Imagen interior del acto de recuerdo al 7A en la Sinagoga Maiménides en Barcelona

Imagen interior del acto de recuerdo al 7A en la Sinagoga Maiménides en Barcelona CG

Política

Los políticos catalanes que arropan a la comunidad judía en Barcelona

8 octubre, 2024 00:30

Citaremos a 25, pero hubo muchos más, aunque con un perfil bajo. "No te daré la lista de invitados por seguridad, y las fotos en el interior están restringidas", avisaba el staff. La solidaridad con Israel reunió la noche de ayer a políticos y empresarios en la Gran Sinagoga Maimónides de Barcelona en el primer aniversario del atentado de Hamás contra el Estado hebreo el 7 de octubre de 2023. Y el espectro fue amplísimo, con electos de Vox y de Junts, incluida Sílvia Orriols (líder de Aliança Catalana). También asistieron altos cargos de Mossos y de la Guardia Civil. 

Cabe empezar por las ausencias, y hubo dos destacadas. El expresident Artur Mas acudió a la misma Sinagoga en octubre de 2023, unos días después de la matanza islamista que segó la vida de más de 1.200 personas en Israel. Ayer, Mas no estaba. Tampoco su esposa, Helena Rakosnik. Pero su partido estaba muy bien representado. 

Se vio a Jordi Martí, líder de JxCat en Barcelona y concejal-presidente tras la marcha de Xavier Trias; Victòria Alsina, ahora edil y antes consellera de Exteriores con el Govern de Aragonès --llegó tarde-- y a la también electa Francina Vila, que sí fue puntual. 

Reaparece Jordi Sànchez con Dalmases

El grupete de independentistas se dejó ver y saludó efusivamente a otro nacionalista pata negra: Jordi Sànchez, ex secretario general de Junts, expresidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), expreso del procés y hoy reubicado en la Sindicatura de Greuges como adjunto. También hubo palmadas en la espalda para Francesc de Dalmases, diputado de Junts en el Parlament. 

No eran políticos de la nueva Convergencia pero sí cercanos el escritor y periodista Vicenç Villatoro, expresidente de la CCMA con CiU en el Govern; Toni Florido, socio fundador del lobi liberal Institut Ostrom y presidente de la Associació Catalana d'Amics d'Israel (ACAI), y Roberto Cerdán, marido de la periodista, escritora y tertuliana Pilar Rahola, el principal rostro de apoyo al Estado de Israel en el independentismo catalán y la segunda gran ausencia ayer tras Mas.  

Ejercía de anfitrión y dircom del templo el también convergente purasangre Joan Maria Piqué, ex director general de Comunicación del Ejecutivo con Artur Mas al frente. Y ayer en comisión de servicio con Bassons Consular, su agencia de comunicación. 

Bassa representa al Govern y Batlle, a Barcelona

Por parte de Govern acudió en delegación especial Ramon Bassa, director general de Asuntos Religiosos, aunque ningún conseller. Por el Ayuntamiento de Barcelona, respondió a la convocatoria oficial Albert Batlle, teniente de alcalde de Seguridad del consistorio. En el terreno de la oposición y además del nutrido grupo de Junts --el que desembarcó con más visibilidad en el acto-- se acercaron a Sarrià el concejal y presidente de Vox en la casa consistorial, Gonzalo de Oro, y el líder del PP en la casa de la vila, Daniel Sirera

Sílvia Orriols, en la distancia, con el general Pedro Pizarro de la GC fondo

Sílvia Orriols, en la distancia, con el general Pedro Pizarro de la GC fondo CG

Por lo que se refiere al Parlament de Cataluña, PP, Vox y Aliança Catalana capitanearon las delegaciones. Alejandro Fernández, diputado y presidente del PP de Cataluña, fue uno de los rostros más saludados. Tomó asiento cerca de María García, electa de Vox en la Ciutadella, aunque no de Ignacio Garriga, ausente. Sí se dejó ver, aunque con un perfil bajo, quizá por ser su primera vez o por las aristas de su figura, Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll (Girona), diputada y líder de Aliança Catalana. No fue excesivamente saludada, aunque también es cierto que es poco conocida. 

Flanqueó a la controvertida política el abogado Jordi Coma, número dos de Aliança por Girona en las elecciones autonómicas de mayo, pero que no logró silla en el Parlament. También sin acta parlamentaria pero con currículum dilatado, Anna Grau, ex de Ciudadanos, se sentó en la llamada fila cero, que andaba buscadísima --aunque se ofrecía a los políticos tardones--. 

