El próximo Govern de la Generalitat está en manos del pulso entre Junqueras y Rovira
Los dos sectores miden sus fuerzas entre la militancia estos días mientras que, en paralelo, avanzan las negociaciones entre la dirección y el PSC para la investidura de Salvador Illa
27 junio, 2024 00:00Noticias relacionadas
El pleno del Parlament sin candidatos a la investidura de este miércoles ha puesto en marcha la cuenta atrás electoral. Si no hay un acuerdo entre el PSC y ERC para convertir en president a Salvador Illa, los catalanes volverán a las urnas el 13 de octubre. El principal obstáculo para conseguirlo es la división interna en torno a dos familias: los de Marta Rovira y los de Oriol Junqueras, cuyo duelo en las próximas semanas decidirá si hay repetición electoral en Cataluña o si, de lo contrario, se puede formar un Govern que resuelva los desafíos que tiene el territorio.
Hasta el pasado 12 de octubre, el sector junquerista había tenido las riendas del partido, condicionando su estrategia tanto en el Parlament como en el Congreso de los Diputados, donde Gabriel Rufián ejerce como principal lugarteniente pese al fracaso de su candidatura en las pasadas elecciones municipales en Santa Coloma de Gramenet. Apretando al Gobierno de Pedro Sánchez, a la par que garantizando la gobernabilidad en torno a la necesidad de políticas progresistas, ERC se ha convertido en uno de los socios por excelencia del presidente frente a un Junts que ha asumido un rol de colaboración a marchas forzadas y en un clima de máxima desconfianza.
Bicefalia Junqueras-Aragonès
Mientras tanto, en Cataluña, ERC ha gobernado la Generalitat en solitario, pasando de tener a Junts como socios de coalición y haciendo un cordón sanitario al PSC a comienzos de la legislatura anterior, a buscar el apoyo parlamentario de socialistas y Comunes en los Presupuestos de la Generalitat de 2023 y 2024.
La gestión de los tiempos y de los reveses políticos del mandato de Pere Aragonès ha sido complicada, y no pocas voces del partido admiten en privado a este medio que sin una bicefalia entre el president -ahora en funciones- y Junqueras, las cosas hubieran sido “diferentes”. Y es que Aragonès ha estado atado de pies y manos durante toda su presidencia, hasta el punto de que en no pocas ocasiones se llegó a cuestionar si sería el candidato y, una vez proclamado, tuvo que soportar intoxicaciones alegando que repetía como cartel electoral sólo porque Junqueras seguía inhabilitado.
Ruptura total entre familias
Tras las elecciones catalanas del 12M, Aragonès y la secretaria general Marta Rovira -muy cercana al president en funciones-, dieron un paso al lado, mientras que el incombustible Junqueras simuló dimitir únicamente para coger carrerilla y poder recuperar la presidencia en el próximo congreso.
Este hecho, junto a una larga serie de tropiezos políticos a nivel interno y en la escena política por parte del exvicepresidente de la Generalitat, precipitó la ruptura total entre junqueristas y los de Rovira, entre los que se incluyen importantes dirigentes del partido y el sector Palau; consejeros y altos cargos de la Generalitat que, aún hoy, se mantienen en sus posiciones.
En estos momentos, ni Marta Rovira ni Oriol Junqueras desean una repetición electoral que suponga una “humillación” para ERC y ponga en bandeja un sorpasso a favor del PP de Alejandro Fernández. Sin embargo, el duelo entre ambos dirigentes y la voluntad de la secretaria general por alejar a Junqueras del puente de mando, se traduce en distintas visiones a la hora de articular la estrategia de negociación con los socialistas.
Jugar duro frente al PSC
Según fuentes de ERC, Marta Rovira es partidaria de jugar más duro frente al PSC y así quedó patente en la negociación de la Mesa del Parlament, precipitando un acuerdo con Junts y la CUP en el último momento y renunciando a la Presidencia que le ofrecían los socialistas. Su relación con el secretario general de Junts Jordi Turull y con Carles Puigdemont es “muy buena”, en palabras de las mismas voces republicanas. Mientras que la relación entre el fugado y Junqueras es “mala”, por no decir “inexistente”.
Esta es, precisamente, una de las fortalezas de Junqueras y sus acólitos en la guerra interna con los de Rovira: su capacidad de haber construido una ERC “poderosa” separada del camino de Junts, cuyo principal objetivo es el de fagocitarles con propuestas como la de recuperar la lista unitaria.
"Airear los trapos sucios es una deslealtad"
Además, fuentes del sector junquerista explican a Crónica Global que “airear los trapos sucios” en los medios de comunicación con un manifiesto es una “deslealtad” que no comparte la mayoría de la militancia republicana. Tampoco hacer “listas de buenos y malos” y esconderse frente a Junqueras al no ser capaces de presentar un candidato claro para liderar el partido.
Con todo, ambos sectores miden sus fuerzas entre la militancia estos días mientras que, en paralelo, avanzan las negociaciones entre la dirección del partido y el PSC. El duelo entre Rovira y Junqueras, de manera más o menos soterrada, será total en las próximas semanas, y podría provocar que un eventual acuerdo con los socialistas no se produzca hasta finales de agosto, agitando el fantasma de la repetición electoral.
Los alicientes para investir a Illa
Por contra, el guiño del presidente Sánchez con la financiación singular y admitiendo el “compromiso” y “liderazgo” de los republicanos para lograr los indultos o la amnistía, facilitan el camino hacia la investidura de Salvador Illa. También la actitud propositiva y “sin arrogancia” del primer secretario del PSC durante el pleno de la no investidura del miércoles, donde Illa optó por la zanahoria en lugar del palo ante una convaleciente ERC.
También existen otros incentivos a facilitar la investidura: “Pinchar la burbuja” de Puigdemont y que el efecto de sus 35 diputados empiece a desvanecerse. Una preocupación que ya existe entre los mismos dirigentes de Junts que consideran “ridículo” que se siga alimentando el discurso de que el PSC se abstendrá para que Puigdemont vuelva a ser president. Este hecho ayudaría a que ERC diera carpetazo a los malos resultados del 12M “lo antes posible”, admiten fuentes republicanas.
Finalmente, y pese a los factores a favor y en contra de una repetición electoral, serán Marta Rovira y Oriol Junqueras quienes acaben de decantar la balanza hacia un lado u otro en función de sus propias fuerzas entre la militancia, así como la capacidad de seducción de los socialistas con la concreción de ofertas como la financiación singular y los misiles desde Waterloo de Carles Puigdemont, quien busca volver a las urnas para continuar en su huida hacia adelante.