La estrategia de Trapero para recuperar el poder en Mossos
La candidatura de la comisaria Alicia Moriana, con más antigüedad y mejor formación que Eduard Sallent, pone en un aprieto a ERC
9 mayo, 2024 00:00Noticias relacionadas
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Jugada mestra. El único major de los Mossos d’Esquadra hasta el momento, Josep Lluís Trapero, dirigirá el cuerpo policial catalán si el candidato del PSC a la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, logra presidir el Govern tras las elecciones autonómicas del 12M. Lo hará de la mano de la actual alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon, como consellera de Interior.
El anuncio de Illa durante el debate electoral de TV3 pilló con el pie cambiado al president de la Generalitat, Pere Aragonès. Ese mismo día, la dirección de la policía, en una maniobra contra reloj, aceleró el proceso para nombrar al actual comisario jefe del cuerpo, Eduard Sallent, como segundo major de los Mossos d’Esquadra, fijando la entrevista tan sólo dos días antes de los comicios.
La entrevista, el viernes en Les Corts
La prueba en la que Pere Ferrer, actual director general de la policía, elegirá cuál de los dos candidatos a major accede al curso de adecuación en el Instituto de Seguridad Pública de Cataluña (ISPC) tendrá lugar el viernes en la comisaría de Les Corts.
A las once de la mañana se reunirá con Alicia Moriana, comisaria de la órbita de Trapero que, en un pulso a Interior en su intento de politizar el cuerpo, presentó su candidatura cuando estaba a punto de concluir el plazo. Hasta ese momento, el camino estaba despejado para que el único postulante, el comisario jefe, Eduard Sallent -que será entrevistado a la una de la tarde-, fuese el elegido.
Moriana pone en apuros a Sallent y a ERC
La candidatura de Moriana, que tiene una estrecha relación con Trapero -quien la alentó a presentarse, según fuentes conocedoras-, pone en aprietos no sólo a su rival, sino también al Govern de ERC, que ha abanderado la feminización del cuerpo policial. “Ahora es el momento de demostrarlo, de lo contrario quedará evidenciado que se trataba de una medida puramente cosmética”, declaran las voces policiales consultadas.
No sólo eso. Moriana cuenta con una dilatada trayectoria en el cuerpo, con más antigüedad que Sallent, y tiene una formación “indudablemente mejor”, valoran fuentes policiales. Ella es doctora en Derecho, mientras que él es licenciado en Filosofía. “Su formación es más acorde para el cargo”, aseguran.
El pasado 'indepe' de Sallent
Precisamente durante su época universitaria, Sallent formó parte de la Federación Nacional de Estudiantes de Cataluña (FNEC), un sindicato estudiantil cuya espina dorsal es el nacionalismo y la independencia de Cataluña. De hecho, cuando se hizo pública la candidatura de Sallent como futurible major de los Mossos d’Esquadra, la FNEC lo celebró. En el perfil de Twitter la entidad, cantera de convergentes y republicanos, felicitó públicamente a Sallent.
“Nos alegramos de tener a un patriota, avalado por su trayectoria (incluyendo la secretaría general de la FNEC en 1992) como máximo dirigente de Mossos. Esperamos que, con su nombramiento, los Mossos se alejen del españolismo y vuelvan a ser una estructura de Estado al servicio del país”, rezaba el texto.
Como ha quedado evidenciado en sus redes, por la FNEC también pasaron la expresidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ACN) Elisenda Paluzie, que hizo las veces de secretaria de finanzas; el empresario David Madí, investigado en el caso ambulancias; el exconseller de Interior Joaquim Forn, que fue su presidente entre 1985 y 1988, y el actual presidente de ERC, Oriol Junqueras.
La convocatoria, en los tribunales
Al margen de su trayectoria, los sindicatos se apoyan en las bases de la convocatoria para alegar que el Departamento de Interior puede estar incurriendo en una irregularidad, pues los únicos requisitos que recogen la convocatoria son: ser comisario en activo, presentar un formulario de solicitud dentro del plazo estipulado y aportar la acreditación de un pago de la tasa de inscripción, de 70 euros.
"No se indica la necesidad de aportar ningún currículum, así como tampoco la realización de ninguna prueba para que los participantes puedan acreditar que disponen de los conocimientos y las aptitudes de idoneidad suficientes como para poder ocupar esa plaza", el máximo rango dentro de la organización. Según los sindicatos, la consejería no se ha molestado en especificar estos criterios porque la plaza ya tiene nombre y apellidos.
Por eso, el Sindicato Autónomo de Policía (SAP-FEPOL) y el Sindicato de Mossos d’Esquadra (SME-FEPOL), como ya había hecho anteriormente USPAC, impugnaron la convocatoria mediante un recurso contencioso administrativo al entender que el proceso no se ha hecho con transparencia. En respuesta, la titular del Juzgado Contencioso Administrativo número 8 de Barcelona abrió una pieza separada sobre la convocatoria de la plaza de segundo major de los Mossos d’Esquadra y dio un plazo de 10 días para que el Departamento de Interior demostrara que el proceso está dentro de la legalidad vigente.
"Inaudito y éticamente reprobable"
Ahora, en una huida hacia adelante, tras conocerse las últimas encuestas que vaticinan que ERC quedaría por detrás del PSC y Junts, con el riesgo de perder la Conselleria de Interior, se ha acelerado el proceso. Desde la realización de las entrevistas el viernes, la comisión de valoración que preside Pere Ferrer tendrá un día y medio -hasta el domingo- para decidir, mediante la emisión de un informe, qué candidato es el idóneo para empezar con el curso de adecuación en el ISPC.
También podrá pronunciarse la semana que viene, tras las elecciones y con el Gobierno todavía en funciones. Haga lo que haga, apuntan las voces policiales, “sería inaudito y éticamente reprobable” que un gobierno encaminara una decisión tan importante para el cuerpo antes de irse y estando en funciones para "blindar a alguien de su cuerda".
De todas formas, avanzan las mismas fuentes, si Trapero dirige finalmente los Mossos, “podrá relegarlo, como hicieron con él, a hacer fotocopias en Les Corts por más de 90.000 euros anuales” y colocar a alguien de su confianza, como el comisario Josep Maria Estela, que ya fue jefe del cuerpo y con el que mantiene una buena relación. Es la respuesta, apostillan, a la famosa purga en la que ERC “se cargó a mandos operativos que demostraron su valía respondiendo a injerencias políticas”.