El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido que las medidas de gracia otorgadas a los partidos independentistas a cambio de su investidura son el instrumento para avanzar hacia "la normalización política". "Cuando la convivencia gana, ganan el crecimiento económico, la estabilidad y los ciudadanos", ha expresado el secretario general del PSOE días después de que el Congreso de los Diputados aprobase la Ley de Amnistía que perdonará a los involucrados en el referéndum ilegal del 1-O y permitirá que vuelvan, entre otros, el expresidente de la Generalitat fugado, Carles Puigdemont.
Así lo ha dicho en la tercera y última jornada del 15 Congreso del PSC que ha dado el pistoletazo de salida a la campaña para las elecciones autonómicas del 12 de mayo. El socialista ha querido arropar a Salvador Illa, el barón territorial cuyos resultados permitieron en gran parte que en julio de 2023 pudiese continuar en Moncloa. No han faltado otros dirigentes como la vicepresidenta María Jesús Montero, la ministra y portavoz Pilar Díaz; así como alcaldes, diputados, eurodiputados del partido y miembros de la sociedad civil.
De este cónclave no solo saldrá un Illa reforzado que se ha hecho con el control total del partido, tras dar carpetazo a la era de Miquel Iceta, sino una línea política y una nueva ejecutiva que deberá ayudar a avanzar hacia "un gobierno progresista y responsable con liderazgo y ambición transformadora" que se aleje de los espectáculos que han protagonizado Junts y ERC en los últimos años y que la han dejado en emergencia por sequía y a la cola en educación.
"El resquemor y rencor" de otros partidos
En un Palacio de Congresos de Cataluña abarrotado y que ha recibido a Illa con gritos de president, Sánchez ha abanderado tener un proyecto "claro para Cataluña" y "definido para España", a diferencia de una derecha y ultraderecha que solo defienden la "polarización, la destrucción y un 155 permanente" [en alusión al artículo de la Constitución que se aplicó tras la declaración unilateral de independencia].
Pero más ha disparado contra el PP, cuyo patriotismo "acaba en sus bolsillos". "No hay nada más antipatriota que defraudar a Hacienda, porque con los impuestos todos financiamos la hospitales públicos, la educación, la dependencia de nuestros mayores y las jubilaciones", ha dicho en alusión a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, involucrada en una nueva polémica por un supuesto fraude por parte de su pareja.
También ha dedicado su discurso a criticar el "resquemor y el rencor" de algunos partidos políticos que basarán la campaña electoral en decir que no harán presidente de la Generalitat a Salvador Illa. "Todos los que miran a 2017 se han puesto de acuerdo en que no van a dar sus votos para que Illa sea presidente. Que no se preocupen porque van a ser los catalanes, con todas las sensibilidades políticas, los que te lleven a la Generalitat", se ha dirigido al ya proclamado candidato al 12M. Unas palabras que llegan el día después de que el republicano Pere Aragonès advirtiese de que no dará sus apoyos a un socialista al que tildó de "delegado de Moncloa", si bien cabe recordar que sí aceptó sus votos para sacar adelante los presupuestos --finalmente fallidos por el no de los comunes--.
"Cataluña está mejor que en 2017"
Para pasar página y avanzar del "declive que Cataluña vive desde hace 10 años", el presidente del Gobierno ha aupado a Salvador Illa --Salva, para él--. Un dirigente de quien ha destacado su "templanza" y su capacidad de hacer frente a "todos los insultos, insidias y polarización de la derecha". "Yo reivindico lo que practica Illa: la templanza para hacer política y un proyecto definido de creación de empleo, de derechos y de convivencia", ha espetado.
Asimismo, ha insistido en que la comunidad hoy está mejor que en 2017 --el momento más álgido del procés-- y se ha mostrado convencido de que en 2028 estará "aun mejor que en 2024, con un gobierno socialista en España y otro en Cataluña".
Sánchez se la juega el 12M
No será la primera vez que Sánchez se deje ver en Cataluña, una comunidad donde sabe que se la juega. Su política de diálogo con ERC y Junts, con medidas polémicas como los indultos o la amnistía, serán puestas a prueba en las elecciones catalanas del 12 de mayo. Se espera un gran resultado del PSC, pero si finalmente logra formar gobierno y dar carpetazo a la presidencia de Pere Aragonès, el secretario general del PSOE no solo ganará la Generalitat. También saldrá reforzado en el relato del debate nacional, acallando las críticas de un PP y Vox que le acusan de dar alas al independentismo.
Además, un éxito en los comicios supondrá un punto y aparte tras los malos resultados en las elecciones gallegas, y le permitirán coger fuerza en el Congreso frente a la dura oposición de Alberto Núñez Feijóo. Otro cantar será cómo gestionar la relación con ERC y Junts si estos pierden la Generalitat y se ven desprovistos de la joya de la Corona en Cataluña.