Un año más, los ambulatorios catalanes se enfrentan a un verano complicado por la falta de médicos. Y ya van 13, desde los recortes que el entonces Govern de Artur Mas aplicó en 2010 al calor de la crisis económica del fin de la burbuja inmobiliaria. Desde ese momento, las vacaciones del personal sanitario no se cubren, hecho que implica un ahorro destacable en salarios temporales pero que, a la vez, disminuye la calidad asistencial tal y como denuncian los afectados.
En algunos pueblos del interior, donde las plantillas están más ajustadas, los centros de atención primaria (CAP) se han visto obligados a cerrar y sus ciudadanos tienen que desplazarse hasta otros municipios para poder ser visitados. Y es que a la decisión de ahorrar costes se le une la carencia de médicos que ahora se intenta remediar con el anuncio de que se van a crear más plazas en las universidades públicas donde se cursa el grado de medicina.
La escasez de profesionales que sufre la sanidad pública en Cataluña no es algo nuevo, pero en verano se hace todavía más latente. "No hay ningún tipo de sustitución. Si un compañero se va de vacaciones, tenemos que asumir su trabajo el resto de trabajadores, lo que implica una sobrecarga de trabajo importante", explica Lourdes Franco, secretaria de Atención Primaria del sindicato Metges de Catalunya.
"Situación crítica"
Franco considera que la situación es "crítica", y asegura que la mayoría de profesionales ya se encuentran desbordados. Muchos centros de salud han tenido que cerrar agendas y sólo realizan visitas bajo demanda. Otros, directamente, han cerrado sus puertas. En este sentido, desde el sindicato denuncian que la falta de planificación de la Consejería de Salud de la Generalitat recae, una vez más, en el "sobreesfuerzo de los profesionales" y el "incremento de la sobrecarga de trabajo".
A todo ello se suma que la presión asistencial en los ambulatorios de algunos municipios aumenta por la llegada de turistas y veraneantes. Los centros más afectados son los que se encuentran en zonas costeras o de turismo rural. "Si ya estamos infradotados durante todo el año, en época estival los problemas aumentan de manera exponencial" apunta la sanitaria.
Médicos forzados a cubrir plazas
Una de las medidas que han adoptado diversos centros para hacer frente a este problema es enviar médicos a los ambulatorios con menos personal, la mayoría de ellos concentrados en la provincia de Lleida. "Buscan voluntarios para ir a cubrir las plazas en pequeños pueblos donde no hay personal. Si nadie se ofrece voluntario, se decide desde arriba”, explica.
Pero esta metodología tampoco convence a los profesionales. Los sanitarios apuntan que cambiar de un día a otro el lugar de trabajo tiene consecuencias incluso sobre la calidad asistencial de los pacientes, a los que no se les puede hacer un buen seguimiento de su historia clínica. "Supone un cambio importante en la vida del trabajador, por lo que en ningún caso debería ser una medida impuesta".
Cierre de camas hospitalarias
Los ambulatorios no son los únicos afectados por la falta de profesionales sanitarios. Tal y como denunció el sindicato CSIF, Cataluña cerrará este verano tantas camas hospitalarias como las que tiene todo el Hospital Universitario de Bellvitge. Es decir, un total de 744 plazas de hospitalización entre junio y septiembre.
El sindicato elaboró el cálculo por medio de una extrapolación del cierre de camas en tres grandes hospitales: el propio Bellvitge, el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona y el Hospital Universitario Joan XXIII de Tarragona. Unas cifras que pusieron en alerta a otra asociaciones como El Defensor del Paciente, que consideró "una locura que pondría en peligro a los ciudadanos que necesiten asistencia".
El relevo generacional, en peligro
Metges de Catalunya, el sindicato mayoritario en la categoría de facultativos de la sanidad catalana, denuncia desde hace tiempo la falta de profesionales en el sistema público de salud. Advierte de que si no se mejoran las condiciones laborales y retributivas del colectivo, será difícil llevar a cabo un relevo generacional, especialmente en los lugares donde resulta más difícil atraer a sanitarios.
Los representantes de los trabajadores de la salud ya ha amenazado con resucitar las movilizaciones en otoño si la Generalitat no emprende un "cambio radical" en las negociaciones laborales que tienen abiertas. Exigen avanzar en mejoras en sus condiciones de trabajo en la mesa bilateral que se constituyó en enero. El Govern dio el paso, precisamente, tras la huelga del sector. El conflicto laboral sigue latente un verano más.
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