Ara toca Catalunya. Es el lema con el que Salvador Illa sale a ganar las elecciones autonómicas del 12 de mayo, anticipadas por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, tras no lograr los apoyos necesarios para la aprobación de los presupuestos. Al PSC no le sorprendió con la maquinaria electoral a medio gas, más bien todo lo contrario. La convocatoria ha coincidido con la celebración de su 15 Congreso. Un cónclave en el que el primer secretario ha contado con el apoyo del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y del presidente Pedro Sánchez, y del que ha salido una nueva ejecutiva que le debe acompañar hacia su objetivo: gobernar la Generalitat.
En una entrevista con Crónica Global, el ya proclamado candidato a los comicios del 12M asegura que su prioridad es “pasar página” de 10 años procés que no han traído nada bueno para Cataluña. También se muestra convencido de que la amnistía no solo no afectará a sus buenas perspectivas electorales, sino todo lo contrario.
- Una de las personas que se incorporan a la ejecutiva es la alcaldesa de Santa Coloma, Núria Parlon. ¿Es esto una señal de que el PSC cierra viejas heridas, como la aplicación del 155, y que regresa a su perfil más catalanista?
- El PSC cerró las posibles heridas en anteriores congresos. Es el reconocimiento a una labor política muy positiva que ha desarrollado Núria Parlon. Ya ejercía un papel importante dirigiendo todas las políticas en materia de seguridad y convivencia, y a esto le añadimos ahora el papel de ser portavoz, de trasladar a la sociedad los acuerdos que adopta el PSC. Es un valor político muy relevante.
- Este fin de semana hemos visto a José Luis Rodríguez Zapatero y a Pedro Sánchez en el 15 Congreso. ¿Vendrán mucho en campaña?
- Este lunes propondré a la ejecutiva quién tiene que dirigir nuestra campaña: propondré que sea la viceprimera secretaria, Lluïsa Moret. Zapatero y Sánchez son dos personas muy queridas, no solo por los socialistas catalanes, sino por el conjunto de la sociedad catalana, y que aportan mucho. Pero la campaña girará en torno al candidato y al resto de personas que me acompañan en las candidaturas, así que toda la ayuda que podamos recibir del presidente Sánchez y Zapatero será bienvenida.
- ¿Se plantea esta campaña algún fichaje estrella para las listas? En la campaña anterior anunció a Maurici Lucena.
- Anuncié que Maurici Lucena llevaría los asuntos económicos si gobernaba la Generalitat. La configuración de las listas la hacemos nosotros, primero, escuchando a los compañeros. Vamos a abordar este debate justo después de semana santa. Acabamos de finalizar un Congreso, hemos renovado la dirección y vamos a ir paso a paso.
- Hay quienes aseguran que ERC y PSC buscaban esta convocatoria electoral manteniéndose con el Hard Rock… ¿Es así?
- No es así. Nosotros llegamos a un acuerdo no para ayudar a Pere Aragonès, sino para evitar perjuicios a la sociedad catalana. Pensábamos que era bueno que hubiese acuerdo presupuestario, pero quienes lo han hecho imposible fueron los que invistieron a Aragonès, Junts y la CUP; y los comunes que, por tres ocasiones en presupuestos anteriores, incluso en el de Torra, facilitaron cuentas donde se destinaban recursos para este proyecto. A partir de aquí las cosas han ido como han ido y lo mejor es que los catalanes voten cuanto antes.
- ¿Es oportuna esta campaña para el PSC?
- No era una decisión que nos correspondiera a nosotros. Hemos practicado una política útil, enfocada a resolver problemas. No nos va ni bien ni mal. El partido está preparado, yo me siento preparado y Cataluña está preparada. Una Cataluña que se abre paso y que quiere dejar atrás años que no han sido nada buenos.
- En el 15 Congreso ha definido muy claramente cuáles son sus objetivos: hablar de Cataluña, ser propositivo y hablar de los grandes retos pendientes. Pero hay otro elemento, Carles Puigdemont. ¿Eso desplazará hablar de problemas reales?
- En nuestro caso, no. Vamos a respetar que cada uno tome sus decisiones, pero nosotros vamos a hablar de que en Cataluña, lo primero ahora, son los servicios públicos: las infraestructuras hidráulicas, energéticas, la movilidad, la vivienda, la educación que está a la cola de España, la sequía que nos encuentra sin estar preparados... Es decir, hablaremos de la calidad y la prosperidad que merece Cataluña y que han bajado en estos últimos diez años con las presidencias de Mas, Puigdemont, Torra y Aragonès.
