
La diputada de Aliança Catalana, Silvia Orriols, durante una sesión de control al Govern, en el Parlament, a 26 de febrero de 2025
El problema de la inmigración impulsa a Aliança Catalana y castiga a Junts
La gestión de la extranjería escala a segunda preocupación en Cataluña cuando la formación xenófoba de Sílvia Orriols se 'desata' en el CEO
La delegación de competencias que Puigdemont arranca del Gobierno del PSOE no le sirve para frenar el avance de la extrema derecha catalana
Aliança Catalana (AC) saca rédito de la cuestión migratoria. La formación xenófoba de Sílvia Orriols se ha desatado en el primer Barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de 2025, que le estima entre ocho y 10 escaños en unas nuevas elecciones al Parlament, hasta cinco veces más que los actuales.
Un ascenso que le permitiría disputarse de tú a tú con Vox la quinta mayor fuerza de la Cámara catalana. A la vez, desangra a Junts, que vería reducir su representación de 35 a hasta 27 diputados. Precisamente, estos son los tres únicos partidos que han bajado al barro de un debate al que la izquierda (aún) da la espalda.
Segundo problema
La gestión de la inmigración ha escalado hasta lo más alto de la lista de principales problemas de Cataluña. Se sitúa en segunda posición, sólo por detrás del drama de la vivienda, según la encuesta. Y aunque el incremento es de tres puntos y se sitúa en el 10%, son cinco posiciones por encima respecto al cierre del año pasado.
Le sigue muy de cerca la inseguridad ciudadana (9%), motivo por el que Carlos Pablos, autor de La derecha radical populista en España (2019-2024): estudio de caso del discurso de Vox, opina que el porcentaje más realista es la suma de ambas preocupaciones: "Es prácticamente un 19%, ya que son dos cuestiones casi complementarias", dice.

Principales problemas para los catalanes en el primer barómetro del CEO del 2025
Señala que inmigración, inseguridad e insatisfacción política son "el abc" de los discursos de Aliança y Vox, que conectan como ningún otro partido con los votantes que se creen amenazados frente a la llegada de población extranjera. El CEO así lo demuestra.
La preocupación por la inmigración es especialmente alta entre los votantes de Ignacio Garriga (38%) y de Sílvia Orriols (32%), para los que esta cuestión lidera la lista de problemas. En formaciones más moderadas, como Junts, cae hasta la quinta posición.
"Triunfo" de la derecha radical populista
Pablos, experto de la Universidad Europea, resume como "uno de los grandes triunfos" de los partidos de derecha radical populista que "el imaginario colectivo crea que la inseguridad viene provocada por la inmigración". "A estas alturas, casi cualquier persona se imagina a un atracador como una persona con rasgos árabes", expone.
En este sentido, Jordi Mir, politólogo de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), describe la clasificación de preocupaciones como el resultado de "una disputa entre partidos que quieren imponer un problema u otro como el principal".
Batalla en la que "Aliança Catalana ha sido la más rápida en convertir la inmigración en un tema que se debe tratar", agrega Pau Torres, investigador del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la mencionada universidad: "Ha conseguido que la cuestión sea insoportable para mucha gente y hasta impacte en su sensación de inseguridad".

La candidata de Aliança Catalana por Girona, Sílvia Orriols (c), interviene durante el inicio de campaña de Aliança Catalana, en Ripoll, a 27 de abril de 2024, en Ripoll, Girona
Junts baja 'al barro'
Y Junts ha contribuido a amplificar la cuestión. Lo ha hecho al arrancar del Gobierno la delegación de competencias de inmigración a la Generalitat, tratando de arrebatar el debate a la formación de extrema derecha y así frenar su empuje. Torres describe este movimiento como "arriesgado", porque "no hay consenso sobre si servirá para amortiguar su avance".
De hecho, un 9% de los juntaires asegura que apoyaría a Orriols. Los neoconvergentes ven cómo parte de sus votantes se decantan hacia la formación islamófoba, aunque también bebe de esta, ya que un 10% de sus electores dicen que votarían la opción de Puigdemont. Eso sí, la alcaldesa de Ripoll tiene un electorado más fiel (el 86% frente al 74%).
Incluso el electorado percibe tanto a Junts como a Aliança en el mismo espacio político, ya sea en el eje izquierda-derecha como en el espectro nacional.

Junts y Aliança Catalana ocupan el mismo espacio político en el eje izquierda-derecha y en el eje nacional
Mismo espacio
La batalla por un mismo sector se recrudece y Junts endurece su discurso a vueltas con la extranjería. Los expertos consultados dan por hecho que el expresident Puigdemont y los suyos se volverán "aún más firmes", en palabras de Pablos, quien incluso prevé que otras formaciones como el PP o el PSOE también se sumen al debate para no perder el tren.
"Los partidos acuden a estas encuestas y, si ven que la preocupación por la inmigración y la inseguridad es algo latente, lo explotarán al máximo, sobre todo los partidos de la derecha radical populista", explica Torres.

Carles Puigdemont, en un acto de campaña EUROPA PRESS
"Miniescisión"
Para el investigador, "la clave está en ver hasta qué punto Junts se convierte en un partido racista y entra en una disputa con Aliança sobre quién la dice más gorda, o si bien decide marcar un límite". Eso sí, "la jugada de asumir parte de sus postulados puede no funcionarle porque habrá quien piense que, para votar a la copia, mejor votar al original".
Mir, también experto en filosofía política, describe a Aliança como el resultado de una "miniescisión", como "el hermano que Junts debe ver cómo lo controla". Por el momento, los neoconvergentes se sirven de su representación en el Congreso para pactar con el Ejecutivo del PSOE algunas soluciones que los votantes tránsfugas verían con buenos ojos.
No obstante, Junts acusa el "desgaste" del procés y de haber gobernado la comunidad hasta 2022, cosa que beneficia a una AC recién llegada a las instituciones.
Puigdemont, nervioso
Sea como fuere, el barómetro abona el terreno de la inquietud y genera nervios en los de Puigdemont. En su publicación de la tarde del jueves en X, tilda de "propaganda política" al CEO y al CIS, el barómetro nacional. Les acusa de "tirar dinero público" e "intervenir para aumentar las opciones de unos y frenar las de los demás".
Cuando los aires no le son favorables, el expresident agitador llama a la prudencia.
Els sondejos s'han convertit, des de fa temps, en una eina per a la propaganda política. Darrerament ni el CIS ni el CEO no han pogut escapar de la temptació i publiquen resultats que semblen perseguir més un efecte polític que no pas contribuir a aportar dades per a l'anàlisi… pic.twitter.com/CgcONbyF9l
— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) March 27, 2025