Pere Aragonès ha remodelado el Gobierno de la Generalitat para tomar oxígeno en el final del madato. Laura Vilagrà asciende de consejera de Presidencia a la vicepresidencia del Ejecutivo catalán, mientras que la mano derecha del líder de ERC en el Palau, Sergi Sabrià, toma poder al sumarse el Consejo Ejecutivo en un cargo de nueva creación. Será viceconsejero de Estrategia y Comunicación.
De esta forma, el president refuerza su núcleo para afrontar lo que le queda de legislatura. Y es que el republicano ha asegurado que su intención es convocar elecciones en febrero de 2025, tal y como estaba previsto.
Una "nueva fase" de la legislatura
"Las elecciones serán cuando toquen", ha sentenciado tras la reunión semanal del Consell Executiu. También ha asegurado que el ascenso de Vilagrà tiene que ver con una "nueva fase" de la legislatura marcada por las negociaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez y con cuestiones que siguen sobre de la mesa como, por ejemplo, el traspaso de Rodalies o "la implementación de la amnistía".
Todas ellas, son "tareas de carácter político mucho más estructural", ha agregado el president.
Días después de ser reelegido como candidato
Pero estos cambios en el Govern no son casuales. Llegan días después de que Aragonès haya sido avalado por Esquerra Republicana como el candidato a las elecciones catalanas, despejando así las dudas sobre quién sería el cabeza de cartel: si él o Oriol Junqueras, quien se especulaba podría presentarse si los plazos de la ley de amnistía lo permitían.
De este modo, el presidente de la Generalitat ha decidido dar un golpe de autoridad en el partido, con unos movimientos que podrían entenderse como una estrategia para reforzarse con personas de confianza y activar el chip preelectoral.