El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Palacio de la Moncloa / EFE

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Palacio de la Moncloa / EFE

Política

Rajoy se 'traga' la investidura de Torra para llegar a 2019

El presidente del Gobierno se toma con calma la elección de Torra, confiado en que el independentismo ha aprendido la lección del 155, y con los presupuestos en el bolsillo

15 mayo, 2018 00:00

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se traga la investidura de Quim Torra con el objetivo de ganar tiempo, y vislumbrar el final de la legislatura, que se sitúa en 2019, aunque el mandato sea hasta 2020. Rajoy, presionado por Ciudadanos, ha tomado la decisión de “esperar y ver”, sin actuar antes de hora, a no ser que el nuevo Govern del presidente Quim Torra adopte decisiones que estén “fuera de la ley”. En ese caso, buscará de nuevo el acuerdo con el PSOE y Ciudadanos para reactivar el 155, pero no antes. 

¿Se trata de un acuerdo en plan Casablanca? Esa expresión, la amistad con Torra, ha comenzado a pronunciarse en la sede del PP en la calle Génova de Madrid. El mismo Rajoy quiso este lunes apostar por “el entendimiento y la concordia”, dejando claro que el discurso de Torra no le había gustado, pero que esperaba a los hechos para actuar, después de que el Parlamento catalán votara la investidura de Quim Torra, un intelectual del movimiento independentista, que figuró como número 11 en la lista de Junts per Catalunya, y que tiene en su historial, a través de obra publicada, importantes muestras de nacionalismo excluyente. Pero eso ahora no cuenta.

Abrumado por el 155

Rajoy no quería aplicar el 155, entre otras cosas porque nadie sabía qué se podía hacer con esa medida. Y a sus interlocutores catalanes, con los que tiene más confianza, les ha comunicado en los últimos meses que fue muy duro “cesar a un gobierno que había salido de las urnas”. Por tanto, Rajoy, ahora, “se siente liberado”, según las fuentes consultadas. El Gobierno recuerda que el 155 se decidió aprobarlo para constituir otro Govern, con un límite en el tiempo: convocar elecciones, que se celebraron el 21D.

Pero, ¿puede resistir políticamente? El jefe del Ejecutivo español considera que el independentismo ha podido aprender la lección, porque sabe que corre un riesgo enorme, porque “ya hay un precedente, y ya sabemos qué se puede hacer con el 155”. Y, de paso, consigue la aprobación de los presupuestos para este año --tiene al PNV a su lado-- aunque, en función de cómo avance la situación --precio del petróleo, tipos de interés por parte del BCE-- deberá ejecutar otras cuentas en los próximos meses.

Parar a Ciudadanos

Con todo ello, con las antenas puestas en Cataluña, que le señalan a Rajoy --delegación del Gobierno, interlocutores académicos y empresariales-- que en el seno del Gobierno catalán Esquerra trabajará para alargar el mandato de Quim Torra sin caer en decisiones que sean ilegales, el presidente del Gobierno cree que podrá llegar a 2019, con una prórroga de los presupuestos para ese año si es necesario. Y convocar elecciones para finales del mismo, tal y como tenía previsto.

Ese es un deseo. Era el deseo inicial, y lo es todavía más ahora. Pero es también una “obligación” para Rajoy, según las mismas fuentes consultadas. ¿Por qué? Porque el PP no puede precipitarse en estos momentos, con la fuerte presión de Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, que sigue subiendo en las encuestas. Un exdiputado autonómico de Ciudadanos, Jordi Cañas, lo expresó sin miramientos: "El problema no es solo que no se entera de nada, es que le da absolutamente lo mismo. Bueno, hoy al menos estará contento: gracias a sus votos delegados han investido a su candidato”.

No a la "ansiedad"

Ante esa presión Rajoy se refirió con claridad. "La ansiedad no conduce a nada", en alusión directa a Ciudadanos. 

Esa estrategia la compartirá Rajoy con Pedro Sánchez, el lider del PSOE, con quien se reúne este martes en la Moncloa. Hará lo propio el miércoles con Albert Rivera, quien le reprocha que no quiera prorrogar la aplicación del 155. La intención de Rivera es mantener una posición dura y forzar que se siga manteniendo el 155. Rajoy buscará un acuerdo con ellos para volver a aplicar el 155 a la mínima oportunidad que se presente, si Torra comete ilegalidades. Pero nunca a partir de declaraciones, sino a partir de hechos concretos.

Tiempo, tiempo, tiempo

Sin embargo, el PP necesita tiempo, necesita preparar las elecciones autonómicas y locales de junio de 2019, y, antes, las elecciones de marzo en Andalucía. Sólo comprobando el peso real en las urnas de Ciudadanos, calibrando la fuerza del partido naranja, el PP afrontará unas elecciones generales en las que se podría desmoronar o aguantar y ser pieza decisiva para formar un nuevo Ejecutivo.

Por todo ello, Rajoy ha decidido tragarse la elección de Torra, sin que el Gobierno recurriera el voto delegado de Carles Puigdemont y Toni Comín, imprescindibles --dada la abstención de la CUP-- para sacar adelante la investidura. Lo hizo el PP, pero con la garantía de que el Tribunal Constitucional no suspendería el voto delegado. Sólo cuando el Gobierno español recurre ante el TC, una medida determinada, en el mismo instante en el que el Constitucional lo admite a trámite, queda suspendida por un plazo mínimo de seis meses, antes de entrar en el fondo de la cuestión.