Sandra León, directora de la Oficina del Alto Comisionado por la lucha contra la pobreza infantil, en un acto de la Fundación Ramon Campalans, vinculada a PSC / JORDI PLAY

Sandra León, directora de la Oficina del Alto Comisionado por la lucha contra la pobreza infantil, en un acto de la Fundación Ramon Campalans, vinculada a PSC / JORDI PLAY

Política

Sandra León: "La pobreza infantil se puede cronificar"

La directora de la Oficina del Alto Comisionado denuncia la invisibilidad de este "problema de Estado" en la agenda política y en el debate público, y que la crisis "ha contribuido a acrecentar"

19 noviembre, 2018 00:00

"España tiene un problema de pobreza infantil muy importante. Somos el tercer país con la tasa de riesgo más alta de la Unión Europea". Lo dice Sandra León, directora de la Oficina del Alto Comisionado por la lucha contra la pobreza infantil, quien explica a Crónica Global las medidas que el Gobierno de Pedro Sánchez está llevando a cabo para revertir esta situación. Doctora en Ciencias Políticas por el Instituto Juan March y profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de York (Reino Unido), León asegura que una de las prioridades es implementar de forma gradual el Ingreso Mínimo Vital.

-El Gobierno asegura que la pobreza es un "problema de Estado" ¿qué implica eso?

-Se trata de un problema de Estado por varias razones. Una tiene que ver con su dimensión. España tiene un problema de pobreza infantil muy importante. Somos el tercer país con la tasa de riesgo de pobreza infantil más alta de la Unión Europea. Y no importa qué indicador elijamos, los datos son contundentes: los hogares con menores están mucho más expuestos a situaciones de vulnerabilidad que otros modelos de hogar. La segunda razón por la que la pobreza infantil es una cuestión de Estado es que se trata de un problema con una naturaleza transversal, con capacidad de concitar el apoyo de todas las fuerzas políticas más allá de divisiones ideológicas. La tercera razón es que el Gobierno juega un papel articulador fundamental en la lucha contra las situaciones de pobreza y exclusión de los menores. Combatir la pobreza infantil requiere de una aproximación integral donde el Ejecutivo y, en concreto, el Alto Comisionado tiene una responsabilidad fundamental en la coordinación de las principales instituciones del país (coordinación interministerial, intergubernamental) así como en la vinculación entre el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil.

-¿Qué medidas se deben aplicar y cuáles son las prioritarias?

--La aproximación debe ser integral y, por lo tanto, intersectorial. El conjunto de medidas a aplicar debe necesariamente abarcar las principales políticas vinculadas al Estado del Bienestar como sanidad, educación, servicios sociales y vivienda. Una de las prioridades de este gobierno es implementar de forma gradual el Ingreso Mínimo Vital con el objetivo de erradicar la pobreza severa en nuestro país. Se trata de un programa de apoyo a las familias más vulnerables, cuyo primer eje es el aumento gradual de la cuantía y de los beneficiarios de la prestación por hijo a cargo. El primer paso en la implementación gradual de esta política ha sido duplicar la cuantía de la prestación por hijo a cargo en los nuevos presupuestos. Con esta política se pretende una transformación gradual del sistema de protección social actual, que no beneficia a las familias más vulnerables por dos motivos:  porque en la actualidad la mayoría de recursos se canalizan a través de beneficios fiscales en la declaración de la renta (que no afectan a las familias más pobres porque no tributan por IRPF) y porque el sistema de transferencias monetarias es muy limitado y de cuantías muy bajas.

La pobreza infantil en Europa

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-¿Las soluciones dependen solo de las administraciones públicas? ¿Deben implicarse sectores privados, agentes sociales...?

-Las soluciones requieren de un esfuerzo titánico de coordinación de las administraciones públicas, tanto horizontal (intersectorial, entre Ministerios) como vertical (entre las administraciones locales, autonómicas y el gobierno central). Pero también requiere de la participación del sector privado y de las entidades del tercer sector, quienes ya realizan un gran trabajo y cuentan con una amplia experiencia en la articulación de programas de lucha contra la pobreza infantil y la exclusión social. Precisamente desde el Alto Comisionado se está impulsando una Alianza de país contra la pobreza infantil estructurada alrededor de esos tres pilares: el Tercer Sector, el sector privado y las administraciones públicas. No se entiende la lucha contra la pobreza infantil sin la contribución que se aporta desde las instituciones y organizaciones de cada sector y sin la concertación de esfuerzos entre ellos. En este sentido, el Alto Comisionado ha puesto en marcha un programa de actuaciones para la activación de la Alianza de país contra la pobreza infantil con las entidades del sector, con el sector privado y con las administraciones. La primera de ellas tendrá lugar en próximo día 13 de diciembre con la celebración de una Cumbre del Tercer Sector en el Caixaforum de Madrid.

-¿Se puede cronificar la pobreza infantil?

-Sí, la pobreza infantil tiene una naturaleza circular que hace que pueda cronificarse, pues los mismos factores que elevan el riesgo de pobreza entre los hogares con menores (como el desempleo, un nivel educativo bajo o la discapacidad) son a su vez resultado de una situación de pobreza y exclusión (la pobreza desemboca, por ejemplo, en mayor fracaso y abandono escolar y, por lo tanto, en menor nivel educativo, elevando la exposición al desempleo). Si no se actúa para combatir las consecuencias de la pobreza sobre la educación, el empleo o la salud la pobreza se cronifica.

Varios niños desayunando en la Fundació Comtal

Varios niños desayunando en la Fundació Comtal

Varios niños desayunando en la Fundació Comtal gracias a las becas de la ONG Educo

-¿Cómo hemos llegado a esta situación?

Los motivos son múltiples, pero uno muy importante – y una de los principales aspectos a combatir por el Alto Comisionado – es la invisibilidad de la pobreza infantil. Hemos llegado a esta situación en gran medida porque antes de la crisis teníamos un problema estructural de pobreza infantil que ha sido ignorado, invisible en la agenda política y en el debate público y que la crisis ha contribuido a acrecentar.  La crisis ha aumentado la pobreza y la desigualdad debido a que su impacto ha sido muy desigual en la población, siendo mucho más intenso para los hogares con menos ingresos. El descenso de los ingresos ha sido mucho más pronunciado entre los sectores de la población más pobres, quienes además están más expuestos a la precariedad en el mercado de trabajo, lo que imposibilita que generen derechos de protección y les deja fuera de las políticas de bienestar.

-¿Cuáles son las consecuencias sociales de la pobreza infantil?

Las principales consecuencias son la falta de cohesión social debido a la exclusión que genera la falta de recursos, la pérdida de capital social, la erosión de la confianza y la participación que nutren y sostienen los vínculos de la comunidad. Con la pobreza se erosiona el sentido de pertenencia a esa comunidad y la creencia sobre la cual se sostiene la cohesión: la igualdad de oportunidades. 

-Los menores extranjeros no acompañados (MENA) ¿es un factor determinante?

Los MENA no son un factor determinante en el cálculo de las tasas de riesgo porque forman parte de la red de protección de infancia del Estado y, como tal, no contabilizan para el cálculo de las tasas de riesgo de pobreza, que se realizan midiendo la renta de los hogares con menores.