Los funcionarios de prisiones retoman las protestas contra la Consejería de Justicia de la Generalitat este miércoles con movilizaciones en la plaza Sant Jaume de Barcelona tras el asesinato de Núria, la cocinera de Mas d’Enric (Tarragona), hace hoy una semana.
Las manifestaciones surgieron de forma “espontánea y al margen de los sindicatos”, subrayan los trabajadores, que indican que se están autoorganizando de forma asamblearia. “No hay cabecillas, nadie se ha impuesto, los organizadores somos toda la plantilla”, apostillan.
Se organizan en círculos privados
Las protestas, que cortaron los accesos a las cárceles catalanas el viernes y el lunes, dejando más de 4.000 presos encerrados en sus celdas durante toda la jornada, se deciden en asamblea en cada uno de los centros penitenciarios.
“Se está organizando de forma muy discreta, mediante el boca a oreja entre compañeros de máxima confianza para evitar que algún topo lo traslade a la dirección”, explica un funcionario de Quatre Camins (Barcelona), prisión que permaneció, junto a la de Mas d’Enric (Tarragona), bloqueada todo el fin de semana.
Estos cortes en los accesos, añaden las mismas voces, se gestaron en círculos privados, al margen de las pautas de los sindicatos, que en contra de lo que es habitual, van a rebufo del ritmo que les marcan sus afiliados.
Los ‘samarretes negres’
El día que Núria fue brutalmente asesinada en la cocina de Mas d’Enric, entre los funcionarios de prisiones surgió la iniciativa de crear un grupo de Whatsapp que fue bautizado como Samarretes negres.
El objetivo era ponerse de acuerdo para acudir al día siguiente a sus puestos de trabajo de luto, y no con el uniforme ordinario, en señal de duelo por la pérdida de su compañera, pero también de protesta. Este grupo, que una semana después acumula más de 1.000 usuarios en Whatsapp y más de 3.000 en Telegram, ha sido un espacio en el que los funcionarios de prisiones de toda Cataluña se han mostrado apoyo tras el brutal crimen de su homóloga.
Unión absoluta de la plantilla
Pero las manifestaciones no se gestaron aquí, sino dentro de los pasillos de las propias cárceles, y se comunicaron en grupos paralelos de mensajería instantánea a los que pertenecen sólo personas de confianza. En estos espacios se hacen las propuestas, en petit comité, que después se votan de forma asamblearia. Este es el motivo de que en algunas cárceles el lunes se abriersen las celdas y en otras no, pues la decisión fue en exclusiva de quienes trabajan dentro de ellas.
“Detrás no hay ningún sindicato ni ninguna plataforma”, apostillan las fuentes consultadas. De hecho, advierten, no dejarán que las organizaciones sindicales se apropien de este movimiento. “Esto es el sentir generalizado de los trabajadores, al margen de que estén o no sindicados. Hay una unión absoluta de la plantilla”, aseguran.
Por su parte, los cinco sindicatos -Csif, InterSindical, Acaip, UGT Prisiones, IAC-CATAC y CCOO- han dejado al margen sus discrepancias y también se han cuadrado en contra de la actual cúpula de Justicia. De forma unitaria piden la dimisión de la consellera, Gemma Ubasart, y del secretario de medidas penales, Amand Calderó. Así las cosas, anuncian que apoyarán a la plantilla en todas las decisiones que tomen, aunque esto pase por volver a bloquear los centros penitenciarios.
ERC, contra las cuerdas
Esta rara avis, en la que han sido los propios trabajadores quienes han arrastrado a los sindicatos a un parón, y no al revés, supone el peor escenario para ERC a las puertas de la celebración de las elecciones autonómicas el próximo 12 de mayo. Esta movilización en bloque evidencia que la desafección de la plantilla funcionarial es generalizada.
Así las cosas, mientras Ubasart se aferra a su sillón y el Govern blinda al número dos del departamento, Calderó, los funcionarios advierten de que, tras la breve tregua del martes, si no hay dimisiones volverán a bloquear las prisiones.
Así lo harán, anuncian, independientemente de que les apliquen las sanciones disciplinarias con las que los amenazó la consellera durante una rueda de prensa el lunes. “Nos volveremos a organizar, y si nos expedientan protestaremos todavía más”.
Respaldo de los reos
De hecho, sostienen que cuentan con el apoyo de la mayor parte de la población reclusa, pues los internos les han trasladado que “entienden que la situación es de máxima gravedad” tras el asesinato de Núria. “¡Aguanten, aguanten! Es bueno para ustedes y también para nosotros”, asegura que les han dicho en Quatre Camins.
“Los internos también necesitan tranquilidad tanto en los patios como en los módulos: no quieren ataques de una minoría violenta, ni peleas, ni coacciones, ni chantajes, ni que otros les obliguen a meter droga tras un permiso”, expresa en la misma línea un funcionario de Brians 1, que sostiene que cuentan con el respaldo de los reos.
“El 90% de las personas que acaban en prisión lo hacen por un error o porque tienen una vida desestructurada, pero quieren cumplir su condena e irse a sus casas sanas y salvas”, expresan las mismas voces, que recuerdan que este año uno de ellos murió a manos de su compañero de celda. “Ellos también merecen seguridad, estamos luchando por nuestros derechos y por los suyos”, defienden los trabajadores.
El peor de los escenarios para Aragonès
El crimen de Núria ha sido el detonante tras meses solicitando más efectivos en las cárceles y medios para frenar la oleada de agresiones de las que son víctimas los funcionarios, pero también los reos. Ahora, dicen los trabajadores, no pararán. Se abre el peor de los escenarios al que se podría enfrentar Aragonès a las puertas de unas elecciones anticipadas.