De ser superado en número de diputados por Ciudadanos en 2017 a acariciar el poder de la Generalitat y gobernar la mayoría de ayuntamientos y diputaciones de Cataluña. Es la historia resumida del PSC en los últimos años, un partido que ha tenido altibajos, pero que siempre ha mantenido su fuerza municipalista y que, ahora, ha hecho de la amnistía su principal bandera para pasar página a los años de declive por el procés.
Con el objetivo de poner punto y final a esa etapa negra protagonizada por los partidos independentistas, el PSC ha querido redefinir la estrategia a seguir en los próximos años. Lo ha hecho en el 15 Congreso, que está teniendo lugar este fin de semana en Barcelona, en el Palacio de Congresos de Cataluña, y en el que 1.200 delegados de todo el territorio se han desplazado para apoyar a Salvador Illa, que ha sido reelegido no solo como primer secretario, sino también como candidato a las elecciones autonómicas del 12 de mayo. Una exhibición de músculo y fuerza orgánica como pistoletazo de salida a su propia campaña electoral.
Illa reforzado en el 15 Congreso
Del congreso no solo saldrá un Illa reforzado que se ha hecho con el control total del partido, tras dar carpetazo a la era de Miquel Iceta, sino una línea política que vendrá marcada por una ponencia que se votará este domingo y que pide avanzar hacia "la Cataluña de 2030". Una comunidad que necesita, "como nunca, un gobierno progresista y responsable con liderazgo y ambición transformadora " que se aleje de los espectáculos que han protagonizado Junts y ERC en los últimos años y que la han dejado en emergencia por sequía, a la cola en educación y en otros temas importantes como la transición energética.
En esta nueva etapa Pedro Sánchez tiene un papel clave. El presidente del Gobierno y primer secretario del PSOE no solo se juega su estabilidad en la legislatura en el Congreso de los Diputados --donde depende del apoyo de sus socios independentistas--, sino su credibilidad tras haber aprobado la amnistía. Una polémica ley que supone el regreso a la "convivencia, el diálogo y los acuerdos" y que confían en que no influirá entre un electorado de talante conciliador y, además, que se encuentra ansioso por pasar página de aquellos años.
Problemas reales y municipalismo
"Cataluña se merece abrir una nueva etapa de mirada larga con el liderazgo y el equipo de gobierno del PSC ante una Generalitat que recupere la confianza institucional de toda la ciudadanía", expresan los socialistas en el documento marco que se votará y acabará de definir este domingo y que tampoco olvida otros problemas actuales como la educación, la transición ecológica, el conocimiento económico justo y sostenible o la igualdad. Los problemas reales de los catalanes que los socialistas quieren poner en el foco frente a la voluntad de los partidos independentistas, especialmente Junts, de volver a las cuestiones vinculadas con el procés.
Si hay algún atributo que puede definir al PSC es el municipalismo. El mismo que le ha permitido sobrellevar los años de mayor fragilidad en el Parlament. El partido, que gobierna la mayoría de ayuntamientos de Cataluña, es consciente de que el verdadero poder se encuentra en estas administraciones fundamentales para dar respuesta a los problemas reales de los catalanes, y que sus alcaldes le garantizan una red de apoyos a nivel vecinal y de entidades fundamental para seguir creciendo electoralmente. Esta bandera la seguirá poniendo Illa en valor en las próximas semanas, como también ha venido haciendo desde los municipios municipales del 28 de mayo del año pasado.
¿Cómo debe ser la escuela catalana?
La educación es otra de las prioridades de los socialistas en esta etapa. Los resultados PISA demostraron que Cataluña no va bien en lo que se considera el pulmón de la futura prosperidad económica del territorio. Más allá de garantizar una buena escuela inclusiva, reducir el abandono escolar prematuro y garantizar la equidad en el sistema, el PSC apunta hacia un modelo que garantice que los alumnos controlen el catalán, el castellano y el inglés al acabar la educación secundaria obligatoria.
Sin mencionar el modelo de inmersión lingüística, el partido aboga por "desactivar la lengua como una fuente de conflicto partidista e identitario"; así como en ejercer las competencias que establece el Estatut y que Cataluña sea la comunidad que lidere la reforma de una financiación "más justa y solidaria". Una respuesta conciliadora para uno de los temas políticos mas candentes durante los últimos años de procés.
Preparado para la campaña
Con todo, el PSC ya está preparado para afrontar la campaña electoral que ha dado su pistoletazo de salida en el cónclave de un Palacio de Congresos abarrotado y que el domingo cerrará con la intervención de Pedro Sánchez y con un nuevo equipo que deberá empujar para que Salvador Illa gobierne la Generalitat.
Ahora o nunca. Es una de las frases más repetidas por los dirigentes y cuadros socialistas que este fin de semana se han conjurado para convertir a Illa en el líder que pueda hacerles recuperar la Generalitat y abrir "una nueva etapa" para Cataluña.
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