Madí se encuentra con Baena y se va

Uno de los que llegó a la hora pero se fue antes de que finalizara el acto, y que despertó las miradas de los presentes, fue David Madí, empresario y exsecretario de Comunicación del Govern con, de nuevo, Artur Mas en el Ejecutivo autonómico. 

Carteles pidiendo la liberación de los rehenes secuestrados por Hamás

Carteles pidiendo la liberación de los rehenes secuestrados por Hamás CG

El también exrepresentante de grandes empresas como Endesa, Telefónica, Applus y Deloitte en Cataluña ocupó un lugar privilegiado, aunque se ausentó a medio acto, saludando antes de irse a un Piqué que dirigía el protocolo enfundado en una kippah propia: tenía la estrella de seis puntas bordada. 

Guardia Civil... y sobre todo Mossos

Madí fue, de hecho, uno de los protagonistas de la noche. El empresario se sentó a escasos metros de la cúpula de la Guardia Civil en Cataluña, que consiguió imputarle judicialmente por una de las dos causas que tiene abiertas: el caso Voloh. Del instituto armado acudieron al más alto nivel el general Pedro Pizarro de Medina, máximo cargo de la VII Zona del instituto armado, y el coronel Daniel Baena, al mando de la Comandancia de Barcelona desde julio, como avanzó este medio. Pizarro, como Madí, se tuvo que marchar antes del cierre por cuestiones de agenda. 

Eso sí, los mandos de los cuerpos policiales saludaron cortesmente a la representación de los Mossos d'Esquadra, que era de nivel, sin llegar al de la Benemérita. Acudieron el excomisario jefe de la policía catalana Eduard Sallent, acompañado de otros altos funcionarios del cuerpo en respetuoso uniforme de gala. Sallent pudo saludar a otro cargo destituido por el Govern Illa: Pere Ferrer, ex director general de la Policía. Ferrer chocó manos con Baena, sin rencillas tras el procés independentista. La clave era otra. 

Por parte de la Guardia Urbana de Barcelona, encabezó la representación la intendente Begoña Aldai, del distrito de Sarrià-Sant Gervasi, amén de otro mando del mismo rango. 

Embajada y consulado

En el nivel diplomático, no faltaron al acto de repulsa del terrorismo y para pedir la liberación de los rehenes un representante adjunto de la Embajada de Israel en España, la portavoz Tal Itzhakov --que habló--, y el cónsul israelí en Barcelona, Yosef David Sánchez Molina, que en marzo ganó las influyentes elecciones a secretario general del cuerpo consular de Barcelona, como detalló Crónica Global.

Los dos legados se encontraron con Raymond Forado, ejecutivo del sector del big data, profesor de la Universidad Abad Oliba y, ayer, interviniente como presidente de la Comunidad Judía de Barcelona (CIB), una de las entidades anfitriona. Forado lo dejó claro: "No habrá paz sin liberación de rehenes". "El carácter judío no permitiría una rendición", apostillaba un asistente al más alto nivel al finalizar el evento. 

Acto blindado

Todos los presentes, acompañados de empresarios a título individual --"Soy miembro de la comunidad, pero no te daré mi nombre", avisaba uno de ellos en un clima de cierto temor-- escucharon las palabras de familiares de las víctimas, de allegados de soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) y la plegaria Samuel Garzón, rabino de Barcelona, que leyó un versículo religioso. El acto concluyó con la Haktivka, el himno nacional de Israel. Significa esperanza

En pequeños corrillos, los presentes, también las 25 figuras --y otros directivos anónimos-- se mostraban muy poco esperanzados. La paz ni está ni se la espera, al menos por ahora. "El momento no ha llegado, los interlocutores no están maduros", decía uno. "El problema es Irán, incapaz de dialogar", alertaba otro. Por el momento, pues, la guerra continuará. 

Quizá por esa situación de conflicto bélico feroz, la Gran Sinagoga Maimónides la protegieron ayer efectivos del Área Regional de Recursos Operativos (Arro) de Mossos d'Esquadra, armados con su nuevo fusil de dotación: el Heckler & Koch UMP, apoyados por efectivos de la unidad de seguridad ciudadana (USC). Completaba el colosal despliegue otro filtro exterior de contratistas privados de seguridad con chaleco antibalas montados en un pick up, y un círculo interior de voluntarios del templo religioso coordinados con pinganillo de vigilancia.