El órdago de Carles Puigdemont al PDECat cambia el mapa político catalán / CG

El órdago de Carles Puigdemont al PDECat cambia el mapa político catalán / CG

Política

Puigdemont cambia el mapa político catalán con su órdago

El fugado se queda solo en una apuesta radical que pone en peligro la mayoría independentista y, a la espera de un tándem PDECat-PNC, coloca el centro de gravedad catalanista en el PSC y ERC

1 septiembre, 2020 00:00

Una fuga de militantes y altos cargos como la que acaba sufrir el PDECat supone un fuerte revés para cualquier partido político que se precie. Sin embargo, la apuesta de Carles Puigdemont al frente de Junts per Catalunya (JxCat) también es arriesgada.

El expresidente catalán ha optado por quedarse solo en su estrategia de confrontación, esto es, en su renovado desafío al Estado, con una indisimulada voluntad de desgastar a su principal rival en las urnas: ERC. Y lo ha hecho sin base ideológica --¿de izquierdas o de derechas?--, sin aliados sólidos y sin la garantía de tener cuota mediática y subvenciones electorales.

 

 

Puigdemont, Turull y varios consellers y dirigentes de JxCat se dan de baja del PDeCAT / EP

Desincentivar el voto independentista

“La batalla campal entre el PDECat y Junts per Catalunya va a desincentivar el voto independentista”, explican fuentes soberanistas. Dicho de otra manera, Puigdemont pone en peligro la mayoría secesionista, al tiempo que aboca al PDECat a formar un tándem con el Partit Nacionalista de Catalunya (PNC) que lidera Marta Pascal. Un tándem que Units per Avançar, partido que estaba llamado a negociar una alianza con el PNC, ve demasiado escorado hacia posturas separaristas. De ahí que no suelte lastre todavía del PSC, que podría beneficiarse de esos movimientos dentro del nuevo catalanismo. ¿O lo hará ERC?

David Bonvehí junto a Marta Pascal, coordinadora general del PDEcat / EFE

David Bonvehí junto a Marta Pascal, coordinadora general del PDEcat / EFE

La maniobra de Puigdemont y su OPA al PDECat, cuya demanda judicial por la propiedad de las siglas de JxCat ha desencadenado una rotura masiva de carnets, no va acompañada de una base ideológica creíble, pues estos herederos de la liberal y conservadora CDC aseguran ahora que son de izquierdas. Un recorrido similar al de Ciudadanos, pero a la inversa.

Sin aliados, sin cuotas electorales

Dicho de otra manera --y ante una impredecible CUP, a la que sus alianzas con la Convergència más conservadora, capitalista y business friendly ya pasaron factura electoral--, el nuevo partido del expresidente nace sin aliados identitarios ni ideológicos. Dinamitados los puentes con ERC, Puigdemont nunca se ha preocupado de cultivar lazos con En Comú Podem, mientras que es el PDECat, a través de sus alcaldes --el gran activo que sigue teniendo esta formación--, el que allanó el pacto con el PSC en la Diputación de Barcelona.

Àngels Chacón, exconsejera de Empresa y Conocimiento de la Generalitat / EP

Àngels Chacón, exconsejera de Empresa y Conocimiento de la Generalitat / EP

Por no hablar de los problemas que, a la espera de que se resuelva la citada demanda judicial --la vista oral se ha pospuesto hasta el 25 de septiembre--, tendrá Puigdemont para lograr cuotas mediáticas y subvenciones en la campaña electoral.

Pagar cuotas a partir del 1 de septiembre

De la urgencia que tiene el de Waterloo por lograr una buena financiación da cuenta el hecho de que, tal como ha explicado Crónica Global, el secretario general de su partido, Jordi Sànchez, avisara a los militantes de que, a partir de hoy 1 de septiembre, tendrían que empezar a pagar las cuotas y, en el caso de los cargos públicos y asesores, abonar las aportaciones voluntarias correspondientes.

El consejero Jordi Puigneró y el presidente de la Cámara de Comercio, Joan Canadell, ambos favoritos de Carles Puigdemont, junto a Quim Torra /EUROPA PRESS

El consejero Jordi Puigneró y el presidente de la Cámara de Comercio, Joan Canadell, ambos favoritos de Carles Puigdemont, junto a Quim Torra /EUROPA PRESS

El Consell de la República, el gobierno paralelo creado a mayor gloria de Puigdemont, no ha logrado recaudar el dinero previsto inicialmente. “El expresidente se verá obligado a pasar el cepillo. La Cámara de Comercio de Barcelona, con Joan Canadell al frente, puede ser una buena vía. Y el pretendido asalto al Barça permitiría un buen altavoz”, explica un empresario.

Operación Chacón

El rosario de bajas que estos días se producen en el PDECat ha puesto en evidencia el silencio de Artur Mas, responsable no solo de la reconversión de CDC en esas siglas, sino del inicio del procés y del encumbramiento de Puigdemont. También evidencia la soledad de la consejera de Empresa, Àngels Chacón, en el sector neoconvergente del Govern, dado que sus compañeros Damià Calvet, Jordi Puigneró --miembros del lobby convergente de Sant Cugat del Vallès que se postulan para ser el candidato efectivo de JxCat--, Meritxell Budó y Miquel Buch se han dado de baja del PDECat.

Chacón es precisamente quien suena como posible candidata del PDECat, incluso de un posible tándem con el PNC, pues la crisis interna sufrida aboca al partido de David Bonvehí a buscar una entente con la antigua coordinadora de este partido, Marta Pascal. El PNC contempla la pugna entre el PDECat y Junts “desde la distancia. Estamos concentrados en nuestro partido. La gente del PDECat tiene abiertas las puertas del PNC”.

El nuevo catalanismo busca su centro de gravedad

Sin embargo, un posible acuerdo entre antiguos compañeros de filas dejaría fuera de juego a Units per Avançar, el partido que se implicó en los trabajos del grupo de Poblet --embrión del PNC--. “PDECat y PNC son un producto independentista, muy lejano de lo que nosotros defendemos”, explican desde Units.

Quizá conscientes de lo que podría ocurrir con la pugna entre neoconvergentes, Units ha superado con creces la fecha límite que el PSC puso a la formación liderada por Ramon Espadaler --con la que tiene un acuerdo en el Parlament y en el Ayuntamiento de Barcelona-- para tomar una decisión: o se renuevan los votos o Units busca otros aliados.

Es decir, que el centro de gravedad de ese nuevo catalanismo, esperanzador para algunos sectores sociales y económicos, puede recaer en una alianza del PDECat y PNC. Pero también podría tener como referente al PSC --a su puerta llaman Lliures, Lliga y Convergents-- y ERC, que sigue apostando por el diálogo con el Gobierno español, a pesar de las burlas y las embestidas de Puigdemont.