- ¿Cree que Puigdemont puede participar en un debate de candidatos?
- No lo sé, pero es que tampoco alterará en nada, con todo el respeto, nuestro planteamiento de campaña. Ya ha participado en otras ediciones y hemos visto el resultado. Nosotros a las cosas, a defender un autogobierno fuerte, una presidencia de la Generalitat que una a los catalanes, que ponga los servicios públicos como primer objetivo y comprometernos con una España plural y diversa y a volver a ser respetados en Europa.
- El fin de semana, Pere Aragonès le llamó “delegado de Moncloa”. No es la primera vez que ERC le hace un cordón sanitario al PSC. ¿Cómo casa esto con la Cataluña del respeto y de la concordia?
- Yo no defiendo mi proyecto político descalificando a nadie, sino con propuestas. Probablemente, ese tipo de comentarios pueden encontrar su explicación en el hecho de que puede resultar difícil explicar por qué no estamos preparados para afrontar la sequía cuando su partido, junto a Junts, han gobernado los últimos diez años. O por qué la educación ha pasado a ser la peor de España o por qué somos incapaces de tomar decisiones para actualizar y poner al día nuestras infraestructuras de movilidad y aeropuertuarias... Probablemente de todo eso tengan poco que decir y tengan que abordar otras cuestiones. Allá ellos. El PSC tiene un proyecto y personalidad definidas.
- ¿Con quién se ve gobernando la Generalitat?
- Primero hay que dejar que hablen los ciudadanos el 12 de mayo y que, con su voto, nos den indicaciones de qué confianza merece cada una de las formaciones. A partir de ahí, habrá que ver. Yo aspiro a recibir una confianza mayoritaria y me gustaría que fuera lo suficientemente mayoritaria como para poder desplegar mi proyecto de gobierno con las mínimas ataduras posibles.
- ¿Se han enfriado las relaciones con los comunes a raíz de las fricciones en Barcelona?
- Por mi parte, no. Tengo mucho respeto por todas las fuerzas políticas y, en este caso, compartimos un ámbito de izquierdas. No estoy de acuerdo con lo que han hecho y me parece que sus argumentos no se ajustan demasiado a la realidad, pero Barcelona es un ámbito institucional con entidad propia.
- ¿Sería un fracaso que las divisiones en el Parlament propiciaran una repetición electoral?
- Una repetición electoral nunca es buena. La obligación de los representantes políticos es ser capaces de construir un esquema de gobierno de acuerdo con las preferencias de los ciudadanos. Eso es avanzar. La ciudadanía va a hablar con claridad el 12 de mayo y, a partir de ahí, veremos.
- ¿Ve al PP absteniéndose como hizo en el Ayuntamiento de Barcelona para evitar que haya un presidente independentista?
- Yo veo a un PSC con una confianza muy relevante por parte de la ciudadanía. Lo demás es anticipar escenarios que no corresponden. Me parece que es muy importante lo que nos jugamos el 12 de mayo: hay que decidir si pasamos página, trabajamos para unir a los ciudadanos y ponemos por delante unos servicios públicos de calidad. Me parece que la ciudadanía tiene que expresarse con claridad. La opción política en condiciones de garantizar que eso se pueda hacer es la que yo represento.
- En 2021 el PSC captó parte del voto de Ciudadanos. ¿Teme que este electorado se vaya con la amnistía o Cataluña ya la tiene interiorizada?
- Yo no creo que esto ocurra. Cada ciudadano es libre, pero Cataluña lo que quiere es no repetir errores del pasado, recuperar un clima de convivencia y no estar en un ejercicio estéril de subrayar aquello que nos separa. Eso es lo que nosotros intentaremos llevar a la práctica. La sociedad catalana valora muy positivamente todo lo que sea desde la fortaleza, solidez y tomar medidas generosas para recuperar la convivencia.
- La militancia habla del 'ahora o nunca'. ¿Tiene usted esa sensación o teme a ese 'nunca?
- No, tengo mucha confianza en el ahora. Este congreso ha sido muy especial, yo he sentido mucho afecto y entusiasmo por parte de los militantes. Esa Cataluña que quiere pasar página se está abriendo paso y está diciendo ya basta. Que venga quien quiera, piense lo que piense y hable la lengua que hable. Vamos a centrarnos en tener infraestructuras hidráulicas para hacer frente a la sequía, a trabajar para que la educación no esté a la cola de España... Eso es lo que quiere la gente.