de celebrar un referéndum en Cataluña como el que plantea ahora Esquerra Republicana. En esta entrevista, el también profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla considera que hechos como el 1-O seguirán persiguiéndose, carga contra la manera que el PSOE ha renovado el Código Penal y ve posible una futura consulta pactada con el Gobierno para decidir el futuro político de los catalanes".

Portada de 'La Vanguardia' del 18 de diciembre de 2022

Portada de 'La Vanguardia' del 18 de diciembre de 2022

Y ahora, las preguntas y respuestas más destacadas:

Pregunta: ¿Con lo que se ha aprobado en el Congreso, recomendaría a Carles Puigdemont que volviera a pisar el estado español?
Respuesta: No, en ningún caso. En absoluto. En el juicio del 1-O los jueces interpretaron los tipos legales de manera extensiva con condenas desproporcionadas. Si Puigdemont volviera a España, como mínimo sería acusado del nuevo delito de desórdenes públicos agravados y le buscarían la pena máxima. Harían lo mismo con la malversación. No sería condenado a 15 años de prisión, pero a unos cuantos, sí.
P: ¿Cree que la sociedad española es capaz de entender los gestos de Pedro Sánchez con reformas como la sedición y la malversación?
R: La reforma se ha hecho mal. No por el fondo, sino por la forma. La mayoría ciudadana sí que podría entender estos cambios, pero no con la forma y la rapidez que lo están haciendo. El PSOE está trasladando estos últimos días la sensación de urgencia y de no tener en cuenta los efectos negativos que pueden tener estas leyes. Parece una chapuza. Por ejemplo, en la redacción inicial de la sedición se castigaban actos de protesta en la calle.
P: Y ahora, además, el Tribunal Constitucional se ha metido por el medio. Usted que ha sido letrado de este tribunal de garantías, ¿cómo cree que se acabará posicionando respecto del recurso del PP?
R: Creo que hay bastantes posibilidades de que el lunes nos encontremos con una suspensión del procedimiento. Y si eso pasara, nos encontraríamos con una ruptura institucional al máximo nivel, porque el Constitucional asumiría competencias que no tiene con un recurso preventivo presentado antes de que se lesionara ningún derecho.
P: Uno de los argumentos que utiliza la derecha española para atacar al gobierno de Pedro Sánchez es que los socialistas acabarán aceptando un referéndum en Cataluña porque primero dijeron que no negociarían una reforma de la sedición, de la malversación y de los indultos; cosa que sí que ha acabado haciendo. ¿Es sensato pensar que se acabará celebrando un referéndum pactado en Cataluña?
R: Con todo lo que está pasando los últimos días, abrir esta puerta tendría un coste electoral excesivo para el Gobierno. Ahora bien, si en la próxima legislatura volviera a surgir un gobierno de PSOE y Podemos, sí que estaría abierto a un referéndum. Sería bastante probable, pero ahora mismo es impensable teniendo un año electoral a la vista.
P: ¿Tiene coherencia democrática un referéndum que se tenga que ganar con un 55% de los votos, como plantea ERC?
R: Aunque no lo parezca, es muy difícil equiparar referéndum con democracia. Un referéndum es un pronunciamiento de una parte de la población ante la otra parte de la población. Por lo tanto, siempre hay una minoría que pierde. En los países de nuestro entorno se intenta apostar siempre por la vía del consenso.

Ese consejo de Urías a Puigdemont contrasta con una pieza de Joan Guirado en Ok Diario que especula sobre un hipotético regreso del expresidente prófugo. "Puigdemont sopesa presentarse en el Supremo tras el fin de la sedición y la rebaja de la malversación", apunta el titular de la nota: "La huida de Carles Puigdemont puede estar llegando a su fin. Con la reforma del Código Penal, que deroga el delito de sedición y rebaja considerablemente las penas de la malversación de fondos públicos, el ex presidente catalán está valorando entregarse ante las autoridades españolas sin esperar a que los tribunales europeo y belga fallen sobre la orden de extradición que sigue en estudio. Su equipo jurídico está esperando a «la publicación de los cambios» en el Boletín Oficial del Estado (BOE) para tomar la decisión. Eso podría ocurrir el próximo viernes. Puigdemont, que descarta ya desplazarse a un tercer país si el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) da la razón al Tribunal Supremo, sopesa dejarse detener en su entrada a España o personarse ante el alto tribunal".

