ERC pactará con los comunes un candidato propio si Turull fracasa
Los republicanos se acercan a Domènech para asegurarse su abstención con un candidato a la Generalitat propio si fracasan las apuestas de JxCat
7 marzo, 2018 00:00Candidato propio, más pronto que tarde. Es lo que pretende Esquerra Republicana. La opción de Jordi Sànchez se da por amortizada, pero hay que formalizarla. El bloque independentista, con Junts per Catalunya y ERC, es consciente de ello. El próximo lunes se debería celebrar el pleno de investidura de Sànchez, pero depende de la decisión del juez Pablo Llarena, de si le deja ir al Parlament para el acto. Ante la más que probable negativa, el paso siguiente es intentarlo con Jordi Turull. Y si vuelve a fallar, y eso ya no depende de Llarena, sino de la CUP, Esquerra ha buscado una aproximación con los comuns para garantizarse la abstención y proponer un candidato republicano.
¿Demasiado tarde y como último recurso antes de forzar unas nuevas elecciones? Fuentes republicanas admiten que existen otras posibilidades, pero que ahora la prioridad debería ser la de formar un nuevo gobierno. En la recámara, al margen de Oriol Junqueras, figuran otros candidatos como Raül Romeva y el propio Ernest Maragall. Se descarta Marta Rovira, aunque entraría a formar parte del Govern.
Acuerdo con Domènech
Esquerra mantiene su estrategia, diseñada desde hace meses y que se truncó, inicialmente, con la victoria de la lista de Carles Puigdemont. Eso lo cambió todo, porque la idea inicial de Oriol Junqueras pasaba por un acuerdo con los comuns, además de con el PDeCAT, para iniciar una nueva etapa que pudiera contar, aunque no desde el primer momento, con el apoyo del PSC.
Ahora todo pasa por la figura de Jordi Turull, que mantiene una causa abierta con la justicia (como el resto de consejeros del anterior Govern), pero que podría ser presidente hasta el inicio del juicio o hasta que hubiera, si es el caso, una sentencia condenatoria.
La CUP y la vía autonomista
Para Esquerra puede ser una buena fórmula, respeta los acuerdos con Junts per Catalunya y deja a los republicanos con carteras como Enseñanza y Salud. Todo a la espera de las elecciones municipales, donde se replantearían las alianzas parlamentarias en función de los resultados y el equilibro de poder en el campo independentista.
Pero es la CUP la que tiene, de nuevo, la llave para poder formar gobierno. Y el planteamiento de la fuerza anticapitalista es claro: no votará a favor de volver a la vía autonomista, y, como mucho, se plantea una abstención. Eso exige que Puigdemont y el exconsejero Antoni Comín dejen sus actas de diputados para asegurar la mayoría independentista aunque sea en la segunda votación de la investidura. Si lo han planteado con Sànchez, la CUP lo repetirá con Turull. Puigdemont y Comín, por ahora, no están dispuestos a hacerlo.
La tesis de Tardà
Por tanto, la formación del nuevo Govern está en el aire, y el clima de falta de confianza, de recelos y de lucha por la hegemonía, podría provocar nuevas elecciones.
Esquerra quiere cubrirse y por ello ha iniciado una aproximación con los comunes, dirigidos por Xavier Domènech en el Parlament. La posición del diputado de ERC Joan Tardà reivindicando, precisamente, un gobierno de izquierdas, ha gustado en los comunes, y cuenta con todo el apoyo de la dirección de ERC.
Gobernabilidad complicada
Si eso fructificara, y siempre tras constatar que los candidatos de Junts per Catalunya fracasan, Esquerra se ve capaz de lanzar un candidato propio que cuente con la abstención de los comunes, sin que sea imprescindible el concurso de la CUP.
Se trata de una guerra de nervios, con una desconfianza total, lo que indica que la gobernabilidad entre Junts per Catalunya y ERC sería complicada.