Qué hacer si no quieres votar a nadie: diferencias entre abstención, voto en blanco, voto nulo
Estas son las consecuencias de las acciones de aquellos que no votan por ningún partido: ¿a quién beneficia?
9 mayo, 2024 08:40Noticias relacionadas
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Queda poco para las elecciones de Cataluña y está por ver quién ganará. Las encuestas dan como ganador al PSC de Salvador Illa, pero las últimas encuestas apuntan a que Junts se le acerca cada vez más. Así, se vuelve a plantear un escenario incierto sobre si el independentismo va a poder formar mayoría para gobernar o no.
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En medio de este panorama, están las propuestas electorales, las ideologías de todo tipo y, en medio, los indecisos. Este grupo puede ser determinante en el recuento final de votos. ¿Irán a votar? ¿Votarán por algún partido mayoritario? ¿No lo harán?
Las consecuencias del desencanto
El desencanto con la política es tal que muchos optan por esta última opción. Abstenerse se ha convertido en una tónica habitual. Las cifras de abstención son cada vez más elevadas, pero hay otras opciones como el voto nulo o en blanco que también se ven como una manera de mostrar la disconformidad con los políticos que se presentan.
Todas estas opciones son igual de válidas, pero cada una tiene sus consecuencias. Allí es cuando surgen las dudas. ¿Qué sucede cuando se opta por la abstención, el voto nulo o el voto en blanco? He aquí una breve explicación.
Abstención
Es la opción más común. En 2021 más de un 48% de los catalanes llamados a las urnas decidieron no ir. Y sí, es la opción que menos agrada a los políticos. Siempre está el reproche de “si no votas, después no te puedes quejar”, pero, precisamente, esa es su queja.
En realidad, en España la abstención no afecta directamente a los resultados electorales, puede tener implicaciones indirectas, porque pueden favorecer a ciertos partidos mayoritarios. Eso afecta a los ciudadanos, pero no a los que se abstienen, que no reciben ninguna penalización por no ser obligatorio el voto.
Voto nulo
Suele ser el voto más mediático y viral. No son pocos los que para quejarse ponen una papeleta falsa, más de una de las oficiales o incluso algún tipo de embutido en el sobre electoral. Otra opción es poner la papeleta sin el sobre correspondiente, o modificar la papeleta de alguna manera intencionada.
Esta papeleta falsa o modificada no ayuda a nadie, a no ser que todo dependa de un solo voto o de varios. Si algún partido está a pocos votos de lograr un escaño y son los mismos que los votos nulos, más de un político puede resultar más que molesto.
En 2021, el número de votos nulos ascendieron a un 1,44% del total emitido, pero fue casi la mitad más que en los anteriores comicios. 41.430 personas adoptaron esta decisión, 25.338 más que las elecciones pasadas.
Voto en blanco
Si se prefiere optar por una opción menos radical, uno puede acercarse al colegio electoral y votar en blanco. Este método consiste en coger el sobre donde se ha de introducir la papeleta e ir con él directamente a las urnas sin meter el boleto de ningún partido.
Esta opción es completa legal, hasta el punto que a la hora del recuento se computa junto al número oficial de votos. Por eso, sí afecta directamente a los partidos que se presentan. Con la famosa Ley D’Hont, los más perjudicados son los minoritarios.
Los perjudicados
Aplicando esta metodología, cualquier partido tiene que superar el 3% del total de votos emitidos para poder entrar en el Parlament. Como los votos en blanco cuentan, esto hace más difícil que los partidos pequeños puedan entrar.
Los votos en blanco son los que menos crecieron en los pasados comicios, sólo un 0,39%, representando el 0,83% del total de votos. En cualquier caso, cualquiera de las tres opciones son más que legítimas. Igual que la de votar por el partido que cada uno crea conveniente.