Apunta Guirado que Puigdemont sólo estaría unas horas en comisaría en el peor de los supuestos: "En caso de personarse ante el Supremo o ser detenido en un retorno no pactado a España, el tiempo máximo que pasaría en comisaría serían unas horas para ser identificado en base a la orden de detención y entrega que sigue vigente en territorio nacional. Acusado de un delito de desobediencia que se salda con una multa".

Más allá de la política, lo que parece preocupar más a los ciudadanos es la seguridad, pero no la jurídica, sino esa que lleva el adjetivo de ciudadana. O más bien la inseguridad. En Barcelona el problema parece enquistado al sur del Serengueti (la Diagonal), pero los ricos también lloran, como decía la primera telecomedia emitida en España allá por el pleistoceno de los años noventa. 

"Frente vecinal en la parte alta de Barcelona para frenar la última ola de robos en viviendas", titula La Vanguardia sobre una crónica de Luis Benvenuty que arranca así: "Un montón de vecinos de la parte alta de Barcelona están hartos de la ola de robos en pisos que sufren desde hace semanas. La sensación de inseguridad ya les cala hasta los huesos. Más de 200 comunidades de propietarios del distrito de Sarrià-Sant Gervasi exigen a las administraciones que aumenten la presión policial sobre unos cacos muy organizados, que redoblen las investigaciones y el control del espacio público, que pongan drones si hace falta... y que reformen las leyes, aceleren el trabajo de los juzgados, acaben con la impunidad de tantos delincuentes".

Continúa el texto: "Porque se están ensañando con este lado de la urbe, unos delincuentes que aprovechan las penumbras de las partes traseras de los inmuebles para trepar por tuberías, alféizares y cornisas hasta el tercer o el cuarto piso, el que ya no tenga rejas en las ventanas... sobre todo durante el crepúsculo. Y en minutos, antes de que las alarmas alerten a la policía, sigilosamente, siempre con una gorra y una mascarilla, haya o no alguien en el piso, a veces con detectores de metales, arramblar principalmente con joyas, relojes y dinero ¿se imaginan la inquietud que deja saber que mientras jugabas con la tablet en el salón un desconocido hurgaba en tu dormitorio?"

Y: "“Estamos agobiados –dice Carolina Torredemer, la portavoz de este nuevo movimiento en pro de la seguridad, de las más de 200 comunidades implicadas, de miles de vecinos indignados–. Los Mossos nos reconocieron que tenemos un repunte de robos en viviendas con respecto al 2019, al menos los últimos meses en Les Tres Torres. No señalamos a ningún político. Ese no es nuestro juego. Queremos que las administraciones den a la policía los recursos necesarios y que encaren las reformas oportunas. Necesitamos juicios rápidos, expulsiones, alejamientos... Todo esto es un reflejo de un problema que en cada barrio se manifiesta de un modo diferente. Aquí no tenemos narcopisos, pero... ¡estamos convirtiendo nuestros hogares en búnkeres! encarcelándonos ¿así queremos vivir?”. Rejas, alarmas, cámaras, ventanas dobles, conserjes compartidos, sensores de movimiento en fachadas que diferencian un gato de una persona, focos en la parte de atrás toda la noche enchufados...".

De hecho, la publicidad de empresas de seguridad que prometen vigilancia 24 horas e hilo directo con la policía están en auge. Los datos confirman las sensaciones, según apunta El Mundo: "Crecen un 24% las violaciones y los abusos sexuales respecto a antes de la pandemia en Barcelona y Cataluña". El texto viene con la firma de Germán González, quien escribe que "la estadística indica que en Cataluña han aumentado un 23,8% los delitos contra la libertad sexual, pasando de 2.292 en los primeros nueve meses de 2019 a 2.839 en el mismo periodo de 2022. Además, comparando años, las agresiones sexuales han subido un 30%, pasando de 419 a 545, mientras que el resto de delitos sexuales, como los abusos, crecieron un 22,4%, al pasar de 1.873 en 2019 a 2.294 en 2022. También suben en Cataluña otros delitos violentos como las lesiones y las peleas, un 21, 68%, de 2.523 a 3.070, y los intentos de homicidio o asesinatos, de 142 a 154. Bajan los crímenes consumados de 41 a 39".

