El constitucionalismo catalán quema su último cartucho contra la investidura de Sánchez
- PP, Ciudadanos y Vox se agarran a la amnistía que negocia el PSOE con los independentistas para encontrar su espacio electoral en Cataluña
- Líderes de la formación naranja y populares se suman a una nueva protesta el 12 de noviembre en Barcelona
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Los pactos entre el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez y el de la Generalitat han desinflamado el conflicto en Cataluña y dado la puntilla en los últimos años a un procés en horas bajas desde 2017, cuando se vivieron los momentos más álgidos en los días previos y posteriores al referéndum ilegal del 1 de octubre.
Las consecuencias de este deshielo se han dejado notar en el tablero electoral catalán, con el PSC como partido hegemónico en el Parlament de Cataluña y a nivel municipal, y unos partidos independentistas desorientados, caminando entre colaborar con la gobernabilidad de España apoyando la investidura del socialista y una retórica nostálgica en torno al 1-O, pero sin volver a desobedecer.
Una nueva bandera a la que agarrarse
Un destino en tierra de nadie en el que también se encuentran los partidos constitucionalistas. Unos partidos, PP, Ciudadanos y Vox, que hicieron de la lucha contra el procés su principal activo electoral y que, ahora, tienen dificultades para encontrar su espacio en la política catalana.
No obstante, en los últimos meses, parecen haber encontrado una nueva bandera a la que agarrarse con la oposición a la amnistía que negocia el PSOE con ERC y Junts como elemento troncal de su discurso. Prueba de ello es cómo han venido protagonizando, tanto en Barcelona como en Madrid, sucesivas manifestaciones contra la política de pactos de Pedro Sánchez. Una oposición a pie de calle con un doble objetivo. Por un lado, desgastar al Gobierno; por otro, marcar perfil tras el resurgir del proyecto político de Sánchez el pasado 23J.
La amnistía, un clavo ardiendo
Tras un septiembre y octubre marcados por el descafeinado aniversario de fechas simbólicas del procés --como el día de la aprobación de las leyes de desconexión, el referéndum ilegal o la declaración unilateral de independencia (DUI)-- el calendario parecía quedar despejado para PP, Ciudadanos y Vox, que habían de volver inevitablemente a la rutina parlamentaria en una Cámara autonómica donde el juego político queda repartido entre ERC, Junts, PSC y, a lo sumo, los comunes, cuyos homólogos en el Congreso de los Diputados participan también en las negociaciones para la formación de Gobierno.
Pero el goteo de informaciones sobre la negociación de la amnistía se ha convertido en un clavo ardiendo al que el constitucionalismo catalán quiere y necesita agarrarse, al menos hasta que la legislatura eche a andar con normalidad en el Congreso de los Diputados y el Senado. De ahí que el próximo 12 de noviembre, entidades críticas con los pactos entre el PSOE y los independentistas hayan convocado una manifestación en la plaza Sant Jaume de Barcelona. A la concentración --organizada por Cataluña Suma por España y bajo el lema No en nombre de España. No a la amnistía-- acudirán, entre otros, los líderes de PP y Cs en Cataluña, Alejandro Fernández y Carlos Carrizosa, respectivamente.
Si bien la fecha del debate de investidura no se conoce todavía, habrá que ver si se trata del último cartucho para un constitucionalismo que encara la recta final de la legislatura catalana tan frágil como la empezó.