Junqueras se niega a ser consejero kamikaze
El vicepresidente pidió la cabeza de varios consejeros del PDeCAT y del secretario del Govern para aceptar la cicuta de Puigdemont. Los funcionarios se amotinan contra la Generalitat
12 julio, 2017 09:39Oriol Junqueras tiene el aire de un quarterback retirado, pero es un poeta del amor, un teórico del sentimiento, un lírico. Nada que ver con un hombre de acción. Las encuestas le susurran que el futuro es suyo y sus cuates le tratan con la deferencia reverencial que requiere el virtual president. Desde su atalaya contempla las maniobras pedecatas para incendiar Roma. Carles Puigdemont, tuitero en cap de la Generalitat, le quiere electrocutar en la inmolación ritual que ha anunciado para el 1 de octubre, pero Junqueras es resbaladizo cual anguila en una piscina.
Anunciaba ayer el Ara que Puigdemont pretendía centralizar la organización del referéndum en un consejero kamikaze. En El País, Javier Casqueiro se anota la información sobre el desenlace de la operación. Una chapuza. El nominado era Junqueras, que ha escurrido el bulto con una agilidad impropia de su oratoria respecto a la consulta.
Escribe Casqueiro: "La desconfianza entre los socios nacionalistas de Junts pel Sí que gobiernan la Generalitat (PDeCAT y ERC) es total. El presidente Carles Puigdemont citó ayer a su vicepresidente, Oriol Junqueras, para encomendarle la responsabilidad orgánica de coordinar las tareas para impulsar el referéndum ilegal del 1 de octubre, pero, según fuentes del Gobierno catalán, Junqueras rechazó el encargo en la práctica —y por eso no se pudo anunciar la creación del nuevo órgano— al poner condiciones inasumibles. Aceptaba el control total, pero extendiendo la responsabilidad futura a los consejeros del PDeCAT y cesando a quienes no la acataran. Los consejeros sondeados accedían a suscribir los actos de la consulta, pero sin comprometer su patrimonio".
¿Pero qué es esto? ¿Cómo es posible? ¿Dónde se ha visto? Cada vez que Junqueras agarra un micrófono, el referéndum se asienta en el imaginario colectivo como algo ineluctable, que dijo Puigdemont. La certeza que desprende el verbo inflamado de Oriol le pone los pelos como escarpias hasta a Meritxell Borràs, que en la intimidad desprecia a todos esos izquierdistas barbudos. Y resulta que a la hora de la verdad, en el momento estelar de la humanidad de las vísperas de la república, el jefe de la partida republicana se raja. Anda ya...
Desde el primer día de la quinta temporada de El Procés estaba claro que Junqueras se ocupaba de todo el operativo, que él era el punto del octubre rojo y que como en Fuenteovejuna, pero él primero. Y ahora esto. ¡Qué escándalo! Luego ya lo de los consejeros del pet de gat y su querido patrimonio. Aceptan la inhabilitación porque es como una creu de Sant Jordi al mérito cívico y festivo, pero que les toquen el bolsillo jamás. Patriotas de pacotilla.
A mayor abundamiento, todos estos valientes pretenden escudarse en el funcionariado, la fiel infantería, carne de cañón, la chusma de la tripulación. Pero los funcionarios, sean del Estado, autonómicos o municipales, se han amotinado, lo que en su ámbito de actuación consiste en pedir copia por escrito y firmada de todas las órdenes de la superioridad. Tan mala fama que tienen y son de los pocos gremios que hacen lo que tienen que hacer manden tirios o troyanos. Ahí están, ellos son los tanques en la Diagonal.
La política catalana es un sano esparcimiento en comparación con lo que ocurre en Madrid a cuenta del XX aniversario del secuestro y asesinato del concejal del PP en Ermua Miguel Ángel Blanco. El rencor está en el aire. La alcaldesa Carmena acepta por fin desplegar una sábana en recuerdo de Blanco "y de todas las víctimas", matizan en Podemos. Aquello de condenar la violencia "venga de donde venga".
En El Confidencial, José Mari Alonso firma un retrato de los asesinos: "Tras la acción que, según coinciden todos, vino a marcar el comienzo de la defunción social de ETA se encontraba al frente el terrorista más sanguinario de todos, Francisco Javier García Gaztelu, ‘Txapote’. Él fue quien disparó dos veces en la cabeza a un Blanco maniatado y de rodillas tras mantenerle retenido durante las 48 horas de plazo dadas al Gobierno para acercar a todos los presos etarras a cárceles vascas a cambio de perdonar la vida del joven concejal del PP. Todavía es un misterio dónde le mantuvieron retenido los etarras, si bien se especula con que estuvo en todo momento encerrado en el maletero del coche robado que utilizaron para acometer el dramático crimen. La Beretta del calibre 22 con la que segó la vida de Blanco nunca ha sido localizada".
Sucedió tras la liberación por parte de la Guardia Civil de Ortega Lara. Hoy era la víspera.
12 de julio, santoral: Juan Gualberto, Juan Jones, Paterniano, Proclo y Vivenciolo.