Borràs se acerca a Turull y da esquinazo a la ‘war room’ para salvar su sueldo de Junts tras el 12 de mayo
- La presidenta del partido intenta limar asperezas con el secretario general para evitar que le mueva la silla después de las elecciones autonómicas
- Es consciente de que está inhabilitada y que esa es su única opción de continuar cobrando por representar las siglas
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La convocatoria electoral anticipada por parte del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha pillado desprevenidos a varios partidos políticos, especialmente a un Junts que pensaba que tendría más tiempo para sacar rédito de la aprobación de la ley de amnistía en el Congreso de los Diputados.
Los neoconvergentes también contaban con tener varios meses para hacer campaña a favor de que Carles Puigdemont regresase a Cataluña y, así, calentar el ambiente entre el electorado independentista. Ahora, todos esos planes han saltado por los aires. La anticipación de las urnas ha obligado a algunos dirigentes a moverse para salvar su sueldo tras el 12 de mayo. Es el caso, por ejemplo, de Laura Borràs.
Según ha podido saber este medio, la presidenta de Junts está intentando limar asperezas con el secretario general, Jordi Turull, con quien ha tenido sus diferencias durante estos años con motivo de la guerra de poder permanente en la que vive la formación posconvergente. El primero de sus enfrentamientos tuvo lugar a raíz de que la dirigente fuera investigada por corrupción por su caso del Institut de les Lletres Catalanes (ILC).
Inhabilitada
Después, a raíz de la polémica relacionada con su núcleo más cercano, plagado de perfiles polémicos. Es el caso del diputado Francesc de Dalmases y su rifirrafe con una periodista de TV3; o el de Aurora Madaula y su denuncia por “violencia silenciosa” por parte de sus “compañeros y compañeras”. Y también el de Cristina Casol, ya expulsada del partido después de que la Oficina de Igualdad del Parlament determinase que no hay pruebas de su denuncia de acoso en las filas neoconvergentes en el Parlament.
Aunque en un principio Borràs mostró su apoyo a estas personas -nunca de manera explícita-, con el paso del tiempo ha ido matizando estas relaciones y, a su vez, enterrando el hacha de guerra con Jordi Turull. La presidenta de Junts es consciente de que está inhabilitada por prevaricación y falsedad documental, y que su única opción de continuar cobrando un cuantioso sueldo por representar las siglas del partido es estar a buenas con el secretario general.
La primera línea política
“Borràs no tiene un pelo de tonta. No tiene la guerra tan abierta con el sector turullista, vive de un sueldo que sale del partido”, expresan las voces consultadas. Si bien ha recuperado su plaza de catedrática, no cabe duda de que a Borràs lo que le realmente le agrada es estar en la primera línea política. Obtener un cargo en la lista del Parlament al 12M no será posible ya que está inhabilitada, por lo que la única forma de salvar su salario orgánico es contar con la aprobación de Turull en el partido.
Un acercamiento que ha generado decepción entre algunas personas de su círculo, considerando que ha dado esquinazo a parte de las personas que hasta ahora le han dado apoyo, y que Borràs les debe mucho. Han sido sus defensores durante esta legislatura difícil para la expresidenta del Parlament, y algunas voces consideran que ahora ella les intentará compensar consiguiéndoles un hueco en la lista.
Turull, el hombre que no decide
Las mismas fuentes consideran que Dalmases podría acabar yendo en la papeleta electoral, aunque sí ven “imposible” que Madaula logre entrar tras la polémica de su denuncia. Será la oportunidad de oro para que Turull se “quite de encima a esas personas” que han generado crisis en el seno del partido en los últimos meses.
“Ella hará cuatro clases, pero no quiere dejar el sueldo y el coche que tiene con la política”, advierten sus críticos. Con todo, la previsión es que Borràs siga siendo presidenta de Junts y que Turull no haga cambios para no agitar las aguas y los conflictos internos. Las fuentes consultadas creen que no tocará a Borràs hasta que se celebre un congreso, donde sí podrían darse algunos cambios orgánicos con una justificación más política y menos personal. Por suerte para Borràs, ese horizonte aun queda lejos. "Como mínimo un año", agregan.