Portada de 'El Mundo' del 18 de diciembre de 2022

Portada de 'El Mundo' del 18 de diciembre de 2022

Sigue el informe; "Una de las cifras más significativas es la importante subida de tráfico de drogas, un delito que en los últimos años cada vez está más presente en Cataluña por la cantidad de plantaciones de marihuana existentes, tanto al exterior como en locales, ya que es un negocio lucrativo al ser fácil de exportar a Francia con poca inversión. Se pasó de 2.007 casos en los primeros tres trimestres de 2019 a 3.015 en el mismo periodo de 2022".

Sin embargo, hay delitos cuyo número desciende: "En total, Cataluña registró 366.459 infracciones penales entre enero y septiembre de 2019 y 354.618 en los mismos meses de 2022, lo que supone una bajada del 3,23%. Se explica principalmente por el fuerte descenso en delitos contra el patrimonio, como robos con fuerza e intimidación, que han pasado de 19.372 a 18.513, atracos a comercios, de 24.788 a 20.469, o robos con fuerza en domicilios , de 17.081 a 14.726. También bajaron los hurtos de 147.392 a 120.531 en lo que llevamos de año y las sustracciones de vehículos, de 7.119 en los primeros 9 meses de 2019 a 5.366, en el mismo tiempo de 2022. Lo que también aumentó en Cataluña si se comparan los años fueron las denuncias por estafa, principalmente las que se cometen por internet".

Sea como fuere, las terrazas y los restaurantes están a rebosar de una clientela alegre y despreocupada, igual que los compradores de las tiendas de lujo del paseo de Gràcia, según reporta el Ara. El reportaje es de Maria Ortega: ""Jo no havia vist mai aquest ritme de vendes i aquestes cues, és una bogeria!" És el retrat que fa el responsable d'una de les botigues de grans firmes del passeig de Gràcia de Barcelona del moment dolç que viu el carrer més noble de Barcelona en el que és el seu 200è aniversari. I especialment, diu, les botigues que venen productes de luxe . Algunes parlen d'augments de vendes d'un 20%, un 30% o fins i tot un 50% en comparació amb abans de la pandèmia. Un boom que és especialment evident des de l'estiu, quan ja hi havia cues en molts establiments. I que es dona en un moment de molta incertesa econòmica (que no afecta els més rics) i quan encara no s'ha recuperat del tot l'arribada de turistes, que ja està només un 3% per sota del 2019 a tota la demarcació, segons l'últim informe de l'Institut d'Estudis Regionals i Metropolitans de Barcelona. Però encara no s'han normalitzat mercats importants, com el rus o el xinès".

Y: ""Estem veient molt comprador nord-americà, que quan ve aquí es troba que els productes li surten més econòmics que al seu país i aprofita i se n'endú més d'un per repartir-lo entre amics i familiars o directament per revendre'l", explica un venedor. I un altre afegeix que també hi ha molt client asiàtic que compra diferents exemplars d'un mateix producte per revendre'l més car a la Xina. Clients que marxen amb tres o quatre bosses de mà d'aquelles que costen més de 3.000 euros. Però en la radiografia que els comerciants fan del client de productes de luxe també hi ha molta població local i cada cop més jove. "Abans aquest tipus de bosses o roba eren només per a l'elit, ara cada cop més veiem gent jove que ve a gastar-se 400 euros en una samarreta o 3.500 o més en una bossa que portava una influencer a les xarxes", expliquen".

18 de diciembre, santoral: Nuestra Señora de la Esperanza, Flananio, Gaciano y Malaquías.