El "silencio" de Madaula impulsa a los pragmáticos de Junts a convocar un congreso extraordinario para cesarla
El sector moderado de la formación esperará al 'consell nacional' de enero para ver si la vicepresidenta del partido da explicaciones; si no lo hace, podrían empezar el procedimiento para echarla por la otra vía
20 diciembre, 2023 00:00Noticias relacionadas
Calma tensa en Junts. La vicepresidenta de la formación y secretaria segunda de la Mesa, Aurora Madaula, sigue de baja médica por enfermedad y el cabreo en el sector pragmático no hace más que crecer por un "silencio" que, a su parecer, no hace más que dilatar lo que es inevitable: "Tarde o temprano tendrá que dimitir", expresan las fuentes consultadas por Crónica Global.
Casualidad o no, la baja llegó días después de que pronunciase un polémico discurso asegurando que en su partido había "violencia silenciosa", y levantó ampollas en el ala más moderada de la formación. Es la misma que, liderada por el secretario general, Jordi Turull, está deseando quitarse de encima al círculo de Laura Borràs, más partidario de estrategias hooligans y del todo vale para lograr la independencia de Cataluña.
De ese círculo, que algunos definen como "tóxico", forman parte dirigentes como la propia Madaula, Borràs o Francesc de Dalmases. Todos ellos tienen algo en común: en los últimos tiempos han generado al partido quebraderos de cabeza, ya sea por casos de presunta corrupción o por abuso de poder.
"Violencias silenciosas"
El inicio del caso Madaula se remonta al 25 de noviembre, cuando aprovechó el pleno de mujeres del Parlament para denunciar "violencias silenciosas" por parte de "compañeros y compañeras". Sus palabras generaron un gran malestar en el grupo parlamentario al considerar que iban con segundas intenciones, por lo que llevaron el discurso a la comisión de garantías que se dio diez días para decidir si se debía tomar represalias contra una de las favoritas de Laura Borràs.
Días más tarde, Madaula se cogió la baja, lo que ha retrasado su declaración en este organismo interno del partido que debía decidir si sus declaraciones deben ser o no castigadas.
Busca ganar tiempo
Tras dos semanas, Madaula sigue "desaparecida", explican fuentes de la formación, que avisan de que su "silencio no la beneficiará, sino todo lo contrario". Y es que consideran que el alejarse del foco mediático sólo le permitirá ganar tiempo, pero no evitará que finalmente tenga que irse.
Este será uno de los temas candentes que surgirán en el consell nacional que Junts celebrará en enero. Sus críticos pedirán la dimisión, aunque vaticinan que ella no acudirá a la cita. "No dará la cara", lamentan las mismas voces, que avisan de que, "si es capaz de dar discursos de ese calibre en el Parlament, también debe serlo para dar explicaciones ante su partido".
Un as bajo la manga
Si Madaula planta a sus compañeros, "se generaría tal cabreo" que algunos buscarán iniciar el procedimiento para convocar un congreso extraordinario. Necesitan el apoyo del 10% de la militancia -650 firmas- y, automáticamente, los cargos entrarían en funciones hasta que se eligiese un nuevo equipo. Ese vendría a ser el "as bajo la manga" de aquellos que quieren quitarse de encima a Laura Borràs y compañía, aunque Turull es "reacio, por el momento".
Y no es para menos. En estos momentos, Junts no sólo vive en guerra interna por el poder, sino que también sufre turbulencias con motivo de un profundo debate ideológico. Primero, por la eterna disyuntiva entre volver a la moderación de Convergència o seguir anclados en el post-procés. Y, segundo y no menos importante, por la necesidad de frenar el paso a una eventual candidatura de Alianza Catalana, la formación xenófoba de la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols.
Saltan las alarmas en Junts
El riesgo de que Orriols se presente como candidata a las próximas elecciones catalanas es real y, por ello, ha hecho saltar todas las alarmas en Junts, ya que podría robarle votantes tanto en el eje independencia-constitucionalismo como en el eje izquierda-derecha. En este sentido, Junts propone aplicar la mano dura a los inmigrantes que delinquen, tal y como han demandado los alcaldes de la formación en el Maresme a raíz del polémico caso de Calella. Turull ha respaldado el posicionamiento de los alcaldes durante los últimos días y, ahora, la exalcaldesa de Girona Marta Madrenas -diputada de Junts en el Congreso- ha añadido más leña al fuego. Ha acusado al Gobierno de destinar más inmigrantes a Cataluña que a otras autonomías, reclamando que la Generalitat pueda decidir los flujos migratorios.
Con todo, Junts se está adentrando en un viaje sin retorno que tendrá profundas consecuencias en la estructura orgánica y las coordenadas ideológicas y discursivas del partido. Con Carles Puigdemont en Bruselas centrado en negociar con el PSOE y salvar la amnistía, y Borràs cada vez más aislada, será Turull quien deba navegar un barco que puede dirigirse contra las rocas en las próximas autonómicas.
"Viene de la tradición convergente, de no buscar líos y de encontrar salidas pactadas y negociadas", apuntan las fuentes que le ven poco amigo de decisiones drásticas como apartar por las malas a Aurora Madaula. Veremos si la mente fría del dirigente es suficiente para que la secretaria segunda de la Mesa sobreviva unos meses más o si tiene los días contados.