El 'caso Mireia Boya' rompe la CUP
Cuatro grupos locales se sublevan contra la dirección y exigen "transparencia y autocrítica" con el episodio de acoso laboral a la exdiputada
2 abril, 2019 11:47Desgarro. El caso Mireia Boya ha sacudido a la CUP. Cuatro grupos locales del partido independentista radical se rebelaron ayer contra la dirección, a la que exigieron "transparencia y autocrítica" por el episodio de acoso laboral que sufrió la exdiputada y portavoz del secretariado nacional y que provocó su dimisión. Cargaron los núcleos contra el tibio comunicado de la cúpula del partido, en el que anunciaba que trasladaba el caso a la comisión de feminismos para su estudio.
Comunicat amb les assemblees locals de @cupsantpoldemar @CUPCanet i @cupvdm davant la dimissió de @yeyaboya
— CUP Pla de Besòs (@CUP_SAB) 1 d’abril de 2019
Tot el suport a la nostra companya!! pic.twitter.com/eDsn8DpAbp
"Nos sentimos decepcionados al enterarnos de que durante tanto tiempo se han dado casos de acoso psicológico con roles de poder dentro de la organización sin que haya habido ningún tipo de reacción por parte del partido", aseguraron los militantes de Sant Adrià de Besòs, Vilassar de Mar, Canet de Mar y Sant Pol de Mar, todos ellos municipios de Barcelona. "Pedimos transparencia y que se dé a la militancia una explicación con un claro mensaje de autocrítica sobre su actuación como organización", agregan. ¿Qué exigen? "Un mensaje sobre qué ha fallado en la política de gestión de conflictos, agresiones y abusos de poder". Lamentan también los radicales que en el caso de Mireia Boya se "desprotege a la víctima y se protege a la persona acosadora".
Un protocolo antimachista
Precisamente en los últimos días y tras la espantada de Boya ha trascendido que la CUP aprobará en mayo una batería de medidas antimachistas tras el mobbing contra la exdiputada, que acabó con la dimisión de la que fuera portavoz de la dirección. El partido radical plantea ahora una guía protocolo del abordaje y prevención de las violencias machistas. La hoja de ruta, paradójicamente, se someterá a votación cuando la militante más votada de la dirección ha huido del partido por el acoso de otro cargo.
En un vídeo público colgado en Youtube [ver aquí], los antisistema se jactan del "imprescindible trabajo de prevención", del programa que desarrollará con los hombres militantes de la formación anticapitalista, "desconstruyendo su masculinidad y haciendo que tomen conciencia". De cara a las mujeres del partido, prometen los radicales "espacios seguros, recuperación de la mujer, reparación del daño y no repetición". Todo ello es un documento que queda a criterio de los participantes en el partido, que lo aprobarán o rechazarán en una reunión política en mayo.
'Fuga' de Boya tras acoso laboral
El llamado protocolo de abordaje puede tener buenas intenciones, pero llega tarde. Al menos para la cara pública de la CUP, que sacudió el debate político en Cataluña la pasada semana al anunciar que dejaba el partido político por un episodio de "agresión psicológica". La exelecta en la cámara autonómica y cara visible del secretariado lamentó haber sufrido "comportamientos agresivos y roles de poder" pese a que pidió no coincidir con su agresor en la labor política.
Amiga! Vam conviure un temps al Parlament i per desgràcia sóc coneixedora del rols de poder i els comportaments agressius que expliques. No ho vas patir sola.
— Pilar Castillejo (@PlrCastillejo) 29 de març de 2019
Hem de ser capaces de canviar les nostres organitzacions i que siguin els agressors i no les víctimes qui hagin de plegar
Su denuncia pública provocó que otras militantes y exdiputadas del partido radical, como Pilar Castillejos, alertaran de que "son conocedoras de los roles de poder y comportamientos agresivos que cuentas. No lo sufriste sola". Por su parte, la formación emitió un escueto comunicado en el que defendió que trabaja en un "plan de acción feminista" y que dio traslado del caso de Boya a la comisión feminista de la CUP.